Al invertir periódicamente en un fondo indexado, el inversor que no sabe nada puede superar a la mayoría de los profesionales de la inversión. Paradójicamente, cuando el dinero “tonto” admite sus limitaciones, deja de ser tonto.
Warren Buffett
En una entrada anterior dibujamos las líneas maestras de un plan de ahorro montado por nosotros mismos, sin recurrir a la oferta estándar del mercado (carteras perfiladas, gestores automatizados, etc).
Las ventajas de hacerlo así son un considerable ahorro de costes y un ajuste mucho mayor a nuestras necesidades y preferencias individuales. Eso sí, necesitamos tener unas cuantas ideas claras, fortaleza mental y disposición a dedicar un poco más de tiempo a nuestras finanzas personales.
Respecto a las ideas, no hace falta ser un gran experto. En un entorno con un alto grado de incertidumbre irreductible como es de la inversión, la ventaja competitiva que da un mayor conocimiento es muy pequeña y volátil (no se mantiene estable en el tiempo). Además, es bastante habitual que se convierta en contraproducente porque alimenta el sesgo de confianza excesiva, llevando al “experto” a asumir riesgos innecesarios y mal calculados.
Un ejemplo muy ilustrativo es de la quiebra en 1998 del LTCM y la reflexión de Warren Buffett al respecto:
Viendo a los 16 gestores del Fondo Long Term Capital Management (LTCM), sería imposible encontrar a otro grupo de 16 personas con más inteligencia (IQ) en Estados Unidos trabajando juntos en una oficina. Además eran 16 financieros con un excelente currículum pero en resumen: quebraron.
Eran gente honesta, pero para ganar un dinero que no tenían ni necesitaban, arriesgaron el que si tenían y necesitaban y esto es imprudente
Por eso Buffett recomienda como mejor fórmula para el ahorro a largo plazo del pequeño inversor comprar y mantener fondos indexados de bajo coste; y dice cosas tan provocadoras como la cita que encabeza este artículo, quizás harto de que se utilice su nombre para avalar la venta de tesis y productos de inversión de alto coste y resultados inciertos. No tiene el más mínimo interés en vender a la gente las acciones de Berkshire Hataway aunque cotice en bolsa, porque el beneficio lo busca en los frutos de la actividad empresarial del holding, no en la compraventa de sus acciones. Es consciente del componente de azar que toda inversión tiene y también de que no es lo mismo comprar acciones que comprar empresas tomando el control de la gestión o, al menos, siendo un accionista con peso e influencia significativa.
En las últimas semanas he estado trabajando intensamente en el diseño de un plan de ahorro con dinero y operaciones reales.
El esquema descrito en la entrada aludida más arriba, lo he enriquecido aprovechando la posibilidad que ofrece MyInvestor de suscribir dos fondos distintos referenciados al mismo índice, el MSCI World.
En el siguiente cuadro se recogen todos los datos de la planificación de la inversión que vamos a realizar
Vamos a superponer dos estrategias una más agresiva en donde canalizaremos hacia la renta variable el 80% de las aportaciones y otra más conservadora con una aportación del 50%. Ponderando cada una al 50%, el total planificado inicialmente de exposición a bolsa es de 39.000 euros, el 65% del importe total del plan.
Se trata de porcentajes de referencia, no de asignaciones rígidas. En la práctica, los porcentajes variarán en función de las reglas de los subsistemas y de los ajustes por inflación, pero es poco probable que difieran sustancialmente de los previstos.
Dependiendo del riesgo que queremos asumir se puede elegir una de las dos, sabiendo que la expectativa de rentabilidad será tanto menor cuanto menos arriesguemos pero también menos volátil, es decir, el resultado que obtengamos tendrá menos probabilidades de diferir significativamente de nuestra expectativa.
La estrategia agresiva es el DCA (dollar cost averaging) de toda la vida, la más popular y generalizada de todas las formas de ahorro a largo plazo. Consiste en aportar periódicamente una cantidad fija. De esta manera en los momentos de caída compramos más participaciones y en los de subida menos.
Cuando se tiene una cantidad fija inicial para invertir, el debate sobre si es mejor repartirla a lo largo del tiempo es complejo. No hay una respuesta “correcta” válida para todos los casos, depende de si pretendemos primar la rentabilidad por encima de todo o, por el contrario, buscar un mayor grado de seguridad tanto en el terreno psicológico como en el económico ya que, en el supuesto de una caída importante y sostenida en el tiempo durante el período de nuestra inversión, el DCA va a resultar más rentable o, al menos, menos perjudicial que la aportación única.
Cuando hablamos de nuevo ahorro, el DCA pasa a ser la opción más agresiva si invertimos siempre en renta variable con independencia de las circunstancias del mercado.
Esta agresividad es una opción válida, pero no debemos ignorar nuestras propias circunstancias, sobre todo nuestro horizonte de inversión. Cuando es muy amplio, la probabilidad de finalizar con una rentabilidad positiva y superior a la que obtendríamos manteniendo nuestro dinero en cuenta o depósitos es muy alta. Pero a medida que el horizonte se reduce aumenta la incertidumbre. A menos de 5 años, la inversión al 100% en bolsa empieza a ser bastante arriesgada, a 3 el riesgo se incrementa sustancialmente y a 1 año entramos en el terreno de la lotería.
Planificación del subsistema DCA
- 6.000 euros aportación inicial a renta variable.
- 18.000 euros procedentes de las primeras 90 aportaciones de 200 euros asignados siempre a renta variable.
- 6.000 euros de las últimas 30 aportaciones asignados preferentemente a renta fija o liquidez de acuerdo con las reglas que se establecerán en su momento.
La estrategia conservadora es la prometida versión simplificada del 123 invierta otra vez. Se trata de una optimización del DCA mediante el uso de referencias de rentabilidad de la inversión para ajustar al alza o la baja la cantidad a invertir.
Planificación del subsistema 123
- 3.000 euros de aportación a renta variable y otros 3.000 a liquidez
- 12.000 euros de las primeras 60 aportaciones asignados preferentemente a renta variable según las reglas del sistema 123
- 12.000 euros de las últimas 60 aportaciones asignados preferentemente a renta fija o liquidez de acuerdo con las reglas que se establecerán en su momento.
En la siguiente entrada veremos en detalle la puesta en marcha del plan con la apertura de la cuenta y la aportación inicial.