Ayer me dieron una buenísima noticia: la fecha del Lanzamiento de un piso que compré en el centro de Madrid está prevista para finales de octubre.
En teoría el demandado en este procedimiento judicial no debería tener motivos de queja porque ha tenido la suerte de cara desde el principio. La subasta se celebró en el juzgado más atascado de España, cuyos empleados judiciales estaban en tal estado de estrés que un buen día la mitad decidieron pedir cambio de destino y se largaron dos días después (ventajas de ser funcionario), quedando todos los asuntos colgados por un par de meses. Esto provocó el primer retraso respecto a la previsión.
Luego, cuando me dieron el Decreto de Adjudicación, pedí la Posesión y cuando finalmente la obtuve, dejé pasar el mes de rigor y pedí el Lanzamiento y una semana antes del mismo el demandado pidió un periodo extra, alegando lo de siempre, que no tenía dónde caerse muerto. Estos tíos siempre están con el mismo cuento de que no tienen a dónde ir, cuando la verdad es tan simple como que no han movido un dedo para buscarse acomodo. Han tratado el problema de la subasta y sus consecuencias con la misma desgana con lo que lo hacen todo en la vida y así les va...
El caso es que su señoría podría haberle dado un mes de gracia pero decidió darle dos meses.
Naturalmente, el tipejo no se ha ido y ahora ya tengo fecha para el definitivo Lanzamiento. Antes de criticarme por haberle llamado tipejo ruego que los lectores lleguen hasta el final de la historia, que tiene miga.
¿Dije que el demandado no debería tener motivos de queja? Pues los tiene y son muchos. Se queja del gobierno, de la crisis económica, de los jueces, que según él son unos canallas vendidos a la banca, se queja de la avaricia de los bancos y, sobre todas las cosas, se queja de que los subasteros somos unos depredadores insaciables. Esto último también me suena de alguna mosca cojonera que últimamente visita el blog.
El caso es que voy a visitarle para ver si la nueva fecha de lanzamiento le ha hecho entrar en razón y va el tiparraco y me suelta que no me las prometa tan felices porque se ha inscrito en la "asociación de afectados por las subastas" donde le han asegurado que hay muchas posibilidades de parar el lanzamiento y además añade que él tiene muy buenas relaciones con los "indignados" y que seguro que le ayudan a conservar su casa.
La historia de este tipejo y de cómo ha llegado a esta situación es digna de ser reseñada para que sirva como ejemplo a nuestros hijos y nietos de lo que una persona digna de tal nombre no debe hacer nunca.
BREVE HISTORIA DE CÓMO EL DEMANDADO HA LLEGADO A ESTE PUNTO:
Digamos para empezar que este estupendo piso de 97 m2 situado en una zona muy buena de Madrid no lo ha comprado él con su esfuerzo sino que lo heredó, completamente pagado, en el año 2.000. Esto no tendría importancia si no sirviera para explicar la idiosincrasia del personaje, que no ha necesitado esforzarse nunca en su vida.
Posteriormente, en el año 2004 pidió una hipoteca y en el 2006 la amplió, según le mismo me ha contado, porque había heredado algún dinero y decidió aprovechar la ocasión para pedir una excedencia de cinco años. ¿Pueden los funcionarios (él lo es) pedir excedencias tan largas? Se supone que con la ampliación de la hipoteca pretendía redondear el dinero necesario para no tener que trabajar durante ese periodo. Breve inciso para decir que también se queja amargamente de la injusticia de que si no vuelve a su trabajo antes del 1 de enero del 2012 perderá su condición de funcionario.
En fin, que el señorito, cuando vio que se le acababa el dinero y que tenía que optar entre volver a su trabajo gris o dejar de pagar la hipoteca, se decidió por esto último y dos años después estamos donde estamos.
COMPROMISO DE TRISTÁN:
Que no se preocupe el cliente para quien compré este piso, que Tristán tiene una carta en la manga y se compromete a que a finales de octubre (no digo la fecha), el Lanzamiento judicial se llevará a efecto sin problemas y que podrá disfrutar de su piso a partir de entonces.
¿La carta en la manga? Solo diré que es un truco que he empleado solo un par de veces y siempre con resultados satisfactorios.
Quizá la desvele a toro pasado.