En el apasionante mundo de las opciones financieras nos encontramos demasiadas veces con conceptos y definiciones que parecen sacadas de un manual en sánscrito, o más bien parecen ser obra de alguna mente matemática perturbada tras una considerable ingesta de lisérgicos.
El problema es que existen 2 o 3 conceptos claves que, si no dominamos ni entendemos en toda su profundidad, no vamos a ser capaces de sacar todo el rendimiento posible cuando se emplea un instrumento tan potente y polivalente como las opciones. Y por desgracia, no existe demasiado material disponible (y menos aún en castellano) donde estos conceptos se expliquen en el idioma "de la calle".
Uno de esos conceptos es el de la volatilidad implícita. Los seguidores de este blog ya se habrán percatado de las muchas veces que he tratado este tema. Y lo seguiré haciendo. Porque, a riesgo de ser pesado, creo que es el concepto (y su importancia) que peor se explica y menos se entiende del universo de las opciones.
En una primera incursión, tratamos en este post las principales definiciones de la volatilidad implícita, su diferenciación con respecto a la volatilidad histórica y, sobre todo, su enorme influencia sobre el precio de la opción.
En este otro post , hacíamos una analogía marinera para incidir en la importancia de conocer siempre los valores de la volatilidad implicita para que no viéramos nuestra cuenta saltar por los aires.
Y hoy volvemos a incidir en la enorme importancia de la volatilidad implícita, presentándola como una herramienta para construir una máquina del tiempo.
No, no he sido yo ahora el que he abusado del consumo de sustanciás lisérgicas. Lo que describo a continuación es sólo una de las influencias que la volatilidad implícita va a tener en nuestras opciones compradas o vendidas
Seguramente si el lector haya llegado hasta aquí, es porque ya está familarizado con los conceptos más importantes en la operativa con opciones.
Ya sabemos que los parámetros principales que marcan el precio de la opción, además del precio del subyacente y el strike escogido, son el tiempo hasta vencimiento y la volatilidad implícita.
Cuando realizamos una operativa de venta de opciones, sabemos que el tiempo corre a nuestro favor, puesto que el precio de la opción vendida irá perdiendo valor progresivamente hasta llegar a la fecha de vencimiento. Contar con la variable del tiempo a nuestro favor es una de las mayores ventajas que se tienen al vender opciones, y por ello ésta operativa es tan utilizada. Porque hasta que nadie diga lo contrario, el tiempo sólo se mueve en una dirección ..
Para ilustrar algo más el efecto del paso del tiempo sobre el precio de la opción, echemos un vistazo a este gráfico:
Aquí podemos ver claramente la variación porcentual del valor de la prima (el precio de la opción) en función del tiempo restante hasta vencimiento. Ese valor va decreciendo paulatinamente de forma sostenida hasta más o menos el último més previo al vencimiento, donde podemos observar que el ritmo de decrecimiento es muchísimo mayor. Éste hecho explica porqué generalmente las opciones más negociadas (y más líquidas) suelen ser siempre las del vencimiento más próximo.
En los manuales de opciones ésos que están escritos en sánscrito, a este hecho le llaman el "time decay" y se habla de la Theta, que no es la pechumbrera de la vecina, sino la letra griega que, precisamente, "mide" ese cambio de valor del precio de la opción con respecto al tiempo.
Vale, hasta aquí seguramente ya nos sabíamos todo esto, no?
Parece entonces buen negocio vender opciones puesto que el tiempo siempre siempre va a correr a nuestro favor, ya que como decíamos antes, el tiempo sólo se mueve en una dirección y todavía no ha habido nadie que haya demostrado que lo pueda hacer en sentido contrario.
Pues...depende.
Como ya dijo Einstein en la teoría de la relatividad hace más de un siglo, el tiempo sí puede correr más o menos rápido.
Einstein demostró que en función de la velocidad que llevase un objeto, el paso del tiempo observado en este objeto con respecto a otro objeto estático, variaba.
Vale, ¿y que tiene que ver este galimatías con las opciones?
Pues sustituyan "velocidad" por "volatilidad implícita" y ahí tendrán la respuesta...
Efectivamente, otra forma de entender los efectos de la volatilidad implícita en el precio de las opciones es que, precisamente, tienen el poder de "acelerar" o "desacelerar" el efecto del paso del tiempo.
Así, si la volatilidad implícita de la opción que tenemos vendida cae, el efecto será como si el tiempo se acelerara y pasara más rápido, beneficiando nuestra posición.
Pensémoslo: si la volatilidad cae, quiere decir que existen menos posibilidades de que el precio del subyacente se mueva hacia nuestro strike, por lo que es equivalente a si estuviéramos adelantando el reloj unos días y acercándolo a la fecha de expiración.
Por contra, si la volatilidad implícita de la opción que tenemos vendida aumenta, el efecto será el contrario : el tiempo se realentizará, perjudicando nuestra posición.
En este caso, si la volatilidad aumenta quiere decir que existen más posibilidades de que el precio del subyacente se mueva hacia nuestro strike, por lo que es equivalente a si estuviéramos retrasando el reloj unos días y alejándolo de la fecha de expiración.
Y para que quede totalmente claro que no les estoy contando una milonga, basta con ver los gráficos de la variación de la delta de una opción con respecto al tiempo hasta vencimiento y con respecto a la volatilidad implícita. Recordemos que la delta es simplemente la relación entre la variación del precio de la opción con respecto al precio del subyacente, es decir, cuánto variará el precio de nuestra opción cuando varíe el subyacente.
Delta en función del tiempo restante hasta expiración
Delta en función de la volatilidad implícita
Como vemos, ambas gráficas son análogas, mostrando claramente que una bajada de la volatilida implícita tiene el mismo efecto sobre la delta de nuestra opción que una "aceleración" del tiempo hasta vencimiento.