¿Por qué mi dinero va a una cuenta ómnibus?
Las cuentas ómnibus son cuentas de valores en las que se concentran las acciones de todos los clientes. Esta modalidad, que viene sustituyendo progresivamente a las cuentas nominativas, permite a pequeños inversores acceder a diferentes productos de inversión a los que no podrían llegar por no contar con una cantidad mínima o, simplemente, porque las comisiones acabarían siendo demasiado elevadas en comparación con la cantidad invertida.
Este último punto es el que hace que
muchos brókers se decanten por las cuentas ómnibus para operar en mercados internacionales, ya que, de lo contrario, los costes serían demasiado altos para los inversores minoritarios. Algunos de los más conocidos son
DeGiro, Clicktrade o Interactive Brokers. Pero estas cuentas también empiezan a estar presentes incluso
entre las novedosas 'apps' de ahorro por redondeo, que destinan el ahorro de sus clientes a productos de inversión utilizando, en muchos casos, cuentas ómnibus.
Otro ejemplo son
los fondos de inversión internacionales. En muchos casos, estos fondos exigen una cantidad mínima que no todos los inversores pueden cumplir. Por este motivo, pueden ofrecer a sus clientes
la posibilidad de invertir a través de una cuenta ómnibus y acceder al producto que están buscando.
Así, a través de este vehículo, el cliente que quiera invertir en diferentes mercados y valores no tendrá que abrir una cuenta nueva por cada entidad en la que vaya a realizar una operación, por lo que se hace mucho más cómodo. Eso sí, aunque se invierta el dinero de varios clientes de forma colectiva, la entidad no podrá operar sin su autorización, pese a que en el nombre de la cuenta no figure el de los propios clientes.
¿Son seguras las cuentas ómnibus?
Cuando una sociedad de valores abre una cuenta ómnibus a sus clientes, el nombre del titular de la misma es de la propia sociedad, por lo que en muchos casos los inversores ven este tipo de cuentas con cierto recelo.
Sin embargo, pese a ser una cuenta global que posee los valores de sus clientes, la entidad está obligada a individualizar contablemente la posición de cada uno de los partícipes, por lo que se conocen de manera clara cuáles son las inversiones con las que cuenta cada cliente.