Siempre nos hacemos la misma pregunta, o al menos me la he hecho yo como consumidor de servicios. Tengo “solo” 7 años de experiencia en el sector y 12 como cliente y aún, la verdad no se que decir cuando un cliente/amigo me pide consejo sobre como consumidor de banca, cual es el mejor servicio bancario.
Y ahí es donde radica la eterna duda, si es más importante el asesor o la entidad, y he de deciros que dentro de la experiencia trabajando dentro y viviendo en varias entidades, ellas como ballenas que son, dan importancia plena a su marca y nosotros los que fuimos empleados damos importancia a nosotros mismos.
¿Se puede lograr un equilibrio?
Me gustaría sacar una reflexión sobre esto:
Como una persona preocupada por cumplir los objetivos de la entidad, sean cuantitativos o cualitativos, que en asesorar correctamente a sus clientes o a los clientes de la entidad, puede mejorar.
Cómo una entidad preocupada más en sacar sus objetivos cuantitativos que en un buen trato a su trabajador se va realmente a preocupar por el asesoramiento al cliente.
Si yo me quiero comprar una televisión de la marca “Sony”, creemos que “Sony” esta preocupada por el asesoramiento que recibo o simplemente por vender la TV. Pues sinceramente creo que en vender la TV, si ni siquiera se gastan dinero en tener a sus propias tiendas y asesores…
Estamos viendo dos falsas ilusiones frente a esto:
- Movilidad a los trabajadores para que nosotros como clientes estemos si o si con la marca y no con la “persona”.
- La falsa idea de que las “personas” al ser autónomas deben luchar por nuestros derechos como clientes, no teniendo la entidad poder sobre dichas personas
*y digo personas porque si, los gestores/asesores/agentes somos personas*
¿Y esto es lo que demuestra qué las entidades realmente se preocupan por nuestros intereses?
¿Vamos a ver un “Mediamarkt” en el sector?
Lo que estoy viendo en el sector es que esto ya está pasando, y como consejo y no es un consejo comercial, he vivido ambos mundos, el mundo de agentes y el mundo de asalariado y os puedo confiar que mis clientes, los que han confiado en mi, siempre han sido tratados como amigos a los que poder ayudar para sobrevivir en esta selva financiera.
¿Es por ello que confían en mí o en la marca? En eso no os puedo responder yo, y sinceramente hay de todo, pero y entonces cómo se puede entender el asesoramiento financiero como esa relación a largo plazo si en este plazo, siempre habrá cambios tanto de entidades, como de objetivos, como de necesidades.
¿cómo hacer que los clientes confíen plenamente en un asesor que realmente se preocupe de ellos? Esta es la clave del sector.