Hoy a la mañana estaba viendo un programa de Cuatro, y me he encontrado con unas conclusiones finales de Federico Quevedo que como poco son sorprendentes. La primera conclusión es que hay que transmitir la necesidad de no poner en duda la seguridad del transporte ferroviario, ni de las líneas de alta velocidad.
Este argumento, por cierto, me sonaba a ciertos comentarios acerca del transporte de petróleo por ferrocarril, a cuenta del accidente de julio en Canadá donde un tren sin frenos ni tripulantes se deslizó por unas vías hasta acabar destrozando un pueblo.
Pues bien, más allá de que ambos accidentes se justifiquen (y habrá que estar a las conclusiones), mediante la explicación de los fallos humanos, hay una serie de cosas que deben estar perfectamente claras.
¿Se debe dudar de la seguridad en los trenes?. Y la respuesta es que para tener la mayor seguridad posible, siempre y absolutamente siempre se ha de dudar de la seguridad. Esto en realidad no es específico de los trenes, sino que es algo que afecta a todos y cada uno de los ámbitos que nos podemos encontrar. La falta de duda sobre un aspecto lleva invariablemente al desastre.
Pero si el 23 de julio de 2013 es responsabilidad de unos cuantos estar dudando continuamente de la seguridad de los trenes, en días como hoy semejante afirmación es directamente una aberración. Por la sencilla razón de que la realidad es contundente, y absolutamente todo ha de ser puesto en duda ante la evidencia de que la seguridad no es perfecta. Por supuesto que la seguridad nunca será perfecta, y por supuesto que siempre tendremos accidentes, por lo que me remito al punto anterior; todos los días nos tendremos que poner a dudar de todo para incrementar la seguridad aún sabiendo que acercarnos no tiene que significar llegar a la perfección.
En todo caso, desde mi desconocimiento, por supuesto que dudaré de ciertas cosas que desconocía y que no me quedan nada claras. Yo tenía en mente que la seguridad de las líneas y de los trenes de alta velocidad eran máximas, ya que teníamos unas líneas construidas específicamente con las máximas garantías, unos trenes avanzados, y varios sistemas de seguridad espectaculares.
¿Y ahora resulta que tenemos un trazado con una curva “difícil” en el aprovechamiento de un trazado antiguo, hecho en un tiempo record?; ¿Ponemos unas medidas de seguridad impresionantes para detener el tren a lo largo de todo el recorrido de la alta velocidad y resulta que cuando llegamos a la curva difícil, al lado de una población y en medio de una frenada fuerte no existe esta medida de seguridad?. Estoy completamente seguro que habrá mil y una razones técnicas para justificar que existen unos sistemas que frenan un tren en medio de rectas quilométricas, pero que no me cuenten que la máxima seguridad es un sistema en el que los frenos automáticos no frenan precisamente donde más se necesite.
Es simplemente absurdo y en todo caso convendría una explicación, o que por lo menos se nos diga claramente lo que tenemos, de forma que lo entendamos: ¿En cuántos lugares de la red no funciona el frenado automático?. Y sobre todo, en estos casos en los que no funciona el frenado automático, ¿existe algún tipo de mecanismo de seguridad alternativo?. Y si existe, ¿Por qué no funcionó?.
Si por supuesto, me dicen que al final el sistema de seguridad es que el maquinista accione o no el freno, tendré que entender que en realidad tiene los mismos sistemas de seguridad que mi coche o que un ferrocarril de 1930, (si queremos con una mayor calidad de frenado).
En Canadá resulta que el problema también se achaca a un error humano en el sentido de que no se han activado los frenos, (creo entender que lo que sería el equivalente al freno de mano), de forma que el tren se ha deslizado sin control por una cuesta abajo hasta llegar al pueblo, de tal forma que no se detectó el movimiento además porque como era una vía de escasa circulación no tenía sensores para monitorizarlas.
