Respecto a la subasta de la semana pasada cuya suspensión me sentó tan mal, os acordaréis que la cosa quedó un poco en el aire. No quedó claro si alguien se iba a animar a darle el chivatazo a Hacienda por si Patrimonio del Estado tenía algo que decir al respecto o si quien quiera que fuera el listillo que se estaba aprovechando del asunto iba a rematar con éxito la faena.
Además, tuve cierto chivatazo que me ha confirmado que el letrado llevó en todo momento un cierto doble juego. Por un lado estaba instando la subasta judicial del piso sin dueño y por otro lado se enteró de que la difunta era profesora y daba clases particulares a dos niños del barrio con cuyos padres se llevaba muy bien. Éstos fueron los que le dijeron que tenía una hermana en Argentina y consiguió encontrarla y ponerse en contacto con ella por videoconferencia.
El resto os lo podéis imaginar. El letrado ya tenía el piso apalabrado con cuatro socios que son los que han comprado el piso.
En cualquier caso, por si acaso todo es una añagaza para birlarnos a los subasteros la posibilidad de competir en igualdad de condiciones y para quedarse con lo que legalmente le pertenece al Patrimonio del Estado, yo, Tristán el Subastero, he presentado en Hacienda el siguiente escrito:
Así que a partir de ahora será responsabilidad del abogado del Estado correspondiente averiguar qué hay de cierto en esa hermana austral que dicen haber encontrado.
Ahora me consideraréis un chivato, ¿no?