Los ETFs son fondos de inversión que se compran y venden en Bolsa como si fueran acciones. Se trata de un fondo indexado que intenta replicar el índice de referencia.
Se trata de un gran producto de inversión debido a que permite el acceso a pequeños y grandes inversores a una amplia variedad de mercados, sectores, activos o zonas geográficas.
Al invertir en un ETF quedamos expuestos al entorno que pueda influir sobre el índice que se intenta replicar. De esta manera, si el índice que se replica incrementa, el ETF también.
En cambio, a diferencia de los ETFs tradicionales los ETFs inversos permiten beneficiar a los inversores de la posición contraria, es decir, si el índice que replica el ETF se encuentra bajista, el ETF inverso aumentará y viceversa.
Los ETFs inversos se utilizan para tomar posiciones bajistas y beneficiarse cuando los precios están bajando, de esta manera, se pueden obtener beneficios de la posición de los mercados sin necesidad de recurrir a productos derivados.
Como podemos observar en la tabla, cuanto mayor sea la volatilidad del índice y el horizonte temporal, mayores serán las diferencias en los resultados obtenidos a través del índice normal y el índice inverso.
Por otro lado, si observamos gráficamente un ETF y un ETF inverso, podremos comprobar como la evolución de sus rentabilidades tras su replicar el índice de seguimiento, supone un espejo, el ETF alcista vs ETF inverso bajista.