Durante su entrenamiento en el planeta Dagobah, Luke Skywalker es atormentado por pesadillas en las que aparecen sus amigos Han y Leia en peligro. Estas visiones le perturban hasta tal punto que decide abandonar su entrenamiento jedi por ir a salvarles. Así, en contra del consejo de Yoda y de Obi Wan, presa de su intuición, prepara a R2D2 y monta en su ALA-X en búsqueda de sus amigos. Es decir, toma una decisión fuera de consenso (el "100%" de los jedis opinaba que no debía partir, entre ellos su "jefe").
Todos sabemos lo que ocurre después: que su presencia no sólo no sirve para nada sino que es un estorbo. A Han Solo lo congelan igualmente y lo entregan a Boba Fett para que se lo lleve a Jabba, Leia escapa finalmente con la ayuda de Lando y a Luke casi lo matan. De hecho es Leia quien finalmente tiene que arriesgarse para salvarle a él.
Pero, en todo caso, Luke consigue hacer algo realmente complicado. Algo que es imprescindible para tener éxito en los mercados financieros, ya sea como inversor retail o profesional. Ir contra el consenso y fiarse sólo de sí mismo y de sus intuiciones y análisis.
Este verano, una encuesta del CFA Institute respecto a qué errores mentales eran los que más afectaban a los inversores mostraba que más de un tercio de los encuestados señalaba la influencia de otros colegas como principal fallo.
Este error es relevante porque, evidentemente, no se puede estar sobre la media haciendo lo mismo que hace la media.
Ken Fisher, en su imprescindible "
The only three questions than count" lo define como:
¿Qué es lo que yo sé que los demás no saben? Porque lo que en bolsa saben todos, en realidad no sirve de nada en mercados financieros.
Pero ir en contra de la corriente es muy complicado. Y no es sólo una percepción, es un hecho demostrado en diferentes experimentos. El más conocido es el de Solomon Asch.
En la misma línea que los experimentos de Sherif, Asch realiza un estudio social en el que se mostraban dos cartas a grupos entre 7 y 9 personas, una con una línea y otra con tres de diferentes medidas cada una. En estos grupos estaban todos compinchados salvo una persona, que era el sujeto del experimento. Se pedía a los sujetos que señalaran, uno a uno, qué líneas tenían la misma altura.
Se mostraban 18 rondas tarjetas y todos los cómplices debían dar una respuesta incorrecta el 66% del tiempo (en concreto, erraban en 12 tarjetas). Respondían correctamente a las dos primeras rondas y después comenzaban a equivocarse. Sin cómplices, los participantes daban una respuesta correcta prácticamente todas las veces. Con cómplices, casi el 40% se añadía a la opinión de la mayoría dando una respuesta incorrecta. Los que mantenían su independencia señalaron una sensación de malestar.
Entre los experimentos modernos de conformidad cabe destacar los de G. Berns et al (2005) o S. A. Trautmann-Lengsfeld y C. S. Hermann (2013). En ellos se somete a los sujetos a una tarea de características similares a las anteriores y se mide la actividad cerebral con instrumental moderno (no disponible en los 40, cuando Asch realiza sus experimentos). Se muestra que aumenta la actividad en la amígdala, parte relacionada con las respuestas emocionales, especialmente el miedo.
Ser independiente, por tanto, conlleva una alta carga emocional, relacionada con el miedo.
Una vez más, por lo tanto, el éxito depende de nuestro dominio del miedo. El miedo que es el camino hacia el lado oscuro.
Efectivamente, el éxito en los mercados se consigue siendo, al menos en parte, contrarian. Digo "en parte" porque yo creo, como decía Seth Klarman, que para batir al mercado se debe ser un 50% contrarian y un 50% una calculadora. Esto es porque, al menos en mi opinión, el mercado es a la vez eficiente e ineficiente. Por eso me pareció tan bien que en el mismo año se diese el noble a E. Fama y a R. Shiller, aunque defiendan teorías aparentemente contradictorias. Porque ambas son correctas.
Mantener independencia de ideas es complicado, como hemos visto. Y si cabe lo es más durante estos meses de noviembre/diciembre, cuando conocemos los informes de los brókers y gestoras, y las perspectivas de los mercados, con los diferentes trades de consenso.
Algunos funcionarán y otros no. No está de más conocerlos, de cara a saber qué piensa el mercado y buscar ideas para nuestro propio análisis.
Pero si los seguimos, o apoyan nuestra propia visión, es últimamente nuestro problema. Porque al mercado vamos sólos y tomamos decisiones sólos, sin que nadie disfrute después de nuestro éxito. Por lo tanto no hagamos a nadie cómplices de nuestro fracaso.
En fin, que me gusta mucho tener ideas contradictorias, porque así aunque siempre me equivoco siempre tengo la razón, como diría "El Robe" de Extremoduro. Y además porque siendo un cínico es la única forma de ganar dinero sobre la media en los mercados financieros.
Tomás García-Purriños, CAIA
@tomasgarcia_p