En mi ignorancia, (que seguro que me hace ser atrevido), ¿a nadie se le ocurre pensar nuevas alternativas además de sensores en vías para determinar la posición de los trenes?. Hablo del término de redundancia. Repito que desde la ignorancia, ¿no existe la posibilidad de controlar los trenes también desde algún sistema de gps?. En Canadá no se enteran de que el tren se mueve por la vía, y en España estamos discutiendo la velocidad, cuando resulta que cualquier tom tom, de cualquier coche determina su posición y velocidad en cada momento, acompañado de la velocidad máxima. ¿Tan difícil será diseñar un sistema de GPS para los trenes similar y que envíe los datos e incluso acepte ordenes en caso de que la vía falle?. En todo caso, lo que está claro es que alguien, (y por supuesto no seré yo), tendrá que diseñar nuevos sistemas para evitar casos como el de ayer. Para esto se necesitan dos cosas, conocimientos y la eterna duda.
Aquí se tira del error humano para tratar de convencer de que todo está bien, cuando la realidad es que todo el mundo parece olvidar que todas las medidas de seguridad son, por pura definición, las medidas que se toman para evitar el error humano y para que en caso de que se siga produciendo que no tengan los efectos que nos encontramos.
Sin ser un experto, tengo claro que lo del sistema de frenado automático, y los sistemas de posicionamiento y demás tratan de evitar los efectos de errores, y también tengo claro que poner una curva fastidiada fuera de una línea de alta velocidad, pero en medio de una línea de alta velocidad, en un tren que se vende de alta velocidad dista mucho de ser algo que trate de evitar los errores humanos. Es directamente de locos y contrasta con la afirmación de ayer, (día del accidente), negando los fallos de diseño de la vía. Es tanta locura que encontramos las noticias de que el problema viene del exceso de velocidad de un maquinista, (que según las noticias presumía en facebook de ir a gran velocidad en el tren, lo cual puede llevar a cierta confusión ya que realmente aquí todo el mundo presumía de la velocidad del tren); un maquinista que por cierto circulaba con un pequeño retraso, y que tiene en su nomina un plus de puntualidad.
No se entienda con la frase anterior de que el maquinista tomó deliberadamente una curva a 200 cuando no podía por el plus; pero que el hecho de no culpar a este plus del accidente, no puede hacer que pasemos de reconsiderarnos la existencia de una retribución variable que dependerá de unos cuantos factores ajenos al que lo cobra, (retrasos en las estaciones, esperar a otros trenes,….) y tan sólo uno dependiente (supuestamente, porque no tengo claro quién fija la velocidad), del maquinista. Una retribución variable ha de servir para incentivar algo y una retribución variable basada en la velocidad o influye en la velocidad (con lo cual puede haber tenido efecto), o directamente no influye por lo que no tiene sentido. Pueden criticar la mezquindad de relacionar el plus variable con la velocidad en una curva determinada, pero lo que no podemos permitirnos es no relacionarlo.
Y ya que estamos con tabúes y argumentos emocionales para no entrar a discutir cosas, existe otra gran causa que se está desechando de malas palabras; ¿los recortes?, ¿la reforma laboral?, ¿la situación de Renfe?; curiosamente nos encontramos con demasiados argumentos de que es mezquino mezclar estas cosas con el accidente; A mi particularmente me parece sorprendente, irresponsable y manipulador pasar de esto. Sobre todo porque resulta que pasaríamos de entender que la situación de Renfe y de los trabajadores de España en su conjunto no afecta a los trabajadores, lo cual es relevante sobre todo cuando nos encontramos con que la medida de seguridad de un recorrido vendido como de alta velocidad, en un tren diseñado para circular a grandes velocidades se trata de que el maquinista cumpla un límite de velocidad de 80 en una curva pronunciada tras un tramo de 80 quilómetros a 200 km/h.
Y al final estamos en lo de siempre; el hecho objetivo de que un tren circule a 200 km/h, por mucho que sea precisamente este el fin, no puede hacer que no dudemos de la seguridad, que no pensemos en otras causas, que no busquemos mejoras y que no tengamos en cuenta las condiciones de las personas. Dicho de otra forma, no dudar y no pensar porque no nos da la real gana, nos lleva directamente a un desastre.