La economía de Canarias se encuentra hoy día volcada sobre el turismo, el cual no sólo genera la mayor parte de los servicios, sino que de él dependen otros muchos sectores (construcción, servicios para los turistas, restauración, hostelería) e impulsa otros que son decisivos para mantener a las islas: aprovisionamiento de productos, logísitica y comercio exterior. Se calcula que el turismo aporta a Canarias, de forma directa o indirecta, nada menos que el 70% del PIB regional. Canarias es extremadamente dependiente del turismo.
A pesar de ser la tercera región con más visitantes de España, se debe tener en cuenta que en Canarias existe turismo durante todo el año y que los otros sectores económicos no tiran tanto del carro ni mucho menos. Ni siquiera la exportación del afamado y estupendo plátano canario se le puede comparar en términos económicos. La industria es escasa y representa sólo el 7% del PIB y está concentrada en las grandes islas, Gran Canaria y Tenerife.
Se puede decir que, si de repente le quitaran el turismo a Canarias, las islas pequeñas volverían a los años cincuenta. Islas como Lanzarote o Fuerteventura dependen tantísimo del turismo que verse privadas tan sólo de la mitad de los ingresos que procura, en unas islas ya de por sí azotadas por el desempleo, tendría un impacto tremendo en sus pequeñas economías.
La costa infinita de Lanzarote. Fuente
Las playas serenas de Fuerteventura. Fuente
Canarias es hermosa, es belleza serena. Nunca defrauda. Les aconsejo muy mucho que la visiten si aún no han tenido oportunidad. De testimonios de terceros y del mío propio les puedo decir que todas las islas, sin excepción, merecen la pena.
Cualquier gobernante con dos dedos de frente protegería al turismo como fuente natural de ingresos de las islas mientras la economía no sea capaz de diversificarse. Y en unas islas tan pequeñas y alejadas de la metrópoli es complicado abrir el abanico de sus economías, aunque se ha intentado. Cualquiera entiende que el primer paso para no depender tanto del turismo es, precisamente, proteger el turismo mientras se aborda un difícil modelo de cambio productivo. Cualquiera... excepto los que nos gobiernan ahora.
El Ministerio de Industria tiene listo el permiso de prospecciones de hidrocarburos para Repsol sin haber visto siquiera las alegaciones.
Y yo creo que esas alegaciones son gordas, oiga. En caso de que exista un derrame de crudo en la región petrolífera submarina, la economía de las islas orientales, Lanzarote y Fuerteventura, se iría a pique en el acto y tardaría bastante tiempo en recupersarse. Los suizos, británicos y alemanes que hoy van a Canarias no tienen ningún problema en cambiar el destino por una isla griega sobre la marcha.
Se estima que cuando los yacimientos estén a pleno rendimiento, y suponiendo siempre que las estimaciones de reservas sean correctas y que no haya problemas con nuestro vecino marroquí, se extraerá el equivalente al diez por ciento del petróleo consumido en España, eso viene a ser poco más de 2.500 millones de euros al año. Es decir, se está poniendo bajo seria amenaza la economía de una región ultraperiférica europea, la segunda con más desempleo de España, por una cantidad de crudo que podríamos ahorrar fácilmente tan sólo incentivando EN SERIO la compra de vehículos más eficientes o vehículos eléctricos.
Ese petróleo NO le hace falta a España, pues somos perfectamente capaces de ahorrarlo si se implantaran las políticas adecuadas. Y aunque la multinacional que lo extraerá tenga sede social en Madrid, su destino no tiene por que ser acabar en puerto español. Como buena empresa privada, Repsol hará con el petróleo lo que le venga en gana y sea mejor para sus accionistas. Refinarlo en Santa Cruz, en la Península o vendérselo a China. Lo que más dinero dé, sin duda. No hagan cuentas simplistas: sacar 2.500 millones de euros de crudo al año no significa que España deje de pagar 2.500 millones de euros al exterior. La empresa que obtendrá el petróleo no es pública ni el objeto de la explotación será equilibrar el desmesurado desequilibrio comercial energético, y aunque así fuera, ya ven... el impacto sobre la dependencia energética española sería mínimo.
