Es Navidad, concretamente 28 de diciembre.
El año termina y los huesos de nuestros enemigos blanquean los yermos campos de batalla. Cada vez quedan menos dragones que destripar y la competencia es grande. El hambre y la peste asolan los campos y ciudades. El subastero gentilhomme, caballero yedai, cuando siente las energías menguar por sus muchos esfuerzos, debe retirarse a su torre a lamerse las heridas y a contar sus monedas.
Con calientes sopas y buen vino sin duda recuperará sus fuerzas y podrá dejar de nuevo la heredad y volver a sus batallas.
He derrotado dragones y mandrágoras, he discutido con jueces y yacido con sus esposas, he navegado todos los mares e invertido en cinco continentes, he visto subir el precio de Vallecas hasta equipararse al de Manhattan y Don Pablo, el prestamista, ha puesto precio a mi cabeza.
Me llamo Tristán "Ojos azules", quizá hayas oído hablar de mí.