¿Y qué hay de las víctimas?
Se trata del último post de Eloy Renobales en su blog "Alma, corazón y vida", titulado "Sandra Palo, Marta del Castillo... ¿Tienen todos los asesinos derecho a la reinserción?"
Renobales cuenta por encima las bestialidades que le hicieron a Sandra Palo, que era una chiquilla de 22 años, deficiente psíquica pero llena de vida, a quien violaron, torturaron y asesinaron sólo para divertirse. También nos relata que uno de esos bestias, el "Rafita" ya está en la calle después de su ridícula condena de 4 años y cómo, después de aquellos hechos iba amenazando a quienes le caían mal con...
"...darles matarile y quemarles vivos como había hecho con Sandra Palo"
También cuenta Renobales que el angelito está ahora en la calle...
"...haciendo su vida, a pesar de los informes de los psicólogos, quienes han señalado que no se ha reinsertado ni arrepentido y que las posibilidades de reincidencia son muy altas. Según un compañero de reformatorio, el criminal manifestaba que si le gusta una chica, se acostará con ella, tanto si la chica quiere como si no"
Su lectura me trajo a la memoria otro post, éste de Echevarri, titulado "Nuestro modelo penal en crisis", que leí hace casi un año y que me fascinó porque coincidía punto por punto con la visión que tengo desde siempre acerca de la problemática del cumplimiento de las penas y acerca del contrato tácito que los ciudadanos tenemos con el Estado, en quien
"...depositamos nuestro legítimo Derecho a la Violencia en aras de la protección de los nuestros"
"...con el paso de los siglos se ha ido imponiendo una corriente de desculpabilización de los criminales, bien por causas sociales, bien por causas médicas, cuando no por causas ideológicas. De alguna manera, el delincuente debía ser tratado, no castigado"
¿Cómo puede la minoritaria sensibilidad de extrema izquierda, que ahora sólo tiene dos diputados, llevarse el gato al agua en materia penal y mantener cabreados al resto de los españoles? Aún me acuerdo de la primera Ley del Menor, que a pesar de haber sido legislada con el Partido Popular en el gobierno, parecía haber sido dictada directamente por Gaspar Llamazares.
Repito... ¿Por qué este divorcio entre la sociedad y sus legisladores? Me estoy refiriendo exclusivamente a las penas para delitos especialmente crueles, pues estaremos de acuerdo en que no es lo mismo, ni siquiera parecido, matar en un atraco a un pobre que pasaba por allí, que violar, torturar y asesinar disfrutando cada segundo, como ocurre en los casos criminales a los que me refiero.
Hay una historia que me viene muy bien para ilustrar lo que quiero decir. La historia es como sigue:
Hace algunos años, en la Alemania de los noventa, un universitario alemán llevó a cabo el secuestro del hermano pequeño de una ex-novia rica. Como era novato en esto de los secuestros le pillaron enseguida y como era un hijoputa (uy, perdón) se negó en redondo a confesar en qué oscuro agujero había escondido al asustado infante. Pasaban las horas y como no confesaba al comisario de policía se le ocurrió la idea de asustarle haciéndole creer que lo iban a torturar. Se acercó al detenido junto a un médico y una enfermera (disfrazados de) y le dijo que le iban a torturar, pero que no se preocupara porque allí estaba el médico para no dejarle morir.
El héroe veinteañero se puso a llorar y cantó la traviata, pero cuando la poli llegó al agujero sólo encontraron el cadáver porque el niño se había asfixiado con la mordaza.
Yo no me enteré de estos hechos hasta algunos años después cuando, alucinado, vi por televisión cómo el comisario de policía era conducido a su propio juicio mientras cientos de manifestantes le esperaban en la puerta con pancartas de "stop-nazis", "tortura no", "Gestapo=asesinos", y otras lindezas. ¡¡¡ Le iban a juzgar por torturar psicológicamente al pobre estudiante!!!
Todavía me fascina pensar en esos cientos de alemanes que consideraron más importante acudir a insultar al comisario que quedarse tranquilamente en sus casas disfrutando de sus familias. ¿Pensaron acaso en la pobre víctima asesinada?
¿Piensan nuestros legisladores en las víctimas? Porque para legislar debieran pensar sólo en ellas. Es más, debieran legislar como si todos fuéramos víctimas, como si hubiera una especie de epidemia y estos delitos se hubieran convertido en una plaga y todos, de una manera u otra, hubiéramos sido víctimas de alguno de estos criminales. Solo desde esa óptica tendríamos por fin una Ley justa, porque si pensamos que es algo que les sucede solo a los demás....
Y esto es lo que pienso; me importa un carajo lo que sea de los criminales y su posible reinserción, en la que no creo. Yo soy muy individualista, por lo que mi opinión apenas tiene valor, pero vosotros ¿con quién estáis, con la integridad psicológica del estudiante secuestrador o con el comisario psico-torturador? ¿De verdad consideráis una prioridad la reinserción de todos estos bestias?
Antes de contestar pensad en si os gustaría que vuestras hijas coincidieran en la misma disco con el Rafita ese....