Que oportuna la noticia que nos llega de Gran Canaria acerca de esos tipejos que van a ir derechitos a la cárcel por haber intentado engañar a la Justicia camuflando la vivienda de la que les iban a desahuciar, anexionándola a la casa vecina y cambiando la fachada de color para despistar a los del juzgado, que si, que es cierto que muchas veces tienen una empanada encima que se les pueden colar algunos goles, pero que tampoco son tan tontos como para colarles una trola de semejante tamaño.
Aquí, más bien, quienes han pecado de tontos han sido los demandados, porque hay que ser muy bestia para pensar que, aún en el caso de que en principio hubiera colado y los de la comisión judicial se hubieran dado la vuelta y se hubieran ido por donde habían venido, hay que ser muy tonto, repito, para pensar que el legítimo adjudicatario y nuevo propietario de la casa subastada se iba a conformar con la súbita desaparición de su adquisición.
La historieta suena a esos cantos de sirena que estas pobres gentes tienen tendencia a escuchar cuando se ven en la calle, a saber, que los de la PAH van a impedir el desahucio "for ever", o que con un abogado solucionan el problema, o que firmando un alquiler con un sobrino no se tendrán que ir nunca o que ahora la Unión Europea va a prohibir todos los desahucios en España y monsergas de ese tipo.
Que sepan los marrulleros que llevar a la práctica este tipo de argucias es un delito. En este caso los delitos que ha cometido esta familia son tres: Falsedad en documento público, alteración de lindes y estafa y por ello han sido condenados a tres años y ocho meses de cárcel, condena confirmada por la Audiencia Provincial.
Y por cierto, que sigo recibiendo el tipo de emails sobre los que escribí hace unos meses quejándome de la caradura de algunos. Y digo lo mismo, ¿en qué cabeza cabe que yo, un subastero respetuoso de la Ley, pueda asesorar a completos desconocidos sobre cómo impedir o retrasar sus desahucios? Muy al contrario, siempre que me escribe algún adjudicatario sobre cómo sortear las marrullerías de sus respectivos okupantes, le asesoro con mucho gusto.
Que es muy bonito y muy fácil que el banco te de el dinero para comprar tu casa, pero que luego ese dinero hay que devolverlo y que si no se puede o no se quiere devolver, al menos hay que devolver la casa.
¡Que ya está bien hombre!
PD: Muy interesantes algunos comentarios en Menéame acerca de esta noticia.