https://www.elconfidencial.com/empresas/2024-11-23/farma-catalan-no-bueno-linea-grifols-almirall_4008058/Ahora resulta difícil de creer, pero hubo un tiempo (a.G.), antes de Grifols, en el cual la Generalitat pujolista encargaba estudios para fusionar las cinco
grandes farmacéuticas catalanas y crear un gigante del sector. Estamos hablando de
Almirall, Esteve, Ferrer, Uriach y Prodesfarma. Al final, solo Almirall y Prodesfarma se integraron. El resto siguió su camino marcado por la estructura de cada una de las familias propietarias. Cuando Grifols salió a bolsa, todo cambió y se dejó de hablar del sector porque ya no eran un grupo heterogéneo, sino que más bien parecían Blancanieves y los cuatro enanitos. En la actualidad, en la era d.G., después de Gotham, el sector ha pasado de esperanza blanca a borrón de tinta de la economía catalana, cuya expresión más clara es el culebrón de
la OPA de exclusión de Grifols. La situación de Grifols no se entiende, y la mayoría de los particulares están malvendiendo antes de quedarse en algo que solo puede ser apto para especuladores de alto riesgo.
Brookfield sigue sin presentar su OPA cinco meses después de anunciarla. Y no puede ser por falta de fondos del grupo canadiense. El comunicado de Brookfield a la CNMV, confirmando que baraja un precio de 10,5 euros por acción,
como avanzó El Confidencial, lo califica casi como un ejercicio técnico, sin presentar la OPA y advirtiendo de manera textual: "No existe ninguna garantía de que se realice una oferta sobre las acciones de Grifols", lo cual carece de sentido, a menos que se trate de una estrategia para mantener las acciones bajas, cuando los resultados del tercer trimestre habían sido buenos. La oferta es de derribo. Para las acciones B, que cotizan sin derechos políticos, este precio orientativo sería
mucho más bajo: 7,62 euros el título. La semana pasada Grifols cotizaba a 11 euros y esta ha acabado rondando los 10,4 euros. Para ese planteamiento es necesaria la complicidad de la familia Grifols, ya que hay que cambiar los estatutos que establecen que no se podían valorar en menos las acciones B, que se negocian en España, pero respaldan los ADR a través de los que
Grifols cotiza en el Nasdaq. ¿Qué gana Brookfield con todo esto? Poder presentar dentro de un mes una oferta a 11 euros que seguirá siendo un atraco para los minoritarios, pero que, en comparación, parezca un mal menor para un
accionariado exhausto. Es como el consejo de Grifols diciendo que
rechazan la OPA, pero que siguen hablando con los canadienses. Para rechazar una OPA, antes tienen que presentarla. El pequeño detalle es que esto aún no ha ocurrido.
Precio y valor
Grifols puede valer el triple de los 6.450 millones en que Brookfield valora la compañía una vez que se reestructure la deuda de 11.000 millones en términos razonables. También cuando se rompan los vínculos con
el holding familiar de la familia, Scranton Enterprises, el cual, según fuentes del sector de bienes raíces, está poniendo a la venta activos inmobiliarios para seguir deshaciendo un apalancamiento que ahora depende del fondo Oaktree, una rama de
Brookfield, al fin y al cabo. Podría pensarse que es un problema focalizado en la familia
Grifols. Un resumen sería:
Blancanieves se ha quedado dormida tras morder la manzana de la deuda envenenada, pero los enanitos siguen trabajando en la mina de diamantes. No parece ser el caso. Tras presentar una bajada de beneficios a la mitad la acción de Almirall cayó un 6% Mientras tanto, ahí está Almirall. Su acción no despega, sigue ligeramente por encima de los 8 euros tras lo que parece otro año perdido con una apuesta por la dermatología que
no acaba de consolidarse en términos económicos. Los
consejeros delegados no duran. Los resultados de Almirall presentados este mes de noviembre han sido especialmente malos: una caída del 47% en el beneficio, pese a que las ventas subieron un 8%, hasta los 727,6 millones. Desde entonces, hace dos semanas,
las acciones han caído un 6%.
Mejor callados
El expresidente y máximo accionista,
Jorge Gallardo, aseguró en el Cercle d'Economia en 2015: "Hemos pagado todos los impuestos. A nivel personal y de la compañía. No nos hemos llevado nada a Andorra, así que nadie me puede dar lecciones de catalanidad". En la cuestión de la sede, Almirall se mantuvo en Barcelona. En lo fiscal, el silencio hubiese sido más prudente. Unos meses después, ya en 2017, trascendía en los
papeles de la Castellana que los Gallardo se habían acogido a
la amnistía fiscal de Montoro tres años antes y que habían regularizado 113 millones de euros que tenían fuera. No en Andorra, pero sí en Suiza. La combinación familia, farmacia y bolsa sigue sin funcionar en Cataluña Igual que en el caso de Grifols, en Almirall la combinación
empresa familiar, grupo farmacéutico y bolsa no acaba de funcionar en Cataluña. Es muy difícil competir en un segmento de actividad donde la exigencia de inversión en I+D precisa de economías de escala que ya no están al alcance del sector catalán, convertido ahora en un grupo de empresas irrelevantes. Como publicó el
análisis de Bankinter tras la publicación de los resultados de Almirall de este mes de noviembre: "Reiteramos nuestra
recomendación táctica de vender. En el contexto actual de mercado, vemos un mayor atractivo en los sectores de crecimiento, como tecnología o ciberseguridad, frente a los sectores más maduros y de corte valor, como es el caso de las farmacéuticas".