Estos días estamos escuchando mucho ruido en torno a las condiciones en las que responderán los titulares de depósitos, (recordemos que son cuentas corrientes y a determinado plazo), de los problemas de las entidades financieras. Y lo peor es que con todo el ruido están quedando unas cuantas cosas muy poco claras.
En primer lugar, en todos lados nos encontramos con la decisión de que son los grandes depósitos los que podrán tener que asumir pérdidas. Incluso en el caso de Chipre nos están contando ahora que los depósitos mayores de 100.000 sufrirán quitas superiores al 40%. Sin embargo esto no es lo que dice la normativa que habla de que los depósitos sufrirán pérdidas por encima de los 100.000 euros. No es lo mismo, porque en una redacción un depósito de 110.000 sufriría una quita de 44.000 y con la normativa actual sería de 4.000.
En principio parecía que era un error, pero lo cierto es que a estas alturas del partido, es posible que tengamos un nuevo criterio que no es el que corresponde a la normativa. En todo caso debería aclararse, sobre todo porque el hecho de que no sea conforme a la normativa no garantiza que no se esté pensando en hacer esto, sobre todo teniendo en cuenta que se han cargado las prelaciones sin mayor problema, de tal forma que existen muchos agentes que no van a perder dinero, y sobre todo teniendo en cuenta que antes de cargar a los depositantes de la entidad con pérdidas tendría que haber todo un proceso de liquidación en el que el activo se venda con un mínimo de control y a estas alturas, las filiales griegas ya han sido traspasadas a un banco griego.
Tampoco tiene demasiado sentido aquello de las pérdidas en bancos que no han quebrado, de forma que tendrán que aclarar muy bien y mucho la situación en la que quedan los depositantes de las cuentas, en un proceso absolutamente inútil debido a que se han cargado ya toda la confianza.
Esto es lo peor de la situación; independientemente del cachondeo de que ahora parece que nadie tuvo la ocurrencia de practicar una quita en los depósitos garantizados, lo que está claro es que da exactamente igual la normativa que nos digan y lo que nos cuenten que van a ser los depósitos a partir de ahora. La pregunta es ¿nos podemos fiar de lo que se diga?. Pues lamentablemente no se puede porque faltan tres requisitos principales:
El primero es que nadie ha dicho lo que ha pasado, cuales son las pérdidas y cuál es la situación, y de hecho, más allá de los cuentos de moralinas, y de buenos y de malos, nadie ha dicho lo que ha ocurrido, porque, como y lo que es más importante ¿Cómo evitarlo?. Por supuesto el hecho de que se ha acabado el modelo y que se ha acabado el juego de casino queda muy bien para los cuentos, pero la realidad es que sin modelo para Chipre; ¿Cómo van a devolver el resto?, ¿Cómo van a funcionar?. Y respecto a lo de economía de casino, tenemos un casino perfectamente montado nosotros con Bankia, (más exagerado que el resto) y por ahora con quien se ha acabado es con las personas que ahora se encontrarán con una situación más dura, (que se nos ha dicho que será la gente pero no el cómo ni absolutamente nada). De alguna disculpa, ni reconocimiento de errores de alguien ya ni hablamos. ¿cómo se va a corregir algo si no se reconoce como error?.
El segundo es que inmediatamente deben dimitir las personas que han estado en este sarao. Absolutamente todas, incluyendo (y sobre todo) aquellas que todo lo han hecho bien, cuando tienen un sistema completamente destrozado.
Y el tercer requisito es que para que nos creamos un plan, debemos tener en cuenta que ha de estar mínimamente pensado y planeado. Y este no es el caso, ya que más allá de las dudas sobre la redacción, nos encontramos con una falta de definición en aspectos claves que es muy preocupante. ¿Se van a considerar de la misma forma empresas que particulares?. Porque por la misma razón que las tasas de justicia son injustas cuando se equipara, teniendo en cuenta el poder adquisitivo y el movimiento de unos y otros, en esta ocasión tenemos exactamente el mismo problema. ¿no serán gran parte de los depositantes de los de 100.000 euros pymes?. Evidentemente para una persona es un patrimonio, pero para una empresa puede ser un volumen de cuentas bajo, sobre todo si tiene la mala suerte que la ruleta se para en un día del mes incomodo. Si hablamos de grandes depositantes, ¿hablamos de la suma de depósitos en todas las entidades o por entidad?, ¿Se considera la distinción de varios participes de la normativa actual?. ¿Tendrán derecho a reclamar contra una decisión y control judicial de algo?. ¿Quién decide las normativas de disolución de bancos?. ¿Quién va a controlar a los Bancos Centrales?, ¿Qué información habrá que facilitar a las personas que pierden una cantidad de dinero importante?. ¿Garantías de que en medio de todas las pérdidas no existan determinados acreedores privilegiados o incluso que haya terceros que se lleven activos a precios de saldo para pegar pelotazos a cuenta de las pérdidas de todo el mundo?. ¿Se va a buscar alguna forma de que los fondos de garantía estén para garantizar depósitos en lugar de para todo cuanto se necesite menos para salvar depósitos?, ¿se va a buscar alguna forma de que tengan el volumen suficiente como para que sea una garantía real?. ¿existe alguna responsabilidad sobre las garantías o aquí cualquiera puede garantizar lo que le da la gana, sin más problemas que la existencia de unos inversores que creerán en Papa Noel si les viene bien y no creerán que la tierra gira alrededor del sol si les viene mal?. ¿un procedimiento que todos conozcamos de liquidación de entidades que sea algo más concreto que lo de "el BCE podrá hacer lo que le da la gana e imponer pérdidas a todo díos"?
Todas estas cosas aparecen normalmente en las leyes, que normalmente no se deciden en madrugadas de festivos, no se publican en twiter y no se deberían decidir bajo chantaje e ignorar sistemáticamente porque resulta que parece que tenemos cuatrocientas mil normativas para casos excepcionales, que en los casos excepcionales no se usan, y esto en un entorno donde lo normal es que pase algo raro.
Todo esto al final se resume en una tontería. ¿Cuándo hablamos de estado de derecho a que nos referimos?. Porque no tiene sentido que ahora comencemos a discutir sobre estas y unas cuantas dudas más, cuando en realidad al final se hará la primera ocurrencia a alguno que pasa por ahí dando lecciones de moralidad.