Este post supone un resumen de aquellos valores que deben tener las empresas en sus estados financiero para poder pensar que cuentan con una ventaja competitiva. Esta información la he extraído del libro “Warren Buffett y la interpretación de estados financieros” escrito por su exnuera Mary Buffett y David Clark, y si hacemos caso sus indicaciones vamos a ser capaces de identificar rápidamente qué empresas son candidatas a contar con ventajas competitivas duraderas. Y digo candidatas porque estamos suponiendo calidad basándonos en datos cuantitativos, por lo que es vital continuar con el análisis cualitativo a partir de estos indicios. Warren Buffett nunca ha escrito directamente un libro de inversión, pero se entiendo que este es uno de los mejores libros que se han escrito sobre él. A mí desde luego me lo parece. Junto con Buffetología, creo que ambos libros explican con mucha claridad y concreción la forma en la que Warren Buffett selecciona o ha seleccionado sus acciones.
El primer punto importante a tener en cuenta es que los datos de referencia se han de observar a lo largo de un período de al menos 10 años, es decir, debemos estar seguros de que la empresa muestra datos que indican ventaja competitiva de una forma duradera, sin variaciones importantes y mostrando que los buenos datos no son cosa de un día.
Otro punto importante a tener en cuenta es que normalmente estas empresas cotizan a ratios exigentes, por lo que es muy posible que para comprarlas a un precio aceptable y que sea una buena inversión debamos esperar a momentos en que caiga el mercado o la empresa sufra problemas puntuales con solución. No por invertir en una gran empresa estamos llevando a cabo una gran inversión, el precio al que se compra es muy determinante en todo ello. Sin embargo, aunque compremos a un precio un poco por encima de lo que querríamos, sus ventajas competitivas pueden hacer que el crecimiento año a año haga que dentro de unas décadas el precio de entrada no haya sido tan determinante. Por cierto, y por si no lo había dicho, para que este tipo de inversión funcione hay que mantener las acciones a muy largo plazo, como mínimo toda la vida (o lo más parecido a ello).
Para no hacer un post que sea muy largo y tedioso de leer, lo voy a dividir en tres partes que iré publicando de forma separada, las mismas en las que se divide el propio libro: Cuenta de Pérdidas y Ganancias, Balance de Situación y Estado de Flujos de Efectivo. También existe un capítulo sobre cómo valorar una compañía con ventaja competitiva duradera, pero todavía lo tengo pendiente de leer y no se si tendrá algún tipo de utilidad escribir al respecto. En este post empezamos por la primera parte, las claves de su estilo de inversión relativas a la Cuenta de Pérdidas y Ganancias:
- Ingresos. Son importantes, pero de mucha más importancia van a ser los costes, ya que será lo que determine el beneficio. No lo dice el libro pero lo digo yo, como norma general es deseable que estos sean estables y crecientes.
- Coste de los bienes vendidos. Ha de ser cuanto más bajo mejor, o lo que es lo mismo, el margen bruto ha de ser lo más elevado posible. Como norma general, una compañía con un margen bruto superior al 40% acostumbra a tener una ventaja competitiva duradera, pero también con este dato podemos identificar el grado de competitividad de la industria. Si los competidores del sector cuentan con márgenes brutos inferiores al 20%, estamos ante una industria altamente competitiva, y será complicado encontrar una compañía con ventaja competitiva duradera
- Gastos de ventas, generales y administrativos. Han de ser muy estables en función de los ingresos, que también deberían ser estables, lo que es indicativo de que la empresa no necesita hacer sobreesfuerzos y se adapta perfectamente a su nivel de ingresos. En cualquier caso, estos han de ser lo más bajos posibles de una forma sistemática. Como regla general, todo lo que esté por debajo del 30% con respecto al margen bruto se considera fantástico, pero también puede haber compañías con ventaja competitiva en un rango del 30% al 80% del margen. Una compañía que roce el 100% es a todas luces inaceptable
- Gastos en investigación y desarrollo. A diferencia de lo que se pudiera pensar, Warren Buffett considera que una compañía es mejor cuanto menos deba gastar en I+D, ya que es indicativo de que los productos que ofrece están tan metidos en la mente de las personas que no necesitan de actualizaciones o novedades para evitar quedar obsoletos. Por ejemplo, el sabor clásico de la Coca-Cola es demandado sin que necesite ninguna inversión para buscar nuevos sabores, colores o aromas. Tampoco los servicios que presta Moodys, cuyo riesgo de que sus productos queden obsoletos son bastante remotos, dado que se dedican a analizar riesgos financieros. Por el contrario, muchas de las inversiones en I+D generan patentes que expiran, o avances tecnológicos que pueden ser sustituidos por una tecnología más moderna de otro competidor.
