Los bancos europeos tardarán “décadas” en deshacerse de sus créditos tóxicos.
Han pasado ocho años desde la caída de Lehman Brothers que desencadenó la crisis financiera, pero los bancos europeos aún tienen 1,2 billones de euros en créditos improductivos, y probablemente seguirán ahí durante décadas, según considera KPMG LLP en un informe que recoge Bloomberg.
El escaso crecimiento económico en toda la región está haciendo más difícil para los prestamistas deshacerse de los activos tóxicos, perjudicando la rentabilidad de los bancos, que también se ven sometidos a la presión de unas reglas de capital más duras y de las posibles multas por mala conducta, advierte KPMG. A las entidades podría llevarles “décadas en lugar de años” reducir sus exposiciones, obstaculizando la rentabilidad.
Los bancos europeos están luchando para recortar los préstamos dudosos, ya que los ingresos por los créditos se están evaporando debido al escenario de tipos negativos propiciado por el Banco Central Europeo (BCE). Los márgenes de intereses netos, que miden la diferencia entre los ingresos de los préstamos frente al costo de la financiación, presentan un promedio del 1,2% en la región, en comparación con el 3% en EEUU, señala KPMG.
“Invertir la rentabilidad de los bancos europeos no es una causa perdida, pero sin duda será muy trabajoso”, señala Marcus Evans, socio de la oficina de KPMG en el BCE, en un comunicado. “Está claro que en toda Europa los bancos siguen luchando contra el nuevo mundo de tipos de interés bajos, o negativos, y el aumento de los costos de capital y regulación”.
El valor total de los préstamos tóxicos en Europa ha aumentado desde representar en 2008 alrededor de un 1,5% de los préstamos a más de un 5% en 2013, destaca el informe. Esto tiene un impacto negativo sobre la rentabilidad de los intereses no pagados, elevando las provisiones contra activos deteriorados y realizando pérdidas al disponer deudas incobrables, según la firma.