El sábado 23 de marzo se publica en el BOE, parte de la solución a los problemas de los preferentes. En primer lugar, me gustaría comentar la elección del nombre de leyes y propuestas, que no creo que sirvan al objetivo de manipular; no van a convencer a nadie que esto es para proteger a nadie, (al igual que lo del envejecimiento activo), y se puede entender, con muchas razones, como una gran falta de respeto a las personas.
Pero en segundo lugar, tenemos que entender el proceso de protección, que básicamente consiste en la creación de una comisión y el mecanismo de liquidez correspondiente. A pesar de que los datos están muy fragmentados, en el consejo de ministro se habla de títulos emitidos por valor de 8.000 millones de euros, con 300.000 afectados.
No constan las pérdidas que serán asumidas, ahora, al no estar claras las pérdidas que tendrá cada una de las emisiones, pero podemos asumir que tengamos unas pérdidas de la mitad. Esto nos llevaría a unas pérdidas de 4.000 millones y a que por tanto los potenciales beneficiarios de la liquidez a proporcionar por el FROB serían estos 4.000 millones.
A tal efecto, se aprueba una derrama extraordinaria al Fondo de Garantía de Depósitos que oscila entre 1.500 y 2.000 millones. Por tanto, asumiendo que nos vamos a la parte alta de la recaudación, lo que tenemos es que nos encontramos con unos 2.000 millones de derrama para atender las compras de las acciones de las entidades que no cotizan.
Parece que este va a ser el dinero usado para comprar las acciones de las entidades que van a surgir del canje de los instrumentos híbridos, pero tal circunstancia no acaba de encajar en los números, a menos que haya una elevada quita adicional por el hecho de la compra de las acciones.
Desde luego, el dinero necesario para comprar estos títulos dependerá de las personas que se muestren interesadas en convertir las acciones de entidades quebradas en efectivo, pero es de suponer que serán la inmensa mayoría, ya que estamos hablando de acciones de entidades quebradas, en manos de personas que normalmente no son reconocidos precisamente por la preferencia por el riesgo y que ya han sido engañadas y manipuladas.
Por tanto, las matemáticas son claras; parece que la cantidad de dinero que toca a cada participación hace suponer una quita elevada, a añadir a la quita a la hora de convertir los instrumentos híbridos en capital.
Por otra parte, resulta que la primera aportación de las entidades se realizará en los primeros días de 2014, (supongo que para no afectar a las cuentas de las entidades en 2013), de tal forma que parece ser que el instrumento para dotar de liquidez a los titulares de las preferentes no va a ser ni mucho menos inmediato.
La conclusión es muy simple: si cogemos todo esto, nos encontramos en una situación en la que se han anunciado pérdidas globales, en la que actualmente nadie sabe cuáles van a sus pérdidas, (lo que no se entiende muy bien, ya que si estamos hablando de valoraciones de distintos activos, tendríamos que tener el desglose primero para calcular el global que saldría de una suma, en lugar del global que ya veremos cómo se reparte), una comisión creada, un proceso en el que nadie sabe cuánto tardarán en comunicar las pérdidas individualizadas, el importe que se podrá recuperar, cuando y como se podrá anticipar el dinero o en que condiciones se queda el que no quiera recuperarlo. De hecho, no es que no se sepa exactamente, sino que no hay ni una aproximación decente a estas preguntas en un concepto que afecta a miles de personas que además en muchos casos pueden necesitar los ahorros en un entorno en el que los ingresos familiares están bajo mínimos.
En definitiva, estamos en un entorno en el que llamar a algo “medidas para la protección…” no es más que una burla cruel de un gobierno que hace tiempo que no hace otra cosa que marear la perdiz en una especie de guerra con todo el mundo, esperando agotar a todo el mundo, para luego pedir esperanza y confianza.