La solución no reside en agujerear la corteza terrestre como si no hubiera un mañana para seguir drogando al petrotoxicómano español, sino en acometer un buen plan de rehabilitación para devolver la salud al enfermo, para que cada mañana se levante sin necesidad de seguir enganchado a la droga. En esa fiebre por perforar hasta el último rincón del planeta para aumentar los dividendos de unas pocas compañías se va a correr un riesgo inmenso. Empresas que, como se ha comprobado demasiadas veces, no pueden garantizar la seguridad y que no se responsabilizan cuando se producen vertidos o grandes desastres.
Como muestra valga un botón: La garantía por responsabilidad civil en la fase de prospección de yacimientos que ha impuesto el Estado a Repsol es de sólo veinte millones de euros. En caso de derrame serio eso no da para pipas.
A pesar de que ya está transpuesta la Directiva que como resultado del derrame del Golfo de México de 2010 endurece las garantías ambientales en caso de vertido, no se llamen a engaño. En caso de accidente serio no hay seguro (ni empresa multinacional) que pueda afrontar una catástrofe. Pasa algo parecido, pero a lo bestia, con los seguros nucleares. TEPCO estaría en quiebra por las indemnizaciones por valor de 100.000 millones de euros de no ser porque la sostiene el Estado japonés.
En el accidente del Golfo de México se vertieron seis millones de barriles de crudo durante 87 días de la primavera de 2010. Fueron afectados más de 25.000 km de costa y las consecuencias son claramente visibles aún hoy día. Los ciudadanos estadosunidenses tienen la suerte de que, en efecto, quien contamina paga y la BP está pagando. En España ese silogismo está escrito en papel mojado y las promesas se las lleva el viento. ¿Recuerdan el caso Boliden de las minas de Aznalcóllar que estuvo a punto de cargarse Doñana? La empresa sueca salió indemne y quince años después no ha puesto un euro encima de la mesa.
En cuanto al impacto positivo que tendrá en Canarias la actividad petrolera, es innegable que algo hará. Se necesitarán los puertos de Puerto del Rosario y Arrecife para ciertas labores, pero los trabajadores de esa industria pertenecen a un tipo de personal altamente cualificado que no se encuentra en cualquier sitio (probablemente estén ahora trabajando en Angola o formándose en Madrid) y que trabaja en turnos de doce horas por unas cuantas semanas para a continuación tomar el avión que les paga la compañía a pasar otras tantas semanas de merecido descanso en casa. El impacto económico de estas explotaciones en las islas más orientales será nimio comparado con el riesgo potencial que corren en caso de vertido o derrame. En todo caso, se están sacando del armario las manidas frases demagógicas con olor a naftalina para justificar el negocio: prosperidad, puestos de trabajo, creación de riqueza... pronto tendremos muchos puntos de la lista de características que definen a toda panacea energética a pesar de lo limitado del yacimiento, a saber (lo rescato de un post anterior sobre shale gas):
- Se trata siempre de recursos finitos que se localizan en el subsuelo y que algún día se agotarán o bien su extracción ya no sea interesante.
- Con este nuevo recurso se anuncia por fin la tan deseada independencia energética. Me explicarán como puede ser un Estado independiente desde el punto de vista energético si el recurso es finito, es decir, agotable. La fiesta durará unos años a lo sumo.
- La extracción y tratamiento del recurso conlleva una ingente cantidad de inversiones muy intensivas en capital que necesitan de fianciación preferente, ayudas públicas, etc.
- No está muy claro que devuelvan más energía de la que se consume en procurar su extracción. En muchos casos la Tasa de Retorno Energético podría ser menor que 1, pero mientras sea económicamente interesante, adelante con los faroles.
