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Busque, compare y si encuentra algo mejor... deslocalícese.

No se debe confundir la deslocalización de fortunas con la evasión fiscal. La simple evasión fiscal duele menos a las arcas de los estados con alta fiscalidad, ya que a pesar de ser mucho más numerosas, son parciales e incluso algunas temporales o circunstanciales. Sin embargo una deslocalización es definitiva y total. Casi siempre son un cambio hacia una mayor calidad de vida y de entorno fiscal. Suelen ser también movimientos de grandes patrimonios que pagaban (como comentaba Cachilipox) en base a ingresos, ganancias, tenencias y consumos, enormes cantidades de dinero. Esa deslocalización duele mucho al erario del país hasta entonces tenedor de esa fortuna. El ejemplo del artículo mencionado, evidentemente es americano y por lo tanto difícilmente extrapolable a España, pero nos parece ilustrativo.

A colación de estas deslocalizaciones, vamos a hablar de un fenómeno que se plasma cada día con más fuerza: La competencia fiscal entre paises. La globalización también ha llegado hasta el punto de que la oferta y la demanda de fiscalización de los paises atrae flujos de capital de unos a otros Estados. Quizás debemos ya dejar atrás los conceptos de rico insolidario, evasor y otros adjetivos leídos comúnmente, y comenzar a darnos cuenta de que demonizando su comportamiento, no conseguiremos nada mientras en los países vecinos ofrezcan condiciones fiscales más favorables para nuestros ricos. No digo que sea un mejor o peor escenario que el antiguo "pague Ud, según la legislación vigente o vaya a la cárcel", posiblemente sea más injusto. Pero es la cruda realidad, hoy en día es más bien un "pague Ud, según la legislación vigente en España (con 17 legislaciones vigentes autonómicas donde elegir) o vaya a pagar según la legislación vigente en cualquier otro país que le ofrezca mejores condiciones". Algo así como el viejo "Busque, compare y si encuentra algo mejor deslocalícese."

Lo que hasta ahora era una cuestión ética y de solidaridad para con los más pobres del mismo Estado, cada vez más deberíamos tratarlo como una cuestión de Mercado y de globalización fiscal.

Por ello los países más pobres que graven menos las fortunas de los ricos de los paises vecinos, los atraerán en mayor o menor medida (léase Malta, Irlanda, Uruguay, Belize o los mismísimos países del Este). Enriqueciéndose así sus arcas públicas que les permitirán ser cada vez menos pobres. Se crea así una cierta redistribución de mercado de la riqueza, solo que debemos cambiar el chip del nacionalismo para entenderla y pensar más en la globalización, también en temas de fiscalidad.

Algunos dirán que tradicionalmente los países fiscalmente más atractivos no son precisamente pobres sino todo lo contrario, pero preguntémonos cuál es la principal fuente de su riqueza... ¿Qué nivel de riqueza tenían años antes de legislar con fiscalidades ventajosas países como Mónaco, Luxemburgo o Suiza?

Quizás no sea un escenario más justo, o sí, pero la globalización nos lleva a ello. Nos guste o no. Se nos ocurren infinidad de ejemplos de justicia discutible que podríamos llegar a comparar: ¿Es justo que los que cultivan fruta en Europa, en ausencia de leyes proteccionistas, pierdan cuota de mercado a favor de agricultores africanos o sudamericanos que cobran menos por sus productos? ¿Es justo que se paguen 3, 6 o 12.000 € por m2 de una vivienda? ¿Es justo que se pague por una acción de una empresa 10 o 100 veces su valor fundamental? ¿Es justo que los impuestos de un rico de un país A se deslocalicen en favor del erario de un país B que le cobra menos? La realidad del Mercado a veces eclipsa a la Justicia.

Pero ¿el Mercado deja de lado a la Justicia, o la entiende de modo distinto? Sería discutible si es más justo que un europeo deba abandonar su actividad como trabajador o empresario en favor de trabajadores y empresarios más pobres del segundo y tercer mundo. También sería cuestionable que un trabajador de la Volkswagen en Navarra pierda su puesto de trabajo en favor de un parado en Eslovaquia o Rumanía donde se levantan nuevas fábricas de automóviles. O si fue justo para el trabajador alemán que quedó en el paro tras la deslocalización de Volkswagen hacia Navarra. Dependerá básicamente del color del cristal con que se mire. Si pensamos globalmente, la Ley del Mercado a menudo redistribuye en cierta forma la riqueza del planeta.

Mientras algunos siguen indignados insultando a legisladores y a ricos por sus contubernios impunes, quizás deberíamos aceptar una realidad multinacional donde la ética o la inmoralidad la encontraremos en la propia Ley de libre Mercado. Una Ley que, paradójicamente puede redistribuir la riqueza del planeta más eficientemente que la propia Política. Y los flujos de las fortunas en busca de fiscalidades menores no son una excepción.

Nos guste o no, el escenario global fiscal va en esa dirección. Poner puertas al campo siempre ha resultado muy difícil. Una SICAV o la condonación o supresión del impuesto de donaciones, por poner unos ejemplos, ya no son malignas estrategias hechas por ricos y para ricos. Son la evolución natural para evitar absurdas puertas en el campo. Y la globalización ha hecho de las fiscalidades de todo el planeta un gran campo.
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  1. #10
    Anonimo
    06/03/08 12:42

    ¿Podría ser España, en un futuro cercano, el destino de fondos por su atractivo fiscal?

    http://www.cotizalia.com/cache/2008/03/06/47_momento_amnistia_fiscal_espana.html

  2. #9
    18/02/08 19:32

    Cachilipox, menudo comentario!

    En cuanto a la riqueza de los paises, estoy de acuerdo en que salvo excepciones se trata de paises menos ricos que España, por ejemplo. Y la riqueza de los que lo son más, provino en su día de ese atractivo fiscal. Como bien dices, los socialmente más atractivos son de alta fiscalidad y eso resulta lógico. O sea que la riqueza puede ser intrínseca del país o atraída de terceros países, en cuyo caso la evolución ideal debería pasar por el camino hacia la riqueza intrínseca.

    La transmisión de la riqueza atraída por un Estado hacia su población más desfavorecida, efectivamente suele ser lenta y poco permeable. Pero no cabe duda de que, aunque esta permeabilidad sea muy susceptible de mejora, la clase baja de un país que atrae fortunas de terceros, vive y vivirá mejor que la del país vecino que no tenga esa capacidad o voluntad de atracción fiscal. Mi Padre siempre me puso el ejemplo del aceite (dinero) que siempre deja restos aunque sólo esté de paso. La eliminación de la pobreza en el seno de un país por sus propios medios, por supuesto que es la solución mejor, pero mientras no se consiga ese ideal, la atracción de fortunas sin duda mejorará el escenario. Y esa mejora llega incluso sin querer, o sea sin filantropía, como el rastro que deja el aceite tras de sí.

    Pero no confundamos la globalización fiscal, que es un hecho, con la conveniencia social. La sociedad media y baja (la inmensa mayoría de los habitantes del planeta) necesita una sanidad pública casi modélica como la que tiene España, de la que debemos estar muy orgullosos. Pero no nos engañemos, una familia rica acudirá a los mejores hospitales privados de todo el mundo, y no utilizará la sanidad pública ni del país donde haya elegido vivir por motivos fiscales ni de su propio país de orígen. Y probablemente, si su fortuna es lícita, tampoco tendrá ningún problema para circular con o sin pasaporte Schengen, ya que hay países con fiscalidades favorables mucho mejor vistos internacionalmente que Panamá, por ejemplo. De todos modos no olvidemos que deslocalizarse no significa necesariamente perder la nacionalidad de orígen.

    Creo que has dado en el clavo cuando dices que lamentablemente se legisla en función de la capacidad de exacción. Hasta que los políticos y legisladores no se conciencien de la inmoralidad de esa práctica, el mercado de oferta y demanda global de desfiscalización seguirá condenando a los susceptibles de exacción y beneficiando países terceros. Pero si se legisla para que los ricos autóctonos se queden e incluso se puedan captar ricos foráneos, quizas (y sólo quizás) la capacidad de exacción de la población empiece a cambiar, esperemos, hacia una mayor ética de la exacción. También hay que tener en cuenta que algunos países pobres que comienzan a legislar con fiscalidad favorable para captar fortunas extranjeras, lo hacen porque han agotado o es casi inexistente el potencial de exacción dentro de su tejido social.

    ¿Quién llevará más quilos de pescado a casa, el pescador con la red más tupida que atrape a peces más pequeños pero que sea susceptible de romper o eludir el pez grande; o el pescador que con una red más moderada y menos aparente atraiga con buenos cebos los peces grandes hacia sus dominios? En definitiva el dilema de si fideliza más el incentivo o el castigo, lo podemos aclarar cuando a nuestro alrededor otros optan por premiar.

