No es la primera vez que comentamos entre varios subasteros madrileños sobre el trato que recibimos en cierto juzgado de primera instancia de Madrid, pero hace unos días se volvió sobre el asunto y ya hay hasta quien apuntó la necesidad de elevar una queja ante el Decanato o, al menos de hacer algo serio que lleve algunas firmas.
Asunto bien difícil por cuanto quien más quien menos todos tenemos uno o varios asuntos en este juzgado y nadie se atreve a quitarle el cascabel al gato. Pero la cosa se está poniendo seria para los que tenemos que acudir diariamente al juzgado a ver los expedientes. Qué lastima que a las eficacísimas funcionarias de toda la vida apenas se las oiga protestar por este cambio de actitud de unas pocas.
Las funcionarias se pasan la vida llamando la atención a gritos a los que estamos allí y los agarrones con ellas son constantes.
Y esta situación no afecta solo a los subasteros, parece que también la tienen tomada con los procuradores. Hace unos días puse la antena cuando una de ellas se sinceraba públicamente manifestando que...
(...) a veces nos pasamos con los procuradores, que es cierto que son muy pesados y están todo el santo día preguntando por los procedimientos, -el que no lleva uno lleva diez- pero tenemos que reconocer que, al fin y al cabo, ese es su trabajo y que si no vinieran a preguntarnos por el estado de los asuntos, serían otros los que nos estarían molestando.
Esto dijo ante las protestas de sus airadas compañeras, quienes decían que eran demasiado pesados y persistentes. Si hablaban así de unos profesionales como la copa de un pino y licenciados en Derecho, qué no pensarán del resto de los tristes usuarios de la Justicia, no siempre tan estudiados.
Menos mal que al menos tenemos derecho a quejarnos. IurisCivilis escribió el pasado fin de semana un magnífico post sobre "La tramitación de quejas y denuncias relativas al funcionamiento de los juzgados y tribunales" con el que a continuación me voy a cebar en el "copia y pega".
Por lo visto la Carta de Derechos de los Ciudadanos ante la Administración de Justicia nos reconoce los siguientes derechos:
- A recibir información sobre el funcionamiento de los juzgados y sobre las características y requisitos de los distintos procedimientos.
- A conocer el contenido y estado de los procesos en los que se tenga interés legítimo.
- A formular reclamaciones, quejas y sugerencias y a recibir respuesta en el plazo máximo de un mes.
- A ser atendidos de manera respetuosa y adaptada a las circunstancias psicológicas, sociales y culturales.
El Reglamento 1/98 del 2 de diciembre sobre tramitación de quejas, además de reconocer estos derechos, regula los procedimientos para la presentación de reclamaciones e impulsa la creación de oficinas de atención a los ciudadanos, que están implantadas en las sedes judiciales y en el Consejo General del Poder Judicial.
Las reclamaciones se pueden presentar en cualquiera de estos organismos, que deben disponer de los formularios adecuados, tanto para sugerencias como para reclamaciones:
- Registros de las sedes judiciales
- Registros de cualquier organismo público
- Oficinas de Correos
- Buzones para la recogida de sugerencias y reclamaciones en todos los edificios judiciales
- También es admitida la presentación telemática, rellenando el formulario incluido en la página web del Consejo General del Poder Judicial.
El reglamento indica que el interesado tiene derecho a conocer en todo momento el estado de tramitación de su reclamación y a recibir traslado de la resolución que recaiga sobre ella.
Y si esto no nos sirviera para nada, aún podríamos pasear nuestra pataleta por ciudadanode.com, la web que promueve Fcalvo.
Que se vayan preparando