El otro día colocaba un post acerca de las medidas que nuestro gobierno “orwellianamente” denominaba “Medidas para la protección a los titulares de determinados productos de ahorro e inversión.”. En estas medidas se aprobaba la quita a los compradores de preferentes y deuda subordinada, y se establecía un mecanismo para que estas personas obtuviesen liquidez. Este mecanismo para la obtención de liquidez tenía dos trucos que no nos están contando. La primera parte de los pagos se tendría que realizar a partir del 31 de diciembre de 2013, (es decir, se está trasladando el problema al futuro), y la segunda es que contrastando las aportaciones esperadas con los (pocos) datos disponibles sobre la magnitud del problema, nos encontramos con las matemáticas que nos dictan que habrá una quita adicional para las personas bastante grande.
En este sentido, y avanzando los acontecimientos, nos encontramos con el juego desde Europa, con un teatro montado entre el BCE, (en el papel de “poli malo”) y la comisión, (que interpreta el “poli bueno”). Ambos se descuelgan pidiendo cautela al gobierno a cuenta de las medidas para la protección a los consumidores, y en ambos casos mostrando su preocupación, (que de ser cierta significaría la esquizofrenia absoluta), por el Fondo de Garantía de Depósitos, que recordemos que es la entidad que compra las acciones que se van a entregar a cambio de las preferentes ya descontadas.
El BCE en el papel de malo afirma que dicha decisión es totalmente desaconsejable, al incrementar los riesgos de los depósitos, y la comisión europea lo que hace es tratar de “hacer el favor” con el mismo argumento solicitando medidas para proteger el fondo de garantía de depósitos, siempre teniendo en cuenta que estas medidas pasan por que las valoraciones en las acciones, (quita en el momento de convertir las participaciones y deudas subordinadas) sean “prudentes” y que luego posteriormente el descuento a la hora de dar liquidez sean “prudentes” también. En definitiva, tenemos al BCE que pone a las personas en la peor de las situaciones y luego tenemos a la comisión europea, pidiendo con toda clase de eufemismos que se solucione el problema, pero asumiendo las mayores quitas posibles, y todo ello con el absurdo razonamiento de proteger el Fondo de Garantía de Depósitos y el argumento de que así se protegerán los depósitos.
Es absurdo en primer lugar porque está perfectamente claro que el fondo de garantía de depósitos les importa tan sólo cuando hay que buscar una excusa; en caso contrario jamás se podría explicar la evolución de tal instrumento, (que relaté en varios post de 2011), que de un fondo de garantía para cubrir depósitos ha pasado a ser un instrumento para salvar entidades financieras a través de todo tipo de engendros normativos. Al final, hace tiempo que el fondo de garantía de depósitos no tiene la menor capacidad para atender los depósitos de ninguna entidad que quiebra, y mucho menos en un entorno en el que la reforma financiera ha sido encaminada a la creación de grandes entidades sistémicas. Recomendaría la lectura de estos post y es fácil entender que en ese momento yo no estaba descubriendo precisamente la pólvora, lo que unido a que en medio de una crisis mundial no se entendiese que las autoridades no estuviesen al corriente, nos lleva a concluir sin problemas que les importaba un pimiento.
Y es absurdo en segundo lugar la justificación de hacer seguros los depósitos, si tenemos en cuenta que llevamos unos cuantos años justificando todo tipo de tropelías para ayudar a la banca, (en España y en el resto del mundo), bajo la coartada de salvar los depósitos para llegar finalmente al “error” de Chipre, en un entorno en el que la propia comisión forzó en primer lugar una quita a todos los depósitos que se vino abajo tan sólo gracias (o mejor dicho desde el punto de vista de la comisión) por culpa del parlamento del país mediterráneo. Es fácil entender que lo de mantener los depósitos no es más que una tonta excusa para justificar otra tropelía.
En definitiva estamos como siempre, todo son excusas porque al final el esquema se trata de decidir quien asume todas las pérdidas, (y los grandes inversores, las entidades financieras, los bancos centrales y los fondos de pensiones e inversión extranjeros están a la cola), para luego construir las medidas, (en función de los activos que tenga cada uno), para acabar diseñando el esquema de transmisión de ideas para que la gente trague, (o lo parezca) con todas las tonterías que nos están hundiendo.