Jooodeeer, vaya éxito la subasta de hoy en Badajoz
Le di instrucciones acerca del poder limitado para subastas que me tenía que otorgar y sobre el dinero que tenía que preparar para la fianza y me puse inmediatamente manos a la obra. Lo primero fue conseguir que el procurador me enviara por fax la certificación de cargas y me informara acerca de las notificaciones al demandado. Todo correcto, la vivienda no tenía cargas y el demandado había sido notificado adecuadamente. En Recaudación Municipal me confirmaron que debía IBI por un tubo y lo mismo me dijo el presidente de la comunidad de propietarios, aunque eso ya lo sabíamos.
Además Carlos me confirmó que era el demandado quien ocupaba el inmueble desde el principio y que, por lo tanto no había arrendamientos. Todo correcto a falta de que esta misma mañana yo examinara a primera hora el expediente judicial de cabo a rabo. Por otra parte la cifra que Carlos estaba dispuesto a pagar en la subasta hacía que mereciera la pena intentarlo. Si la cifra hubiera sido ridícula (a veces las pretensiones de algunos clientes son fantásticas) jamás me habría molestado en conducir esta madrugada los 400 km que nos separan.
Dicho y hecho. Visto el expediente (casi todo correcto, excepto un pequeño detalle que habrá que vigilar), me encuentro con Carlos, a quien aún no conocía personalmente, ingresamos la fianza y después de tomarnos un café, nos dirigimos al juzgado con media hora de antelación. Al cabo de un rato llegan dos subasteros y nos proponen llegar a un acuerdo, al que Carlos se niega porque no quiere hacer nada ilegal.
A mí me parece bien porque respecto a esto yo siempre hago lo que me dicen mis clientes, aunque lo más usual es que sean ellos mismos quienes me animen a llegar a acuerdos ilícitos y tenga que ser yo quien les frene. Pero hoy las circunstancias no animan precisamente a aventuras, ¡vaya pinta que tienen estos dos y vaya cabreo que se cojen! Que nos lo van a subir hasta tropecientos, que no van a permitir que lo compremos, que son conocidos del propietario y saben de buena tinta que lo tiene alquilado, que tiene cargas imaginarias, etc... y al final, el descojone, seguid leyendo.
Finalmente, tras una hora de retraso respecto al horario previsto para la subasta, al entregar los resguardos de los depósitos para las fianzas, resulta que esos dos payasos se han equivocado y han ingresado cien euros menos de lo debido y el secretario, no les acepta el ingreso, como es natural. Los tíos se ponen a suplicarle y consiguen que les dé algo de tiempo para correr al banco a ingresar lo que les falta, siempre que el otro postor (nosotros) no tenga inconveniente.
Je-je, pues claro que tenemos inconveniente, señoría, pues hemos pedido permiso en el trabajo para asistir a esta subasta y ya hemos sobrepasado con creces el tiempo estimado para la misma. Lo lamentamos muchísimo pero deseamos que la subasta se celebre inmediatamente.Si las miradas mataran, allí mismo habríamos caído fulminados. Solo les faltó decirme "a la salida te esperamos" (lejanos recuerdos del patio del colegio). Sin embargo la mirada del secretario fue de simpatía, se conoce que esos dos no eran de su agrado.
Resumiendo, que nos adjudicamos la vivienda por el 65% de su valor, con un ahorro del 15% respecto a la cifra que Carlos estaba dispuesto a pagar, y que ahora yo me encuentro en el hotel Adealba de Mérida disfrutando de un merecido descanso y saboreando el recuerdo del careto que se les ha quedado a esos dos fantoches.