    Mezquetillasvk, evidentemente los EE.UU. no son un buen ejemplo. Comenzando por su sistema sanitario o su crisis hipotecaria. Ya lo comentamos en El paciente Americano del pasado diciembre, no es en absoluto un modelo a seguir. Pero si nos ceñimos a la UE, también me parece claro que sería, es, un error permitir una dinámica de fuga de fortunas deslocalizadas (que no evadidas) hacia países terceros. Ese fenómeno también creará a largo plazo tensiones sociales y fractura. Pero parece que ya en el mismo seno de la UE hay países fiscalmente ventajosos que no debemos ver con malos ojos, sino como modelo a seguir. No hacerlo y seguir el modelo actual de legislar para recaudar donde hay exacción fácil, me parece poco ético y además un error estratégico.

    ...esto me pasa por pedir que me llevéis la contraria ;)

    Salud y €.

  3. #8
    Anonimo
    18/02/08 14:24

    Un enorme saludo.

    No todas las guerras son con armas más o menos sofisticadas sino que el escenario que dibujas es otra guerra.

    En Europa donde tradicionalmente se ha defendido etica y juridicamente un Estado del Bienestar corre el peligro de retroceder décadas en derechos laborales y una fractura enorme entre " ricos " y " pobres ". La Sanidad, la educación y el Sistema de Pensiones son derechos básicos que pueden ser privatizados con la consiguiente ruptura social.

    Bien es cierto que el 12 de Diciembre con la aprobación de la carta de derechos fundamentales de la UE que sin estar en el Nuevo Tratado de la Unión si le da validez vinculante y supone que estos derechos básicos antes mencionados quedan desprotegidos. En definitiva debemos plantearnos hacia dónde queremos ir.

    Coincido en tú análisis, pero añado que esta globalización esta y puede suponer un escenario de guerra total y desde luego de tensiones sociales enormes.

    Tomemos como ejemplo EEUU donde las reducciones fiscales con el Gobierno Republicano han sido notables y estan a punto de entgrar en recesión y la fractura social es cada día mayor. ¿ Es el modelo a seguir ? en mi opnión no, pero tampoco podemos cerrar los ojos a la globalización y cómo queremos construila.

  4. Top 100
    #7
    17/02/08 20:19

    Pues para llevar la contraria (alguna voz crítica tendrá que haber), y agradeciendo sumamente ser citado DENTRO del artículo, me pongo a ello.

    Lo planteo como elemento a reflexionar, no como aserto categórico. Dices que “los países fiscalmente más atractivos no son precisamente pobres sino todo lo contrario”. Podrías decir, con mayor fundamento aun, lo contrario: Los países socialmente más atractivos no son precisamente de baja fiscalidad, sino todo lo contrario.

    Casos donde lo primero no es exactamente cierto podría ponerse Panamá, por ejemplo. La verdad es que ser un ciudadano promedio panameño no se me hace muy atrayente. Y unos cuantos casos más se pueden sacar a colación.

    Lo del proceso de enriquecimiento de los gobiernos, mediante el cual, supuestamente, se percolará esa riqueza hacia la población en general (curiosa teoría, llamada “de la esponja” en el siglo XIX, y “del rebose” en el XX), ha demostrado ser nada más que una falsedad. El único proceso realmente verificado de mejora y enriquecimiento de una sociedad ha sido la eliminación de la pobreza de su seno. Si desaparece la pobreza y sus necesidades inmediatas, el proceso de mejoría y enriquecimiento aparece casi por si mismo. Enriquecer a unos pocos (personas o corporaciones), esperando no se que milagro de la filantropía, finalmente solo lleva a engordar las cuentas corrientes de ciertas plazas financieras.

    Expones también, desde una óptica de libertad, la posibilidad de elegir el mejor sistema tributario al que podamos acceder (nada que discutir en esto). Lo comparto, siempre y cuando asumiéramos que con la tributación debemos adquirir a su vez la “sociabilización”. Pertenecemos a un entorno, una sociedad, con sus bienes y servicios, entes y estructuras. Si pretendemos las virtudes de uno, debemos asumir los costes del otro. ¿Queremos ser panameños para el pago de impuestos? Bien, pero debemos serlo también para la sanidad y para la libre circulación “schengen”.

    Comparto en esto el planteamiento (no económico) de Bono acerca de la independencia de Kosovo: si quieren la independencia, que se paguen ellos su ejército.

