1. Level I: es el más básico. Sólo cotiza OTC y no se exige que cumpla con los requisitos SEC.
2. Level II: cotiza en un mercado oficial, cumple con los requisitos SEC y tiene más volumen que el anterior. La empresa debe reportar las cuentas anuales y trimestrales en formato GAAP.
3. Level III: el emisor hace una emisión pública de ADRs en un mercado USA, obteniendo capital y prestigio en los mercados americanos. Reporta igual que los Level II.
Hay cuatro razones para que una empresa quiera tener ADRs:
1. Desear una diversificación de su capital por los mercados internacionales.
2. Minimizar el riesgo de OPA por parte de un competidor doméstico.
3. Al estar en los mercados internacionales, en caso de necesitar nuevo capital, tiene más donde buscar.
4. Ofrece un escaparate internacional para sus productos y nombre de marca.
Un ADR proporciona una forma diversificación internacional bastante tranquila. Para un inversor, normalmente es más caro comprar un ADR que comprar directamente la acción en el mercado global, ya que en éste suele haber más liquidez. Cuando comparamos el coste del ADR frente al de la inversión directa, debemos tener en cuenta el nivel de precios, los costes de transacción, los impuestos y los gastos administrativos.
Pongamos un caso teórico perfecto. La acción alemana XXX cotiza tanto en Xetra como en NYSE (aquí en forma de ADR). Un inversor alemán compra 100 acciones de XXX a €51,45 por acción y su broker local le carga una comisión del 0,10%. Al mismo tiempo, un inversor norteamericano compra 100 ADRs de XXX a $60,60 (aquí no indicamos la comisión pues suponemos que está incluida en la horquilla de precios). El tipo de cambio es 1,1700. Calculamos el coste de cada operación de la siguiente manera.
En primer lugar, estimamos el coste de la compra de las acciones por parte del inversor europeo. Esto es:
100 acciones x €51,45 x 1,001 = €5.150
En segundo lugar, estimamos el coste en euros de la compra del ADR. Esto es:
(100 ADRs x $60,60)/1,1700 = €5.179
Por tanto, la diferencia entre la compra del ADR y la acción (€5.179 - €5.150 = €29) supone un encarecimiento del 0,56% sobre la compra hipotética de la acción en el mercado de origen.
Ahora bien, esto es la teoría en un mercado perfecto. En la práctica, hay que tener en cuenta el ratio de conversión (no siempre 1 acción = 1 ADR), el tipo de cambio, el desfase temporal entre que deja de cotizar el ADR en USA y empieza a cotizar la acción en Europa, el movimiento del tipo de cambio en ese periodo de tiempo, la posibilidad de hacer arbitraje con la horquilla del tipo de cambio (esta es la causante principal de que no “cuadren” estas operaciones la práctica) y la diferencia de rentabilidad por dividendo entre el ADR y la acción original (normalmente es superior en la acción original).
Por ejemplo, hagamos los mismos cálculos que antes con el ADR de Deutsche Telekom. Tenemos el ADR cotizando a $22,22 y la acción cotizando a €15,15. El tipo de cambio es de 1,4701. (Parte de las desviaciones son debido a que no tengo datos de horquillas ni tiempo real, pero va a servir para el ejemplo).
Si compramos 100 acciones de DTE en Xetra, nos costará €1.515 más la comisión pongamos de 0,15%. Esto nos da un coste total de €1.517.
Ahora, si compramos 100 ADRs de DTE nos costarán $2.222. Teniendo en cuenta que el tipo de cambio está en 1,4701, el coste en euros de esta operación es de €1.511.
La diferencia (6€) supone un encarecimiento del 0,39% si hacemos la compra en Europa. Ahora bien, la rentabilidad por dividendo del ADR es, según Yahoo Finance USA, del 3,47% mientras que, también según Yahoo Finance Germany, la rentabilidad por dividendo de las acciones de DTE es del 4,75%. Estas diferencias de rentabilidad se amplían si tenemos en cuenta la horquilla de precios del ADR, de la acción y del tipo de cambio.
Por tanto, que nadie tenga dudas: comprar ADRs sobre empresas europeas no tiene sentido alguno para un inversor español. Si los ADRs son sobre empresas no europeas, habría que hacer los cálculos anteriores añadiendo una prima de dificultad de seguimiento y de compra de la acción en el mercado originario. Si estamos hablando de Blue Chips, por lo general el ADR no compensa ya que son instrumentos mucho menos líquidos, con una horquilla mucho más ancha.
El uso del ADR no hace otra cosa más que complicar lo que es sencillo. Son más caros y no a cambio de una disminución del riesgo. Bajo mi punto de vista, no son más que nuevas barreras que le vamos añadiendo a la SENCILLEZ. En definitiva, son un engorro.