Sergi, alternativas podemos proponer muchas; pero muchas que sean realizables...
Mira, yo también despotrico contra políticos corruptos y muchas veces me darían ganas de irme a vivir al monte y dejar para los del valle toda esa mierda que no entiendo y no comparto. No te voy a decir que me parecen correctas las soluciones de los chinos, pelotón u horca, pero hay veces que me quedo con las ganas.
Pero las alternativas tienen que ser reales, aplicables y sostenibles por que si no pasan a ser meros parches que, a la larga, corren riesgo que ser peores que la enfermedad.
Me parece muy bien que la gente proteste; de hecho, lo raro es que haya habido que esperar a que haya 5 millones de parados para que se monte algo tan tibio, por no decir fresquito, como este movimiento 15M.
¿Qué me ocurre? Que no veo que se presenten soluciones a los problemas; es mas, desde el momento que a la indignación y a la protesta se le ha intentado dar un contenido programático o político su credibilidad, para mi, ha caido en picado.
No se puede hablar como portavoz diciendo que no se representa a nadie; no existen movimientos sin líderes y para ser un lider hace falta mucho mas que plantar la tienda en el centro de la ciudad y dejarse hacer fotos. Hay que recabar apoyos efectivos, hay que plantear cosas...hay que integrarse en el sistema para intentar cambiarlo desde dentro por que desde fuera no es que no se pueda, es que hay que hacerlo de otra forma...y de eso en España sabemos un montón, por desgracia.
El problema de la corrupción, la democracia falseada, las instituciones que no representan a nadie no es nuevo. Recuerda que inventamos la picaresca y puedes ver que el problema está enquistado si lees un libro de Juan Eslava Galan sobre la crisis de 98 (http://www.juaneslavagalan.com/ficha.php?id=12); yo lo descubrí hace unos años y lo he leido 3 veces y me asombra cada vez mas cómo lo que ocurrió hace 120-150 años se parece tanto a nuestra rabiosa actualidad.
Ójala de esta indignación salgan ideas, planes, proyectos que mejoren la vida de todos pero, por favor, no dejemos de tener los pies en el suelo o corremos el riesgo de caernos y que con la llorera se diluyan las buenas intenciones.
Saludos