Lamento mucho que el problema de Virginia al final haya acabado tan mal, aunque se veía venir. Hace un par de años una financiera de esas que inundaron España durante la burbuja -¿os acordáis?- le convenció para invertir sus ahorros en un préstamo hipotecario a una tercera persona, éste moroso empedernido que no estaba pagando su hipoteca y que necesitaba un préstamo puente mientras le refinanciaban sus deudas.
Supuestamente la vivienda valía sobradamente la deuda principal de ambas hipotecas, pero la realidad ha demostrado que no era así y cuando ha Virginia le ha tocado sacar a subasta la vivienda del moroso, ésta ha quedado desierta y a ella no le ha merecido la pena adjudicársela ni siquiera por el 50%, sencillamente porque la casa no lo valía.
Pero dejemos que sea ella misma quien nos lo relate:
(...) Trabajaba en una multinacional 16 horas diarias. Todos mis amigos me decían que no entendían como aguantaba, pero yo lo tenía claro: unos pocos años de sufrir y ahorrar, y después con lo ahorrado montaría mi propio negocio.
Mientras ahorraba, estudiaba posibles franquicias, me apuntaba a grupos de inversión, a boletines informativos de inversores, a redes de ángeles inversionistas, etc. A través de la Red Española de Ángeles Inversionistas, me llegó una oportunidad de inversión que me pareció interesante y me puse en contacto con el Grupo Financiero Orión que la había enviado.
Se trataba de hacer un préstamo con garantía hipotecaria, lo que ellos llamaban operaciones de capital privado. Era la primera vez que yo oía hablar de ello, así que pedí que me explicaran exactamente en qué consistía. Me dijeron que yo le prestaría dinero, 44.000 euros, a alguien que tenía problemas para pagar su hipoteca, y con mi dinero pagaría las cuotas atrasadas y refinanciaría la hipoteca con el banco (a más años), devolviéndome el dinero más unos intereses.
Les pregunté, cuál era el riesgo, qué pasaba si no me devolvían el dinero, etc. y me dijeron que era totalmente seguro y que no había ningún riesgo, pues el préstamo se firmaba ante notario, y si no me devolvían el dinero, yo me podía quedar con la casa por un importe menor al valor de mercado, por lo que la vendería sin problemas e incluso ganaría más dinero. Yo les dije que no quería la casa, que quería el dinero y los intereses, y me dijeron que si llegara el punto de subastar la casa y no hubiera postores, ellos mismos tenían un montón de inversores dispuestos a comprar esas casas.
En todo momento me dijeron que yo no debía preocuparme por nada ni hacer nada, pues ellos trabajaban para mí, que era su cliente, y su departamento financiero estudiaría la operación detalladamente para que no hubiera ningún problema.
Presté el dinero y firmamos el préstamo ante notario, pero los problemas que según ellos no habría, no tardaron en aparecer. Cuando la fecha de devolución del préstamo se iba acercando, les pregunté como iba la cosa y me dijeron que bien, que antes de firmar la operación ya habían conseguido refinanciarla. Pero justo diez días antes, me dicen que no, que ha habido un problema y no se ha podido refinanciar la operación.
Llega la fecha y el deudor no paga. El abogado del grupo, que según ellos trabajaría para mí y que era quien había estudiado la operación, se pone en contacto conmigo y me explica que hay que ejecutar la hipoteca, pero que esperemos unos días, para hacerlo por si el deudor paga. Diez días más tarde ejecutamos la hipoteca mandando un burofax primero. Justo llega Agosto así que todo el proceso se queda paralizado.
Le pido al grupo financiero fotos de la casa para ver si encuentro a alguien interesado, pues no me interesa que se quede la subasta desierta, y resulta que ¡no tienen fotos de la casa! (¿Y cómo habéis estudiado la operación?) Les pregunto cuáles son las cargas pendientes, cuánto queda de hipoteca (pues entiendo que mi dinero se utilizó para pagar las cuotas pendientes y unas cuantas más) y no lo saben… dicen que no pueden hablar con el deudor, que está ilocalizable… y ya está.
Después de meses sin hacer nada, parece que va a llegar la subasta. Les digo que no quiero la casa, que se lo digan a uno de sus muchos inversores que estarían interesados… y nada, era una mentira más.
No mueven ni un dedo. Ya se han llevado su comisión, y les da igual dejarme empantanada con la operación. Al final se subasta la casa, y me hacen pagar aún más para que el abogado vaya a la ciudad donde se celebra la subasta, que al final se suspende porque el deudor no estaba notificado en forma (ya le vale al abogado eficiente). Se vuelve a fijar fecha 4 meses más tarde. La subasta queda desierta, como me habías pronosticado, pero decido no adjudicármela porque resulta que:
- Con la bajada del precio de los pisos, no la voy a poder vender.
- El banco está ejecutando su hipoteca (anterior) y la subasta se celebra un mes después, lo que me daría sólo un mes para vender la casa.
- Consigo hablar con el deudor (lo que el grupo financiero no consiguió) y me dice que él no va a salir de la casa ni a tiros, y que yo no le dejé ningún dinero, que los del grupo financiero le engañaron…
Una parte, seguro que le llegó porque le hice la transferencia directamente a su cuenta. La otra, lo desconozco porque se la di en metálico al Grupo Financiero.
De momento, yo he perdido el dinero, y no creo que vuelva a recuperarlo, el deudor ha perdido su casa, y el Grupo Financiero se ha llevado una buena comisión por empantanarnos a los dos…
Así que ojo con lo que os digan. En todo este tiempo, ya más de dos años, Tristán me ha ayudado desde el principio (incluso antes de tener este blog) así que quiero darle las gracias desde aquí, ojalá le hubiera encontrado antes que al grupo financiero…
Y este es el relato de Virginia y los incompetentes estos, que ya empezaron muy mal prometiendo lo que no podían cumplir y continuaron fatal al permitir que fuera ella quien ingresara directamente el dinero en la cuenta de un moroso empedernido como la copa de un pino, cuando lo usual hubiera sido que a la firma ante el notario, el prestador retuviera la cantidad prestada para pagarla directamente al banco acreedor de la primera hipoteca, única manera eficaz de tener controlada esa hipoteca anterior y de asegurarse que el dinero se utilizaba con la finalidad prometida. Manda huevos.
Postdata: Gracias a Kyrie Lomthe he recordado que el gran Echevarri ya lo había clavado en su momento, precisamente en 2.007. Sus dos post sobre este asunto son de lectura obligatoria. Y proféticos: