Dadas las circunstancias actuales que rodean la economía española, son muchos los emprendedores que deciden empezar su aventura en el extranjero, por lo que la internacionalización ha pasado de ser una alternativa a una necesidad ante el estancamiento del mercado nacional.
La opción de internacionalizarse va de la mano de la financiación, y en ese tema si que todos somos conscientes que las líneas de crédito en España están muy limitadas. Hace unos meses Salvador Marín, presidente de Cofides, hacia estas declaración en relación “las pymes españolas tienen importantes debilidades financieras estructurales para acometer de modo solvente el proceso de internacionalización debido, entre otros, a diferentes factores: dificultades para financiarse competitivamente a través de los mercados de capitales, ausencia de historial inversor en el exterior, planes de negocio parcialmente desarrollados, prácticas contables y financieras que frecuentemente no facilitan la financiación de sus inversores a través de la banca comercial, y garantías débiles o muy comprometidas”.
Pese a estas dificultades, la apuesta por la internacionalización no deja de ser atractiva para los emprendedores por tanto ¿cómo conseguir la financiación adecuada?
Si la empresa quiere optar por la opción de exportar, la financiación necesaria será menor, y vendrá dada por el uso de un medio de cobro que permita financiar como por ejemplo el crédito documentario o el cobro anticipado de una parte o del total del importe de las ventas.
En cambio, si la empresa decide abrir establecimiento propios y posicionarse en el mercado exterior, las necesidades de financiación serán mayores, tanto si opta por una inversión directa o indirecta. En este caso, lo más conveniente es buscar ayudas a través de organismos e instituciones que financien un porcentaje de la inversión.
Lo más frecuente es acudir al Instituto de Crédito Oficial (ICO), al Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y a la Empresa Nacional de Innovación (ENISA) en busca de financiación pública, por ser las instituciones más conocidas, pero además existen otros organismos como COFIDES y BERD que también son muy importantes.
COFIDES es la Compañía Española de Financiación del Desarrollo que tiene como finalidad facilitar la financiación, a medio y largo plazo, a proyectos privados viables de inversión en el exterior, tanto en economías desarrolladas como en países emergentes.
Para que una empresa pueda optar a dicha financiación se debe disponer de un proyecto solvente con una estrategia clara, definida y viable que suponga una apuesta por la internacionalización. En función de país de destino y de la necesidad de financiación, una empresa puede solicitar diferente tipos de ayuda, tal como podemos ver en la evolución de Cofides en el año 2011:
La financiación obtenida por parte de ENISA y COFIDES siempre es en régimen de coinversión, por tanto son dos organismo que facilitan la obtención de financiación adicional destinadas al proceso de internacionalización.
El BERD (Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo) además de aportar financiación, facilita contactos en los países de destino y ayuda en la búsqueda de un socio local a las empresas que soliciten sus servicios. Actualmente dispone de 36 oficinas en 30 países con más de la mitad del personal en las oficinas locales, lo que supone un elevado conocimiento de los mercados de destino.
El único requisito que pone este organismo es que para poder ser analizado directamente por el BERD, el proyecto de inversión debe ser suponer una inversión mayor de los 10 millones de euros.
Finalmente remarcar que los organismo e instituciones públicos no son la única vía de financiación en el momento de internacionalizar una empresa, sino que se presentan como alternativas que no requieren garantías personales por parte de los accionistas.