Uno de los grandes éxitos del cine es la película “Lo que el viento se llevó”, que nos cuenta la historia de la vida de una mujer en el Sur de los Estados Unidos en la época de la guerra de secesión. La película nos muestra la evolución de una niña malcriada y caprichosa criada en todas las comunidades, a la que la guerra pone en una situación dramática.
Es famosa la escena en la que la actriz, robando un rábano, proclama: "A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!".
Seguro que todos conocemos la película y recordaremos esa famosa escena. Algo que también subyace en una frase que oí hace tiempo, (no soy capaz de recordar ni donde ni de quién es), que decía algo así como “Las cicatrices más profundas sólo las encontraremos en las mentes más atormentadas y en los caracteres más férreos”.
Esta es una forma fácil de entender la frase que bastante más tarde pronunciaría Friedman en la que decía que “Sólo una crisis, real o percibida como real, permite un auténtico cambio”. No es más que esto, y lo cierto es que nos guste o no Friedman, la verdad es que existen evidencias empíricas suficientes para entender que esto es cierto, pero con todas las evidencias ¿es cierto?, o ¿es posible que estemos ante otro caso de miopía?, ¿esconde alguna perversión?.
Está claro que esta crisis traerá un cambio. Un cambio que se empieza a percibir en algunas cosas y detalles, y desde luego las cosas no volverán a ser como antes de esta época. Esto ha pasado muchas veces en la historia y volverá a pasar. Sin embargo, la curiosa ironía de la situación actual es que todos los esfuerzos vienen destinados a que las cosas no cambien..
Lo que está claro es que todos tenemos que tener claro que la percepción de la crisis es un requisito necesario. Y que la percepción sea real tiene que implicar el sufrimiento. Scarlett O´hara produce su metamorfosis cuando realmente es consciente de que se encuentra pasando hambre. Es tan sencillo como esto. Cada uno siente la crisis cambia, antes no.
Es igual de cierto que sin esta situación, este blog no existiría, por lo que irrefutablemente puedo demostrar que esta crisis a mi me ha cambiado. Antes de que esta se manifestase con su crueldad, es cierto que muchos ya éramos conscientes de cierto cachondeo. Pero la verdad es que cuando las cosas van bien, las cosas suelen pasarse. ¿Qué tal robaba?. Lo solucionas con un ¡Ya sabes cómo son las cosas!. Ahora la realidad es que ya no me valen las excusas. Ante la misma situación, pido y exijo y hago lo que sea por denunciarlo. No me vale lo de quedarme en pensar: ¡Que cabrón!, y a otra cosa.
Creo que en el fondo todos hemos cambiado y mucha gente ante las dificultades se ha crecido. De la misma forma todos conocemos las biografías de personas que de la nada se han convertido en personas importantes, gracias a que las dificultades les han hecho reaccionar.
La idea es la misma que la historia que nos dice que una madre es capaz de desarrollar una fuerza increíble si su bebé está en peligro. En caso de un peligro inmediato está claro que será la adrenalina la que la impulsa, pero y si estamos ante una situación angustiosa económica, ¿Qué no se hará por unos hijos?.
Todo esto es cierto y es verdad que las crisis provocan cambios, y la historia, los manuales, los libros y los programas de televisión está llena de éxitos de personas que han tenido que cambiar a la fuerza. Sin embargo, y teniendo claro todo esto, nos encontramos con el primer error a la hora de defender que se deben poner las cosas difíciles a la gente como incentivo para mejorar. Es el error típico del que busca la crisis en un centro comercial, (¿Cómo puede haber crisis cuando veo a la gente con los carros llenos?), o cuando buscamos los muertos en la carretera, en medio de un atasco; (¿Cómo va a haber un problema de muertes en la carretera con todos los atascos que tenemos?). Simplemente no miramos bien.
Pero lo cierto es que las crisis, las dificultades y los problemas provocan en muchísimas más ocasiones cambios en otro sentido.
Una minoría acabará con su vida o con la de otros, fruto de la desesperación, otros muchos acabarán perdiendo la esperanza, la autoestima, otros se verán arruinados, los hijos de estos tendrán mayores problemas y todo un rosario de infinidad de dramas, que no servirán de contraejemplo porque nunca aparecerán en la prensa salmón, ni serán ejemplo enlatado de un master de una escuela de negocios, ni tan siquiera tendrán el derecho a una entrada en un blog porque simplemente no tienen nombre.
Poner a la gente en dificultades extremas lleva a que unos logren cosas increíbles, a la vez que otros simplemente desaparecerán de forma que como solo hablaremos de los primeros, son los únicos que existen y llegamos a una conclusión errónea.
