Ya tenemos los resultados del test de Olyver Wyman, y con esto ya tenemos conclusiones. ¿Acerca de la salud de los bancos?. Pues por mucho que se empeñen en manifestar que se han despejado las incertidumbres, la realidad es que estamos como siempre, ya que ni estos, ni los anteriores están diseñados para conocer la realidad, sino que están diseñados única y exclusivamente para manifestar lo que los inversores quieren oír.
Sólo de esta forma se puede entender que se haya repetido una y otra vez un esquema de análisis, que tiene toda una serie de fallos de concepto que lo invalida completamente, modificando aspectos puntuales. Por resumir, estamos ante un método que determina un análisis de sensibilidad, en lugar de lo que debería ser una metodología para determinar el estrés que podrían soportar determinadas entidades.
Otra crítica que se repite, aunque con ciertas variaciones, está en que la metodología errónea se usa además con datos que casi nadie se cree. Esto se pretende solucionar con mil alusiones a que resulta que todo el mundo ha revisado los datos, lo que nos lleva a una situación en la que tenemos una sensación de veracidad sobre determinados datos, cuando nada garantiza que esto sea así, y por otra parte nos lleva a ocultar gran parte de los problemas, ¡en lo que no miramos!. En definitiva se trata de aplicar el principio básico del engaño en magia. Esto nos lleva a que se vuelve a cometer el error de no mirar más allá de los créditos, (que funcionan muy bien de cortina de humo), e incluso vuelven hacia atrás en el sentido de volver a considerar totalmente libre de riesgo la deuda pública. Pero lo que sorprende incluso es que no consta que ninguna de las entidades haya rehecho sus cuentas a raíz de informaciones de las auditoras. Por tanto, o bien resulta que no han detectado nada, o que se sigue ocultando.
Curiosamente, y a pesar de que nos encontramos con otro argumento que nos cuenta que se trata de dar confianza al sistema financiero, porque se ha ofrecido la información sobre un porcentaje muy amplio del sistema financiero, la realidad es que los datos no encajan y parece que se está cometiendo otra vez el error de no considerar los grupos consolidados, y considerar las entidades aisladas. En su día, cuando el Banco de España usó esto, dolía la vista cuando hablábamos del olvido, y ahora parece que se repite la historia.
En definitiva, lo que estamos es ante un análisis que mantiene los mismos fallos que todos los anteriores test de estrés, hecho que tan sólo se puede explicar porque el objetivo de todos y cada uno de los test no es otro que generar una idea en lugar de mostrar la realidad.
En este sentido, llama especialmente la elección de unas consultoras como garantes de todo el proceso y en particular que aparezca en el documento de preguntas y respuestas, (rara vez encontramos un documento de adoctrinamiento tan profundo), lo siguiente:
“Las autoridades españolas, a lo largo de este proceso, se han beneficiado de una visión independiente, con amplia experiencia en los factores macroeconómicos que afectan a las perspectivas de potencial de crecimiento económico, y en el desarrollo de ejercicios de estrés.
Al contar con expertos independientes de firmas internacionales, se ha dotado al ejercicio de una mayor perspectiva internacional.
Los expertos externos cumplen una serie de requisitos que permiten asegurar su independencia.
Adicionalmente, se benefician de la experiencia de sus servicios centrales”.
Para después pasar a exponer el papel de cada uno de las entidades que han colaborado en todo este teatro:
“Oliver Wyman: la consultora ha sido la encargada de llevar a cabo las pruebas de resistencia, diseñar los modelos de cálculo y en última estancia estimar las necesidades preliminares de capital de las entidades bajo los dos escenarios cubiertos. Para ello, Oliver Wyman ha hecho uso del resultado de los trabajos realizados por las principales auditoras en España.
Auditorías (Ernst&Young, KPMG, PwC, Deloitte): las cuatro grandes firmas de auditoría se han encargado de realizar una evaluación contable independiente de la cartera crediticia y adicionalmente una revisión de los sistemas de gestión de impagos de las entidades. La asignación de las auditoras a las entidades puede consultarse en el Anexo II del documento "Background Note" publicado hoy.
Empresas valoradoras: Tinsa, Valtecnic, Gesvalt-Madiva, Aguirre Newman, Jones Lang LaSalle y CB-Richard Ellis.
The Boston Consulting Group (BCG): BCG ha apoyado a Banco de España en la coordinación del trabajo entre las cuatro grandes auditoras y la consultora externa Oliver Wyman, garantizando la homogeneidad del ejercicio entre las entidades participantes y el cumplimiento de los calendarios.”.
Lo que no nos cuentan estos documentos es que la consultora Oliver Wyman, encumbró a la banca irlandesa, (justo antes de que se desmoronase), recomendó las subprime, las inversiones de AIG… Las cuatro auditoras no han sido capaces de decir que las cuentas de las entidades financieras no reflejaban la imagen fiel de las empresas, y respecto a las tasadoras, no hay más que recordar que las tasaciones de los inmuebles en España han sido de todo menos realistas, sobre todo teniendo en cuenta que en cada una de las tasaciones se habla también de las expectativas. Lejos de responder del trabajo realizado, resulta que se les confieren más responsabilidades.
Y no es que sean empresas privadas, (con sus propios conflictos de intereses, y muy obvios), lo que encontramos aquí. Es que curiosamente, tenemos a los inspectores del Banco de España que son los únicos que han clamado y avisado de lo que podría ocurrir, (siendo sistemáticamente silenciados por unos políticos sometidos a los que hoy informan); y que siguen siendo curiosamente los únicos a los que no se les pregunta. Supongo que será porque estos que acaban de realizar los test de estrés sí que son expertos y no lo tienen que demostrar, aunque bien pensado extraña un poco que se silencie a los que si anticiparon, y se contrate a todos los que colaboran en montar esta situación.