- Amortización. Cuanto menor sean las inversiones de capital, menor será la amortización. Nunca debemos olvidar que la amortización supone un gasto muy real (con la salvedad de que es periodificado) a lo largo de la vida útil del activo adquirido. Y cuando este activo complete su vida útil, será necesario reemplazarlo por otro, volviendo a causar costes a la empresa. Por ello, una empresa con ventaja competitiva duradera suele presentar un coste de amortización menor sobre el margen bruto en comparación con aquellas compañías sin ventajas competitivas. Por ejemplo, Coca-Cola dedica a amortización el 6% del margen bruto o Wrigley el 7%, mientras que empresas en sectores más competitivos como el automovilístico dedican entre el 22% y el 57%. Pero cuidado (esto lo digo yo, no el libro), esto es una regla general pero, como con todo, es necesario leer la letra pequeña. Por ejemplo, hay compañías cuya ventaja competitiva está en contar con bienes o activos irreemplazables (un edificio comercial en la calle principal de una gran ciudad, una cantera, una mina,…etc) que muy posiblemente requieran una elevada inversión y deban ser amortizados.
- Gastos financieros. Igual que en el caso de la amortización, cuanto más bajo sea, más indicativo resultará de que la empresa genera la suficiente caja como para no necesitar excesiva financiación ajena. Por ejemplo, Wrigley paga en intereses un promedio del 7%, mientras que Goodyear paga un 49% de media. Hay que tener cuidado porque el porcentaje de intereses dependerá mucho del tipo de industria. Como norma general, una compañía con ventaja competitiva duradera de la categoría de bienes de consumo pagará un gasto financiero inferior al 15% de los ingresos de explotación.
- Ganancia o pérdida en la venta de activos y otros. Como se trata de ingresos o gastos no recurrentes, a la hora de determinar si una empresa tiene o no ventaja competitiva duradera se deberían eliminar de los cálculos. De lo contrario, podríamos cometer el error de tomar como referencia un ejercicio en el que se produzca un ingreso o gasto excepcional a la hora de extrapolar los beneficios de los próximos años, lo que podría ocasionarnos errores por sobrevaloración o bien errores por omisión.
- Impuestos sobre beneficios. Algunas veces, a las compañías les gusta explicar a todo el mundo que ganan más dinero del que están ganando en realidad. Si una compañía reporta unos beneficios distintos a lo que resultaría de aplicar el tipo impositivo de cada país, deberíamos empezar a dudar. Una empresa que trata de engañar a la autoridad fiscal es muy posible que también trate de engañar a sus accionistas.
- Beneficio neto. Este debe mostrar una tendencia histórica al crecimiento para considerarse que pueda existir una ventaja competitiva. Además, debe presentar un porcentaje superior de ganancias netas en relación con los ingresos totales de las empresas de la competencia. Siempre preferirá una empresa que ingrese menos con un alto margen que no una empresa que venda mucho pero cuente con un margen pequeño. Como norma general, si una empresa cuenta con un historial de beneficios netos superior al 20% de sus ingresos totales, existen muchas posibilidades de que posea una ventaja competitiva a largo plazo. Si este porcentaje es inferior al 10%, es muy posible que la compañía opere en un sector altamente competitivo donde ninguna compañía cuente con ventajas competitivas duraderas. Esto, evidentemente, deja una zona gris de entre el 10% y el 20% de margen por estudiar. Como excepciones serían los bancos y empresas financieras, ya que un elevado margen puede indicar que se están asumiendo demasiados riesgos, y el dinero fácil a corto plazo nunca termina bien a largo plazo.
- Beneficios por acción. Seguro que esto le suena a muchos, ya que la cifra de beneficio neto no tiene el mismo significado si el número de acciones ha sido alterado. Es el beneficio por acción lo que va a determinar el precio al que va a cotizar dicha acción. También hay que tener en cuenta que el beneficio por acción de un único ejercicio no es útil para identificar ventajas competitivas duraderas, será preciso analizarlo a lo largo de diez años para tener una imagen clara de la misma, y en el que brille por su regularidad y tendencia al alza. De nada sirve alternar años de ganancias con años de pérdidas, lo realmente interesante es obtener una cierta regularidad en la cifra y que siempre tienda a incrementarse.