Hoy ha sido mi primera mañana de trabajo de campo y el desastre ha sido total.
Sin paliativos.
Lo primero ha sido ir al Registro de la Propiedad para recoger el decreto de adjudicación y los mandamientos de cancelación de un piso que compré en el 2014 y que el Sr Registrador rechaza inscribir porque el subnormal del funcionario de turno lo ha redactado todo mal.
Siempre ha sido habitual que de vez en cuando los registros rechacen inscribir los documentos judiciales debido a lo que ellos llaman "errores subsanables", pero lo cierto es que hace diez años eso ocurría solo en el cinco o diez por ciento de las ocasiones y ahora es el pan nuestro de cada día.
Actualmente el ochenta o noventa por ciento de los documentos judiciales son rechazados por errores que si los tuviéramos nosotros, los ciudadanos de a pie, en nuestros respectivos trabajos seríamos despedidos de inmediato pero como los tienen empleados públicos se tapan unos a otros para que la cosa no tenga consecuencias.
Pero lo cierto es que el juzgado se ha tomado más de un año en hacerme estos papeles y no es que los hayan hecho mal, es que no han dado ni una en el clavo. Han hecho mal todo lo que se podía hacer mal.
Y además antes, cuando ocurría algo así ibas a la funcionaria de turno y enseguida se abrumaba y te decía que lo corregía inmediatamente y que te pasaras al final de la mañana para recoger el documento con la adición pertinente.
Ahora, jejeje, ahora ni de coña se abruman por un error que saben que los están cometiendo todos los funcionarios todos los días, sino que encima te miran torcido por traerles más trabajo, un trabajo que ya consideraban terminado y la respuesta más usual es que pidas por escrito lo que haga falta y que cuando dicho escrito vuelva a madurar los meses que hagan falta hasta colocarse el primero de la lista, entonces y solo entonces lo proveerán y decidirán si llevan a cabo las correcciones o si deciden que el registrador es un tocapelotas sin razón, en cuyo caso simplemente te responderán que no ha lugar a hacer las correcciones y que sanseacabó.
Y ahí te quedas tu con el problemita de una subasta adjudicada que ni siquiera puedes inscribir.
Pero bueno, eso todavía no ha ocurrido, no nos pongamos en lo peor.
Además no va a ocurrir porque en este caso hasta el más lerdo se daría cuenta de que el funcionario de turno ha elaborado los dichosos documentos con el culo por lo que todo está mal y debe corregirse.
Pero al llegar al juzgado y explicarle el problema al funcionario éste me ha comentado que el secretario está de vacaciones hasta finales de mes y que... lo pida por escrito y ya veremos.
Grrrrrrrrrr...
Los que no lidiais en los juzgados no podéis ni imaginar lo que es esto.
Por eso mis clientes alucinan cuando les cuento algunas de las vicisitudes por las que pasan los trámites de sus subastas adjudicadas.
Y por eso no hay nadie que se haya visto involucrado en una demanda judicial y que haya salido satisfecho.
Luego he visitado uno de esos juzgados cuyo atasco clama al cielo y en el que compré una vivienda en marzo de 2015 y aún no me han dado ningún documento, aunque espero que un mes de estos me entreguen (de una puta vez) el Decreto de Adjudicación y los Mandamientos de Cancelación de Cargas.
Por cierto, que al contrario que en el peor juzgado del mundo, en el que todo son malas caras, en este otro el ambiente es fantástico y los empleados son encantadores con todos los usuarios.
Eso es lo malo, que ni siquiera te puedes cabrear y darles cuatro gritos a pesar de que te respondan siempre, mes tras mes, que lo tuyo va para largo porque la lista de espera para proveer los escritos es larga.
El caso es que esta mañana mi funcionario no estaba en su mesa y su compañera me ha dicho que no me fuera muy lejos porque seguramente estaría al llegar dado que salió a tomar café hacía casi media hora.
No obstante, decido que no me lo creo y opto por salir a tomar un café, brebaje que ingiero en un bar que estaba tan sucio que hubiera dado lo mismo haberlo bebido directamente del suelo.
Me dejó tan mal sabor de boca que decidí compensar el disgusto visitando El Corte Inglés más cercano por si acaso todavía quedan cosas rebajadas. He estado un ratillo largo cotilleando varias cosas y comprando un bañador fantástico por cuatro perras.
Al menos eso que me he llevado.
Porque a la vuelta me encuentro al funcionario charlando con un amigo en la planta baja de los juzgados, junto a los ascensores y subo a toda leche a esperarle en la puerta de su juzgado, donde el tipo llega 15 minutos después.
Al final su respuesta ha sido la de siempre...
ufff, es que no veas como estamos, apenas tenemos medios...
Creo que necesito otras vacaciones.
Solo quería compartir esto.
Y también conocer vuestra opinión.