Acceder

Keiko Fujimori y el oro del Paititi

                                 LOS ANTECEDENTES


                       “Lléname esta habitación de oro hasta el techo y te dejaré libre”.

Estas palabras las pronunció Francisco Pizarro en 1532 como condición para liberar al inca Atahualpa. 
Obviamente el extremeño le estaba poniendo una fianza inviable, pero lo maravilloso de esta historia es que rápidamente empezaron a organizarse caravanas trayendo oro desde los confines del imperio, consiguiendo lo imposible.


Los conquistadores se quedaron boquiabiertos. La gran pregunta es: de donde provenía aquel oro?
 
Pues bien, hay dos grandes leyendas en el antiguo Perú:
  • Una es la archiconocida leyenda de El Dorado, el cual en la mente de de los exploradores españoles era una ciudad maravillosa en la selva llena de riquezas y oro. La realidad es que El Dorado era un cacique, que en la laguna de Huatavita realizaba rituales con grandes cantidades de oro, solo que ya sabemos lo que pasa cuando una historia maravillosa va pasando de boca en boca.
  • La segunda, permanece mucho más en la bruma, inconcreta. Se trataría de el Paititi, una ciudad o reino , en los confines del Perú , con extraordinarias riquezas minerales. Poco más se sabe de este lugar. Hay exploradores modernos, como Carlos Newschvander Landa, Gregory Dejermenjian y sobre todo Thierry Jamin, que han especulado mucho sobre qué era o dónde estaba situada.

Podemos pensar que era solo una leyenda, pero después de descubrimientos tales, como Machu Pichu por Hiram Bingam o Vilcabamba por Gene Savoy , cualquier cosa parece posible, máxime en una de las zonas mas díficiles para la vida humana, capaz de cubrir con vegetación edificios en desuso en muy poco tiempo, como es la Amazonia.


Así en 1999 el padre Juan Carlos Polentini Welster, un sacerdote que por entonces ejercía en la parroquia de Lares (Cuzco), afirma haber descubierto el Paititi, un lugar donde los últimos incas se refugiaron, que contendría maravillas arqueológicas y riquezas metalúrgicas.


Al año siguiente, publicó un libro donde explica este descubrimiento. Dicho libro extrañamente no tiene acogida en las editoriales, y solo logra reproducir alrededor de 200 ejemplares. 
Dentro de él se encontraba su peor error: publicar las coordenadas del lugar.

                                             EL PLAN 


Retrocedamos un poco en la historia, en concreto hasta el año 1990, que es cuando Juan Alberto Fujimori, llamado popularmente “ el chino”, debido a su origen Japonés, se proclama presidente de la república de Perú. 
Durante su gobierno, su influencia sobre el país crece a pasos agigantados, y con ella viene aparejada la corrupción. Su mandato duró hasta el 2000, con abrupto final.


Tras el fin de la época de Juan Alberto, su influencia no acaba ahí, su hija Keiko tomó el relevo.
Ella es la verdadera protagonista de esta historia. Desde que su padre abandonara la presidencia, ella ha sido una constante en la política Peruana. En 2010 comienza a dirigir Fuerza Nueva, el partido del Fujimorismo, presentándose mas tarde a tres elecciones presidenciales, y sí, perdiendo las tres.


Pues bien esta señora estuvo, qué casualidad, justo después de la publicación del libro del párroco, comprando terrenos en la sierra para explotarlos “agráriamente”. Aunque como ya supondréis, el destino de esos terrenos estratégicamente colocados, era más bien hacer una ruta de salida de mercancías de la Amazonia a la costa.
El poder que la familia Fujimori tenía sobre el ejército, vía Vladimiro Montesinos, le dará las herramientas que faltan.

                                      LA EJECUCIÓN


El pastel se descubrió tras tener un accidente un helicóptero militar en la sierra. Dicha aeronave no estaba en ningún plan de vuelo, ni el ejército tenía constancia de su viaje. 
El padre Polentini confirmó sus sospechas al subir en 2003 a la zona del descubrimiento. Llevaba bastante tiempo visitarla, ya que era una subida muy dura para su ya anciano cuerpo.

La imagen que obtuvo al llegar fue dantesca, las riquezas habían sido saqueadas y tras ello el lugar había sido dinamitado, para eliminar cualquier prueba. De esta forma solo quedaba un pedregal, y nadie podría decir que allí ha habido algo.

JUAN CARLOS POLENTINI WELSTER
JUAN CARLOS POLENTINI WELSTER
 
Para ilustrar el tamaño del robo, tengamos en cuenta que el precio del kilogramo de oro , descartando su valor artístico ronda los 50000 euros.
Según el clérigo de allí salieron varios metros cúbicos del preciado metal.
Matemáticas simples, si un metro cúbico pesa alrededor de 20 toneladas, cada uno de ellos tendría un valor de 1000 millones de euros.


Un potosí.


Lo peor fue que borraron el precioso mural histórico dejado por los Incas cuando su salida al Paititi. Quedan una o dos figuritas. Ese mural era un mensaje de despedida, el último, de los Incas. Había escenas de guerra, bailes, una cadena, los cuatro cuadrados del Tahuantinsuyo, catorce Incas, un círculo de triple raya… y lo borraron todo para no dejar huellas del robo. Cualquiera que vaya ahora al Mantto, sin haberlo conocido como era antes, dirá que allí nunca hubo algo. “Lo que la naturaleza no pudo borrar ni destruir, ellos lo hicieron”.”
Juan Carlos Polentini al diario ciudadanoweb.com

                                          LA HUIDA 


En todo buen robo a mano armada debe haber después una huida trepidante con la policía pisándole los talones y una lluvia de balas. 
Y en este caso lo único que faltan son las balas.

A finales del año 2000 Alberto, como presidente del Perú renuncia a su cargo en medio de una corrupción muy evidente, y un escándalo de videos de cámara oculta donde se ofrecían sobornos de manera sistemática. El mayor implicado, su segundo Montesinos huía a Venezuela y le dejaba en la picota.
Poco tardaría nuestro querido chino en hacer lo mismo tras renunciar, buscando cobijo en Japón. 
Allí sería requerido para ser juzgado en el país andino, sin éxito. 

Más adelante se descubrió que el Fujimorismo y su entorno se habían enriquecido de una forma increíble en muy poco tiempo. La mayoría de ellos acabaría llevando su dinero a Suiza. Tomando como ejemplo a Montesinos, se supo que tenía 48 millones de euros en una cuenta en el pais Helvético.

En conjunto en los últimos 15 años 1500 millones de euros fueron repatriados a Perú tras ser confiscados a miembros del fujimorismo. Aunque a la propia familia ha sido difícil inculparle por delitos económicos

En la actualidad, Alberto se encuentra en Perú, tras ser extraditado al llegar a Chile. Ha sido condenado por varios delitos, ninguno de ellos el robo del Paititi.

Un saludo a todos, y por supuesto always DYOR.






1
¿Te ha gustado mi artículo?
Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico
  1. #1
    02/10/21 16:25
    Muy buena historia, como siempre