    Puede que quizás debiéramos cambiar de un modelo tributario impositivo (obligaciones generales, con contrapartidas difusas), a un modelo taxativo (obligaciones definidas y más o menos ligadas a determinadas contrapartidas). Aunque en el debate sobre las deslocalizaciones no es esto lo presente, sino el lograr la menor presión tributaria posible (independientemente de si es mediante “impuestos” o “tasas”).

    Hay una cosa que comparto plenamente del subtexto global, y que es que la fiscalidad no está organizada en base al mayor nivel de riqueza disponible, ni en base a un mayor disfrute o coste marginal de “bienes públicos”, sino en base a la mayor capacidad de exacción que haya.

    No pagan más los más ricos, pagan más quienes no pueden evadirse de las “obligaciones”. La justificación que existe en el Impuesto de Donaciones es clara y manifiesta: “se cobra más cuanto más dinero se le pueda sacar”. En el resto de figuras la cosa es algo más disimulada, pero igual.

  5. #6
    16/02/08 23:29

    "Yo también creo que es justo devolverle a la sociedad parte de lo ganado. Pero ¿a qué sociedad? Comunidad autónoma, Estado, UE, a todos los habitantes del planeta... La Ley de Mercado desbocado efectivamente convertiría al hombre en un lobo para sí mismo, y debemos acotarla. Pero también hay que reconocer que Mr. Market realiza una labor que debería avergonzar a políticos y legisladores."

    No puedo quitar ni una coma. Totalmente de acuerdo. Totalmente.

    Un abrazo!

  6. Top 25
    #5
    16/02/08 17:15

    La verdad es que escribir algo así y que nadie se te tire al cuello dice mucho en favor del nivel de tu audiencia ;-)

  7. #4
    16/02/08 12:07

    Anónimo 1: Con la Iglesia hemos topado. Las soberanías nacionales van a poner muy difícil ese concierto y cualquier otro interestatal.

    Eguzkialde: Yo también creo que es justo devolverle a la sociedad parte de lo ganado. Pero ¿a qué sociedad? Comunidad autónoma, Estado, UE, a todos los habitantes del planeta... La Ley de Mercado desbocado efectivamente convertiría al hombre en un lobo para sí mismo, y debemos acotarla. Pero también hay que reconocer que Mr. Market realiza una labor que debería avergonzar a políticos y legisladores.

    Anónimo 2: Es comprensible, pero evidentemente hay gasto publico que cubrir y la radicalidad en el ahorro fiscal es inviable.

    Fernan2: Tienes razón, la demagogia, sobre todo en época electoral, mueve el mundo tristemente. Pero la legislación queda en evidencia con el paso del tiempo. El mercado global se encarga de ello, aunque la reacción de las leyes y la política, reacciona tarde y mal.

    Lo que me parece claro es que el discurso demonizador de la insolidaridad de los ricos está ya muy trasnochado y obsoleto a la vista de la globalización general (flujos migratorios, financieros, fiscales, comerciales, etc...).

    Gracias por vuestros comentarios. ¿Es que nadie va a llevarme la contraria???

    Salud y €.

  8. Top 25
    #3
    15/02/08 23:24

    Una reflexión muy acertada, y algo que se debe tener muy en cuenta a la hora de legislar. Aunque me temo que seguirán primando más los criterios demagógicos...

    s2

  9. #2
    Anonimo
    15/02/08 12:02

    EGUZKIALDE
    Bonito tema para para poder disertar.
    Empezaría por el mensaje bíblico de :" dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"
    Por tanto interpreto y pienso que es legítimo y justo pagar impuestos y devolver parte de lo ganado a la sociedad.
    Ver jugar el partido de la selección de Euskadi contra la de Cataluña u oir las aspiraciones de independencia de Kosovo , me producen una profunda satisfacción a pesar de estar desafiando a las leyes imperantes de su entorno.Son genuinas y democráticas aspiraciones de los pueblos.
    POr tanto pensar globalmente y actuar localmente puede ser una solución justa ,equilibrada y socialmente sostenible.
    Al final todo depende de la sociedad que queremos para nosotros y para las generaciones venideras.
    Salvo que queramos dar la razón a Pío Baroja y el hombre se convierta en un lobo para el hombre.

  10. #1
    Anonimo
    15/02/08 10:39

    Me da a mí que este escenario de "mercadillo" fiscal es poco sostenible en el tiempo. Sería de esperar una cierta consolidación, primero a nivel de uniones económicas, la unión europea la primera, y, quien sabe después...


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