Friedman extrapolaba la teoría individual a lo colectivo, entendiendo que las sociedades funcionan igual, pero sin embargo olvidaba las relaciones y desde luego olvidaba el error de que se está olvidando los desaparecidos. O dicho de otra forma, Friedman nos cuenta el caso de Scarlett O´hara pero no se da cuenta que hay películas también de fracasos, de marginación y de historias de marginación que no acaban bien, y en las que las situaciones límite acaban como en la vida real.
Pero es que aún olvidando que el cambio no tiene porque ser en la dirección deseada, existe otra palabra que tiene un poco de miga: “sólo”. ¿es que no hay otra forma de cambiar?. ¿Es que las cosas no pueden cambiar por mil razones más?. Hay ejemplos a patadas, pero quizás el más claro es aquel en que alguien apuesta por un talento determinado. ¿esto no ha cambiado a la persona?.
Es más, he puesto el caso del que escribe, (más que nada porque lo conozco bien), y he dicho que el cabreo y la situación que veo me ha llevado a este blog. Es como ver como un coche se va a estrellar contra un muro y este blog es como una expresión de ¿no va a hacer nadie nada?. Por lo tanto, aunque es cierto que la crisis ha provocado de alguna forma una evolución, lo irónico del caso es que toda esta situación previsiblemente haga que mi situación mejore. ¡Es así de irónico!. No soy rico, ni mucho menos, pero aunque no tenga un duro, la crisis previsiblemente me hará mejorar. De hecho, al final de toda esta historia, los que mantengamos el empleo y más o menos los ingresos, pues habremos tenido que sacrificar algo, pero la realidad es que al final, si las empresas quieren vender algo tendrán que hablar con nosotros y llega un punto en que las condiciones las ponemos los supervivientes. No tengo hijos que supongan un riesgo, no he pasado hambre y no veo probable que me encuentre en tal situación.
Es cierto que todo puede cambiar y los planes pueden salir mal, pero el caso es que no ha sido la percepción de una crisis que me golpee dramáticamente lo que me ha hecho cambiar.
Es más, en cierto sentido, es completamente razonable, pensar que si tuviese un hijo, si no tuviese ingresos, si me tuviese que preocupar por la comida o si realmente tuviese todas estas circunstancias juntas, lo más normal sería que este blog no existiese. Es así de sencillo. ¿Cree alguien sinceramente que me plantearía escribir o analizar lo que sea en caso de que tuviese problemas para alimentar a una familia?.
Scarlett O´hara era una niña rica, que recibió una educación, conocía los protocolos y por tanto cuando llegó la ruina, reaccionó, pero lo cierto es que tenía unas condiciones y se encontró con unas condiciones que le permitieron reaccionar. En muchísimos casos, la realidad es que no existen las circunstancias para que los cambios sean buenos.
En mi opinión, las dificultades pueden animar a alguien a emprender, aunque siempre teniendo en cuenta, que para esto tenemos que tener unas condiciones de base. Alguien tiene que ser emprendedor, tiene que tener ciertos apoyos, cierta situación y unas características determinadas. Por supuesto, estas dificultades tienen que ser asumibles, porque si todo es comodidad y protección, ningún emprendedor avanzará pero en medio de una situación inasumible, tampoco.
Pero lo que jamás debemos olvidar es que ni todo el mundo es emprendedor, ni tan siquiera la mayoría. Y esto es la base de todo el sistema capitalista, que se basa en la aportación de los recursos para el desarrollo de economías de escala y la especialización. A fin y a cuentas, la única época en la que todo el mundo era emprendedor era la del trueque.
Y eso nos lleva a otra conclusión interesante. Aunque fuese cierto que las dificultades son lo que hacen avanzar a las personas y eso a su vez se interpretase como avanzar a la sociedad. Nos queda el ¿Por qué?. ¿Se nos ocurre fortalecer a las madres tirando los carritos de los niños contra camiones?.
¿No será mejor que los gobiernos creen las condiciones para que los emprendedores, emprendan, mientras que el que quiere vivir dignamente, lo haga?. Y unas últimas preguntas:
¿Por qué todo el mundo que se apunta a alguna variación de la citada crisis, propone facilidades a los emprendedores y sacrificios a los que no lo son?.
¿El hecho de que yo, o cualquiera, mejore en esta crisis es excusa para la cantidad de víctimas que nos vamos a encontrar?. ¿No sería más lógico premiar y pedir sacrificios a los mismos?. ¿Por qué beneficios, riesgo y sacrificios tienen este reparto que contradice las teorías que se usan como coartada?.