Después de unos días completamente desconectado del mundo virtual y económico, (es decir, dedicado al mundo real), toca un post breve y sin demasiado trabajo, aunque en realidad me gustaría aclarar un pequeñito detalle respecto a la historia esta de la economía.
El caso es que con relativa frecuencia me encuentro en discusiones, (de las típicas de café o copas por medio), en la que se dice: “es que no sé de economía”. Lo típico de las reuniones es que nos juntamos unas cuantas personas con distintas profesiones y distintos ámbitos de conocimiento y resulta que de alguna forma encuentras a la gente opinando, normalmente opinando con mucho más criterio que la inmensa mayoría de los análisis de medios de comunicación y con todo la coletilla aquella de “economía no tenemos ni idea”.
La ligera contradicción es clara; está claro que el tema es recurrente por la situación generada, pero lo que no parece entender casi nadie es que en definitiva esto de la economía no es explicar cosas de marcianos o cosas que no podemos ver. La economía en realidad lo que está es intentando explicar lo que hacemos y porqué. Es lo que tienen las economías sociales.
Desde luego circulan muchas teorías por ahí, normalmente basadas en slogans que no encajan con lo que las personas entienden como lógico. Pues en el fondo hay una forma muy sencilla de distinguir si cualquier teoría en el campo de la economía es apropiada o no.
Es cierto que mediante el uso masivo de tecnicismos, acrónimos de palabras en inglés y cierta seguridad en uno mismo, pueden crear un discurso muy resultón, sobre todo si lo completas con las referencias a la confianza, la credibilidad y sobre todo la competitividad. Pero curiosamente no se puede entender la economía como una forma de simplificar una realidad que somos nosotros.
De hecho, de esto se trata; se trata de entender una realidad que todos vivimos, simplificándola al máximo y tratando de determinar los procesos que se desencadenan cuando nos relacionamos en el sentido económico, que en realidad somos casi siempre.
Esta es una gran ventaja que tiene todo el mundo y que no existe en otras disciplinas. Todos los relacionados con la informática están hablando de un lenguaje que están construyendo algo completamente distinto a los esquemas actuales. En este campo, si nos damos cuenta, los informáticos están construyendo unos esquemas que no somos capaces de entender, para intentar conseguir que los programas y aplicaciones sean lo más intuitivos que se pueda.
No deja de ser irónico el hecho de que los economistas estemos explicando el mundo real, (no algo nuevo), y curiosamente tratando de encontrar siempre la explicación más surrealista que se ocurra para justificar que las cosas no son como parecen.
En parte puede ser explicado porque estamos en una situación en la que los grandes grupos tienen un poder inmenso y tratan de crear una opinión favorable a estos. Esto provoca que hay que tratar de justificar una realidad distinta a la que nos encontramos, para justificar por tanto las medidas que les interesen.
Pero por otro lado, existe la tendencia de buscar algo completamente innovador o que no se entiende buscando una cierta apariencia de calidad. En muchas ocasiones, nos encontramos con que asumimos que aquel al que no se entiende es que sabe mucho mejor; esto no es del todo cierto.
En todo caso, la gente tiene que asumir que cuando no entiende una cosa, ha de olvidarse de los complejos estos de “no tengo ni idea y mejor no decir nada”, y entender que si no se entiende lo que está contando un economista es que lo que nos está contando es un completo cuento.