Mira que lo he dicho una y mil veces en este blog: Si te tomas la Posesión por tu cuenta te la estás jugando, es ilegal y te pueden acusar de allanamiento de morada o de cosas peores.
La Posesión es un derecho real que confiere a su titular un poder inmediato sobre la cosa poseída y además una protección contra quien pueda perturbar ese derecho. Solo nos la puede dar el que la disfruta o un juzgado. Ese es uno de los puntos negros de las subastas de la Seguridad Social y de las adjudicaciones directas, que el órgano subastador no tiene jurisdicción para entregarnos la Posesión y, por lo tanto, hay que iniciar un nuevo procedimiento judicial para reclamarla.
Algunos consultantes de los pocos que todavía confían en mi criterio, que después de lo que voy a contar hoy van a ser aún menos, se quedan sorprendidos cuando les explico que aunque la casa esté vacía y aparentemente abandonada, si se cuelan en ella y toman la Posesión por su cuenta, corren el riesgo de que el ex propietario aparezca y les reclame, incluso judicialmente, por esa torpeza.
Pues bien, con todo el dolor de mi corazón, hoy vengo ante vosotros a confesarme de
tres pecados imperdonables:
El primer pecado es la hipocresía, por decir una cosa mientras estaba haciendo otra completamente diferente.
El segundo pecado, el allanamiento propiamente dicho, pues a pesar de haber manifestado eso a los cuatro vientos, por lo bajini he entrado sigilosamente en una propiedad que me adjudiqué en febrero y que me constaba que estaba abandonada.
¿Que por qué actué así?
Lo primero por imbécil y lo segundo porque en un entorno de crisis como el actual, en el que los precios han estado bajando de manera más que visible de mes a mes, cuanto menos tiempo transcurra desde que aflojas el dinero hasta que lo recuperas más te aseguras de que junto al dinero invertido obtendrás algún beneficio. La situación ideal es aquella en la que cuando la propiedad está inscrita registralmente ya tienes al comprador esperando para firmar ante el notario.
El tercer y último pecado ha sido confiar en todas estas evidencias que demostraban que la vivienda estaba vacía:
1- Todas las notificaciones del juzgado resultaron negativas en la vivienda subastada
2- Los vecinos le manifestaron a los del Servicio Común de Notificaciones que el demandado ya no vivía allí hace años
3- La ex mujer del demandado me dijo que su ex se había mudado hace años y que había dejado el piso vacío
4- Los de Iberdrola me manifestaron que esa vivienda no tenía contrato desde 2010
5- Los de Gas Natural también me manifestaron que en esa vivienda no había consumos hace años
6- Ídem los del suministro del agua.
8- Y finalmente, varios vecinos del inmueble me contaron que los expropietarios no solo se habían ido y habían hecho la mudanza hace años, sino que un tiempo más tarde los bomberos tuvieron que entrar en el piso vacío porque se había roto una cañería y el vecino de abajo se estaba inundando.
Naturalmente, si Tristán va a hacer algo tan gordo y tan tremendo como colarse sin permiso del juzgado en una vivienda que ha comprado en subasta judicial, lo menos que se puede esperar de él es que antes de semejante locura lleve a acabo una investigación completa de las circunstancias del inmueble.
Así que me confié.
Y entré.
Podría haber sido más cauto y haberme limitado a dejar abierta la puerta y haber esperado a que algún vecino denunciase la apertura y a que la policía me llamara como nuevo propietario.
Pero fui idiota, me confié y entré.
Menos mal que al menos entré acompañado por el cerrajero, un agente inmobiliario y un vecino, quienes ahora podrán acreditar lo vacío que estaba el piso y que ni tenía agua ni luz ni gas ni había ducha ni estaba en condiciones de habitabilidad.
Porque al día siguiente de haber entrado me llamó el ex propietario hecho una furia acusándome de allanamiento de morada y de no se cuantas cosas más.
Yo no soy el tipo más listo del mundo, pero tampoco soy el más tonto. Al menos se cuando es otro quien tiene la sartén por el mango.
Así que me dispuse a negociar.
El expropietario no vive en la casa desde hace años. Y ahora también ha perdido la propiedad irremisiblemente, pues la adjudicación es más que firme y además, hay un montón de cargas posteriores que le imposibilitan intentar recuperarla. En teoría se dan todas las circunstancias para que tome el dinero que le ofrezco y se olvide del asunto.
Pero...
¿Se puede esperar que se comporte razonablemente alguien que ha llegado a esta situación, con un montón de deudas impagadas y cuya casa se ha subastado? ¿Tomará esta vez la decisión más adecuada, la que más le beneficie?
Nooooo, lo más probable es que alguien así rechace el dinero y prefiera hacer todo el daño posible en vez de intentar aprovecharse de la situación.
Así que me denunció por allanamiento.
Y ahora voy caminito de la cárcel de Soto del Real a conocer a mi nuevo vecino Bárcenas.
Al menos decidme la pena que os doy.
Y también acepto consejos.
Y alguna colleja.