El enfoque en las valoraciones y en el precio a pagar han sido históricamente clave para definir el retorno total para el accionista. Normalmente, cuanto más atractiva la valoración, mayor ha sido el retorno en el largo plazo. Como veremos, este año esto no es así. De momento, estamos en el mundo al revés.
A continuación vamos a hacer un ejercicio observando tres ratios de valoración. Para el estudio hemos usado datos del ETF iShares MSCI World como aproximación para analizar el impacto en el índice MSCI World. Los retornos son para el periodo comprendido entre enero y agosto de 2018. Todos los datos son en dólares americanos. Dividimos el universo en 5 quintiles ordenando cada ratio en cuestión.
Empezamos con el famosísimo ratio PER, que pone en relación el precio pagado con los beneficios que genera la empresa. Si nos disponemos a comprar un negocio nos interesará pagar poco por cada unidad de beneficio, por lo que buscaríamos un PER bajo. En el gráfico de debajo podemos ver como el segmento más caro del mercado es el que ha tenido los mejores resultados.
Otro de los ratios clásicos que podemos observar es el ratio P/Valor en libros (en inglés P/B). Este ratio pone en relación el precio pagado por el negocio con el valor contable de este. Al igual que ocurría con el PER, nos interesará un ratio bajo. De nuevo podemos ver en el gráfico como las acciones que han mostrado un mejor comportamiento son las que están en el segmento más caro.
Por último, podemos analizar el comportamiento de la rentabilidad por dividendo, que se calcula con el dividendo por acción divido por el precio pagado por el negocio. En esta ocasión cuanto mayor, normalmente mejor. Tenemos que tener en cuenta aquí que una empresa podría generar muchos beneficios y repartir muy pocos, lo que en nuestra opinión hace que esta métrica, utilizada de forma aislada, sea de menor calidad.
Los resultados apuntan en la misma dirección que los ratios anteriores. Las empresas que no pagan dividendo están siendo las estrellas del mercado, y las que tienen el comportamiento más pobre son las que ofrecen un mayor dividendo.
Pese a que los distintos ratios mencionados tienen sus debilidades, el hecho de que todos muestren la misma dirección nos dice algo. El mercado hoy está centrado en un perfil de empresa específico, que premia mayores expectativas de crecimiento y donde la valoración no es tan importante. La historia nos enseña que sí es importante y que tarde o temprano el río vuelve a su cauce. La prudencia de no pagar precios excesivos será recompensada: seamos pacientes.