Cada vez que se aprueba una medida que beneficia al sector financiero, nos encontramos con el comodín de la reactivación del crédito, y cada vez que escuchamos este comodín, ya podemos decir que directamente no se va a reactivar el crédito, como ya he dicho en más de una ocasión.
Ahora mismo estamos con el razonamiento de que el rescate (o como quiera que se llame) de los 100.000 millones va a servir para reactivar el crédito, que este fluya y luego de esto se va a recuperar la economía. Lo malo es que todas y cada una de las partes de ese razonamiento son directamente falsas, lo cual nos lleva a que sí este es el plan, directamente es que son tontos de remate y por supuesto que no va a funcionar.
Nada hace pensar que se vaya a reactivar el crédito, porque directamente el problema del crédito no es la liquidez. O sea que los bancos no daban créditos porque no tuviesen dinero para prestar, ya que el banco central europeo se ha ocupado de que no tuviesen problemas de ningún tipo. No se dan créditos porque no existe demanda solvente, lo cual viene a decir que cada vez menos gente tiene capacidad para pasar un scoring de un banco. Los empleados por cuenta ajena, (me da igual que sean del sector privado o público), cada vez tienen menores ingresos y menor estabilidad. Por lo tanto, entre que en estas circunstancias cada vez menos gente pide préstamos y entre que los que lo piden tienen unas condiciones peores, no se va a reactivar el crédito por esta parte.
Respecto a las empresas, tenemos que caen sus ingresos, (véase ventas), por que por alguna razón cuando todo el mundo deja de comprar, (razones anteriores), las empresas venden menos. Por tanto, desde este punto resulta que caerán las posibilidades de obtener un crédito ya que tanto las valoraciones de activos como las rentas serán inferiores, de tal forma que al final es sencillo concluir que en el caso de los créditos estamos ante un problema de menor demanda y además de menor solvencia, (lo cual se suele resumir en menor demanda solvente).
Si a esto lo añadimos con la concentración bancaria, y por tanto con la reducción de competencia y un incremento del poder de las entidades, lo cual significa en un incremento de los costes, que también se ven presionados por la competencia del sector público como demandante de los fondos, la conclusión está clara. Se pueden afrontar cuotas menores, a un tipo mayor, lo cual significa un préstamo menor, lo cual es sinónimo de más restricciones en el crédito.
Por otra parte, recordar que el hecho de la garantía explicita de que las entidades financieras van a ser rescatadas hasta el fin, lo que supone es que se pulveriza el riesgo moral, y en otras palabras esto supone que podrán tomar las decisiones que les den la gana, a sabiendas que no tendrán consecuencias propias. Por lo que tenemos clientes en peores situaciones, entidades financieras en mejor condición de negociación y aún por encima con red de seguridad. El desenlace es sencillo.
Desde luego, una vez roto el primer esquema del razonamiento que justifica las ayudas, está claro que el resultado final no podrá ser el que nos cuentan. Pero, lo triste es que aunque se incrementase el crédito, ¿esto sería una condición indispensable para el crecimiento?. Es decir, la parte de recuperar el mercado de crédito para crecer tiene también esta parte, en la que directamente se ralla en la esquizofrenia.
¿no habíamos quedado en que lo que se buscaba era el desapalancamiento?, ¿no habíamos quedado en que se basaba en lo de “nuestras posibilidades”?; ¿tiene algún sentido que se nos plantee como única posibilidad para el crecimiento la existencia previa de disponibilidad de crédito?. Entiendo que ante la bajada de rentas que antes he mencionado, lo normal es que si alguien quiera vender algo, lo tendrá que hacer a crédito, (como antes), pero es que quizás esto sea contradictorio con todos aquellos diagnósticos que nos han colado todos estos tiempos.
Estamos totalmente esquizofrénicos porque el rescate financiero no ayudará en ningún caso a restablecer el crédito, sino que es claramente contraproducente, y por supuesto tampoco ayudará al crecimiento, ya que directamente nos encontraremos con un mayor decrecimiento tal y como hemos tenido en todos y cada uno de los lugares donde ha habido prestamos, inyecciones o rescates de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Por tanto el argumento, o más bien la coartada, que nos están vendiendo es simplemente falso.
Una vez tengamos claro que esto es falso, nos queda tratar de saber si estamos ante un error o ante un engaño. Como siempre, cada uno que lo dice es un caso, y tendremos casos de personas que lo dicen por que lo creen de verdad, (¡dios mio!) y otras que saben perfectamente que todo es una mentira a gloria y honor de los de siempre.
Pero en todo caso, tendremos que tener en cuenta que en el propio diseño, esta explicación cae por su propio peso; ¿Cuál es la condición que se impone al sector financiero?. Pues sencillamente una reestructuración y una reducción de la capacidad instalada. ¿No estábamos hablando de incrementar el crédito?. ¿No estábamos hablando de conseguir entidades sanas para que prestasen?. Pues es un poco curioso que se plantee que existan menos entidades y con menos activos, aunque nos digan en todo momento que más fuertes y más solventes.
¿Esto que significa?; pues que directamente lo que se busca es que existan menos entidades que tengan un mayor poder, de tal forma que puedan obtener un rendimiento mayor por cada euro obtenido, de tal forma que logren compensar vía precios, lo que dejan de ganar vía volumen.
Por tanto, lo que se busca no es ni restaurar el crecimiento, ni tan siquiera frenar la caída, tampoco se busca reactivar el mercado de crédito, ni tampoco evitar su caída, sino que lo que se busca es cubrir las pérdidas de las entidades en una situación en la que tienen que reducir su capacidad debido a la situación y darles el poder para que esta reducción de capacidad no signifique una pérdida de beneficios. Dicho de otra forma, que las entidades cobren lo mismo a cambio de vender menos, (recordando que lo que venden es financiación).
Dicho de otra forma, y como siempre; lo que se hace no es rescatar España, sino que lo que se busca es que España sea uno de los principales rescatadores de las entidades financieras, por lo que si el plan funcionase, las entidades financieras quedarían saneadas a costa de destrozar el país. Y aquí estamos en el mayor error de siempre. Lo triste del caso es que tal cosa no es posible, y al final hasta las entidades financieras empeoran, porque dependen de la evolución de la economía, que efectivamente se va a venir abajo, por los acontecimientos y medidas de antes de la crisis, las de la crisis, y ahora las del rescate.