En mayo de 2009, la ocurrencia de turno de Zapatero la recogían los periódicos de esta forma, (por ejemplo en Cotizalia):
“El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció hoy un programa de ayudas directas para la compra de automóviles de 2.000 euros por vehículo, cofinanciado por el Ejecutivo central (500 euros), las comunidades autónomas (500 euros) y los fabricantes de coches (1.000 euros), que entrará en vigor con carácter inmediato y estará limitado a 200.000 coches.
El programa, denominado Plan 2000E, entrará en vigor "con carácter inmediato", el próximo 1 de junio, tendrá una duración de un año y estará limitado a 200.000 operaciones. Primará la adquisición de los vehículos menos contaminantes y será incompatible con el Plan VIVE. Zapatero, que realizó este anuncio en el Debate sobre el estado de la Nación, explicó que el objetivo de esta iniciativa es "mejorar la eficiencia del parque de vehículos español, y la actividad y el empleo en el sector" del automóvil. El presupuesto del Gobierno central para el programa asciende a cien millones de euros.
El jefe del Ejecutivo avanzó que propondrá este plan a las comunidades autónomas, en una reunión convocada por Industria el próximo jueves, al tiempo que destacó la "buena disposición" del sector para la implementación de un programa que definió como "de apoyo directo" y "con carácter inmediato". Podrán disfrutar de las ayudas directas particulares, autónomos y pymes que compren un vehículo con un precio máximo de 30.000 euros, en sustitución de otro coche destinado al achatarramiento. El resto de las condiciones se determinarán conjuntamente con las comunidades autónomas, pero siempre con el criterio de las emisiones de CO2.”
Allá por 2011, hubo unas elecciones, donde se cambió el gobierno, porque el anterior lo ha hecho fatal, y nos encontramos con una nueva medida en septiembre de 2012, que según el consejo de ministros es:
“El Consejo de Ministros ha recibido un informe del Ministerio de Industria, Energía y Turismo sobre la puesta en marcha, del Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE), cuyo objetivo es la sustitución de 75.000 vehículos, turismos y comerciales ligeros, con más de doce años y diez años de antigüedad respectivamente, por modelos de alta eficiencia energética, de menor consumo de combustibles y emisiones de CO2.
La renovación del parque de vehículos constituye una de las principales herramientas de promoción de la eficiencia energética en el transporte y la incorporación al mismo de nuevos modelos, con tecnologías más eficientes, permite reducir el consumo específico del transporte de viajeros y mercancías, con el efecto añadido de reducir los impactos medioambientales y mejorar la seguridad.
Se estima que el ahorro energético asociado al Programa PIVE, dotado con unos fondos de 75 millones de euros y vigente desde el 1 de octubre de 2012, y hasta el 31 de marzo de 2013 o agotamiento de los fondos, asciende a 26,1 millones de litros de combustible/ año. Ello significa, en términos económicos y al precio actual del barril, un ahorro de dieciséis millones de euros/año, a lo que hay que añadir una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de 54.000 toneladas/año de CO2.
…
La cuantía de la ayuda pública aportada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo es de mil euros por vehículo. A esos mil euros se suma el descuento que ha de aplicar el fabricante o importador del nuevo vehículo incentivable en la factura de compraventa y que será, como mínimo, de mil euros.
La cuantía del descuento para el beneficiario será, por tanto, de dos mil euros como mínimo.”.
Supongo que no será necesario entender que las diferencias entre estas dos medidas, (participación de las CCAA, que podrán completar las ayudas en este caso y participar en el diseño en el anterior), o el límite de precio que se ha reducido, (curiosamente como el precio de los coches, de tal forma que acaban entrando los mismos), no nos hacen llevar a una conclusión de que es una norma distinta.
En todo caso, llama la atención el hecho de que el descuento garantizado mínimo sea de 1.000 euros del fabricante, en un contexto en el que (como en 2009), los descuentos a los que les obliga la realidad son muy superiores a los 1.000 euros que les obliga el participar en el programa, por lo que al final, como en aquella época tenemos una “ayuda” de 1.000 €, lo cual paradójicamente nos da la mejor noticia: mejor que sea de 1.000 euros que de 2.000 euros.
Lo más absurdo de esta ayuda, (incluso más que la enésima repetición de las medidas que nos llevan al desastre y de las medidas tomadas por el anterior gobierno, que iban a cambiar este y que luego copian descaradamente), es que estamos en una situación en la que primero se destroza la renta disponible y la confianza de los trabajadores, y luego se trata de buscar la fórmula de solucionar los problemas que esta situación genera en las empresas, en este caso todas las marcas y concesionarios de vehículos, mediante el uso de subvenciones vendidas con algún tipo de razonamiento políticamente correcto, (en este caso el medioambiental).
Por supuesto, nos cuentan que de esta forma se trata de abaratar los coches eficientes, pero en realidad esta medida, lo que supone es lo mismo que un impuesto indirecto negativo al consumo de un determinado bien, (pensemos que una bajada del IVA a los coches hubiese provocado exactamente el mismo efecto). Por esto me gustaría recordar un post antiguo para explicar cómo afectaban las subidas de impuestos indirectos;
En realidad, lo que ocurre en este caso es muy previsible. De la misma forma, que las marcas de coches, se han tirado todo el verano usando como argumento de venta la subida de IVA, anunciando a bombo y platillo que a partir del 1 de septiembre el IVA iba a subir, y luego nos hemos encontrado con las más que previsibles “ofertas de retraso de subida del iva hasta octubre, meses sin IVA y demás… Ahora nos vamos a encontrar con la misma situación. El esquema es simple; Los concesionarios estiman lo que puede pagar la gente por los coches, (que cada vez es un importe inferior), por lo tanto tendrán que adaptarse a esto. Si sube el IVA simplemente se lo tienen que comer, ya que todos los descuentos que están y estaban realizando no son por deporte. Simplemente no podrían cobrar importes superiores a los precios actuales, (y ni tan siquiera estos). Por tanto, por mucho que quieran repercutir la subida de IVA, simplemente no pueden.
En consecuencia, se busca la forma de darles ingresos, y exactamente por el mismo argumento, si lograban vender un coche a 15.000 euros, lo van a seguir vendiendo a 15.000 euros; la diferencia es que ahora pueden cobrar 16.000, (que corresponden con 15.000 del cliente y 1.000 del descuento). Además se busca el hecho de que las ayudas tengan un plazo de vigencia limitado para que sirva al clásico discurso de “compre ahora” que dentro de poco subirán.
En definitiva, otro intento de dar ciertos beneficios y argumentos de venta a una industria que está sufriendo el impacto directo de todas las medidas contra la clase media, y que precisamente por esto no va a funcionar. Lo suyo es recuperar la confianza y el poder adquisitivo de la sociedad. Luego se venderán coches. Hacer las cosas al revés tan sólo lleva al desastre.