- Las posibilidades son tales que se promete a bombo y platillo una revolución energética que resolverá los siempre presentes males energéticos de la sociedad moderna.
- Los permisos de exploración y extracción se conceden en exclusiva a empresas privadas. La administración pública se limita a conceder el permiso casi siempre gratis, dado que hay puestos de trabajo prometidos. Si los poderes públicos presentaran algún reparo basado en dudas razonables, tales como el principio de precaución, la empresa dirá que la administración se niega a dialogar, que cierra la puerta a la creación de puestos de trabajo y que perjudica la atracción de inversiones.
- Los anuncios de panacea energética suelen darse justo a continuación de una crisis económica.
- En el caso de España, la tecnología de extracción, preparación y mantenimiento suele ser extranjera, y no precisamente barata. Con el fracking estamos viendo como se importa maquinaria desde Estados Unidos sobre todo. (Mientras, las empresas renovables españolas hacen la maleta hacia Estados Unidos y el resto del mundo).
- Las empresas que pueden beneficarse de la captación y venta del recurso son escasas, famosas y se suelen constituir fácilmente en régimen de oligopolio. Por supuesto el oligopolio energético presente en el país está siempre a favor de la nueva panacea energética de turno. Y por supuesto lo primero que hacen es nombrar un foro o asociación por el diálogo y el entendimiento de la nueva panacea energética para las necesarias labores de propaganda. No suelen dar la cara porque no inspiran mucha confianza en el consumidor, pero no desaprovechan ningún foro para mostrar su entusiasmo por la nueva panacea.
- Dadas las innegables y inconmesurables ventajas que nos trae la nueva tecnología, se reclama insistentemente una mayor relajación normativa y ambiental así como un apoyo financiero público cuantioso.
- Los problemas medioambientales suelen ser minimizados o directamente ridiculizados.
- La población local cercana al yacimiento energético suele beneficiarse de algunos puestos de trabajo, pero no participa en el reparto de beneficios y, por supuesto, sufre la peor parte de la historia en relación a los efectos sobre el medio ambiente (minas o perforaciones, alteración de la calidad del agua, suelo y aire, etc.)
- Son siempre recursos energéticos que no sólo no ayudan a que la producción y consumo de energía se democratice, sino que redunda en una mayor exclusividad de la producción de energía y colocan al consumidor como un mero precio-aceptante a la hora de adquirir su energía.
Eso sí, El ministro Soria se acaba de asegurar un sillón en la multinacional el día de mañana, figurando en la galería de ilustres políticos aficionados a las puertas rotatorias. Más vale que se quede en Madrid para siempre porque si vuelve a pisar Canarias algún día lo lincharán. Mira que es dificil poner de acuerdo a las dos provincias canarias en algo, con ese odio irracional que se tienen la una a la otra... pues Soria, canario para más inri, lo ha conseguido.
Y todo ello ocurre donde por fin se tiene una comunidad que se abastece ya por fin con electricidad cien por cien renovable. Donde ni siquiera se sabe con exactitud el inmenso potencial geotérmico que albergan las islas.
Los cinco aerogeneradores de la central hidro-eólica de El Hierro proveen a sus 10.000 habitantes de toda la electricidad que puedan necesitar. Un sistema de almacenamiento hidráulico asegura que la variabilidad de recurso eólico no comprometa el suministro. A pesar de que se ha dicho por activa y por pasiva que El Hierro es la primera isla con electricidad 100% renovable, lo cierto es que Islandia tiene ese mérito desde hace muchos años.
Sospecho que Canarias tiene energía para dar y regalar, energía geotérmica de muy alta entalpía en las siete islas, vientos constantes, abundancia de sol. Canarias, no me cabe duda, sería autosuficiente totalmente en veinte años desde el punto de vista energético si se lo permitieran. En lugar de trabajar por dotar de un aliciente más al turismo de la región (además de bonita, limpia, sería el lema), la van a exponer a un desastre medioambiental para que el drogadicto siga chutándose su dosis diaria.