La DGT en plena campaña sobre la velocidad insiste en la necesidad de instalar limitadores de velocidad en los vehículos. Supongo que dado que han proliferado todos tenemos claro el funcionamiento de estos aparatitos.
El conductor programa un límite a la velocidad, y en caso de que se supere este valor, se envían advertencias como un pitido, texto, imagen o lo que sea. En algunos modelos son molestos, y en otros son más discretos. En algunos modelos se conecta a voluntad, en otros (como es el mío), el dispositivo no se puede desconectar y simplemente se puede elegir la velocidad a la que se programa.
Estos dispositivos en teoría pueden servir al conductor para tres cosas, (por lo menos que a mí se me ocurran). La primera es para presumir de equipamiento en el coche; la segunda es para evitar multas y la tercera para evitar accidentes.
Respecto a la primera, la verdad es que creo que es mucho más útil un buen alerón, las luces de neón en el suelo del coche o el muñequito del demonio de Tasmania, porque lo del limitador de velocidad no lo ve ni Dios, y si para presumir tienes que sacar el catalogo del coche y marcar en fosforito la pijada número 45, el tema no va a quedar muy natural. Por lo tanto no recomiendo pagar un duro, si se busca este fin.
Claro que alguien puede pensar que el limitador de velocidad sirve para evitar multas. Muy bien, pues vayamos a la práctica. Nos subimos al coche, y lo primero es programar la velocidad a la que va a programar el cochecito.
¿Vamos a ir todo el rato por ciudad?. Pues lo programamos a 50 km/h. En principio con esto evitamos no pasarnos de la velocidad genérica de la vía. ¿Evitaremos alguna multa?. Pues evitaremos las multas cuando pasemos por el radar de la ciudad, que no son frecuentes, siempre que no estemos en una zona de 30 km/h, (son los sitios donde se ponen en las ciudades, aparte de vías especiales). Por supuesto podemos plantearnos programarlo a 30 km/h pero en este caso en las zonas normales, pues no dejaría de pitar.
Por el contrario, podemos intentar usarlo en un viaje por carretera convencional. En estas carreteras tenemos el límite de velocidad a 100 km/h, y nos encontraremos con zonas con distintas limitaciones, (en unos tramos a 50 km/h, otros a 40, otros a 80 km/h). ¿Qué velocidad introducimos en el vehículo?.
Podemos introducir 100 km/h, pero en este caso, no evitaremos las multas porque los radares se sitúan en una zona con el limite más bajo. Si programo 100 km/h y llego a un sitio de 50 km/h, el dispositivo simplemente no avisará, o sea que es completamente inútil. Lo puedo programar a 50 km/h, con lo cual pitará cada vez que sobrepasemos los 50; esto provoca que o me armo de paciencia y voy a 50 todo el camino, o voy aguantando el pitido todo el viaje. En el segundo caso, estaría en el mismo caso que programándolo a 100, pero ¡de los nervios!.
También se puede optar por la solución que han puesto en el concesionario para mi coche, en el que el limitador no es demasiado intuitivo porque está en medio de un menú. Lo han programado a 75 km/h en un “ni para ti, ni para mí”. La verdad es que yo cuando me dieron el coche no estaba para un máster y me quedé con aquello de donde está el acelerador y el freno. El resto ya lo iría conociendo. Pues nada, saliendo de la ciudad y cuando pasé de 75 km/h, empezó a pitar. La llamada al concesionario diciendo que el coche me pitaba y no sabía la razón fue culpa mía, (por pasar de instrucciones). Pero lo de programarlo a 75 es culpa suya, porque no sirve para nada en los límites de 50, (donde están los radares), ni es soportable ir por carretera dentro de las velocidades legales.
Por tanto, el dispositivo es completamente inútil en estos casos para evitar multas ya que el dispositivo tiene que ser programado para una velocidad concreta frente a límites variables, que el dispositivo no puede reconocer. Por lo tanto sólo tienen sentido los limitadores basados en gps o en algún tipo de reconocimiento de señales, que son una clara minoría.
Alguien podrá defender que puedo ir adaptando la velocidad programada a las circunstancias en cada momento, es simplemente un absurdo; porque significaría tener que avisar al avisador, y lo que se conseguiría es que me pasaría un tiempo adecuando el programador a la velocidad adecuada, en lugar de adecuar lo que corresponde: ¡la velocidad!.
Me queda el caso de autopista, donde tiene algo de sentido porque en este caso ya es más normal lo de radar en el genérico. Por supuesto, se repite el problema a los limites específicos en determinados tramos a 80 y 90, pero sirve para no pasar de 120, (igual que en la ciudad, con la diferencia que aquí sí hay radares a 120). Es este el único caso donde el limitador de velocidad tiene algún sentido; a menos que el coche tenga control de velocidad de crucero en el que marcas la velocidad a la que ir, lo cual es la mayoría de los casos, en los que los coches suelen llevar los dos equipamientos.
Por tanto el limitador de velocidad es un completo absurdo en su función para evitar multas, ya que por distintas razones según el caso, cumple su función en una minoría de los casos que nos podamos encontrar. (Autopistas si no llevamos el control de crucero en limites genéricos, y siempre que usemos trayectos en los que no hay variaciones de limites).
En mi caso, el limitador no es desconectable por lo que cuando pensé en la velocidad a la que programarlo, gire a voleo la ruedecita hasta una velocidad que no voy a alcanzar. O sea programarlo a 200. Los que tengan el On-Off usarán el Off.
Curiosamente la DGT recomienda este aparato para evitar multas (y está claro que ya me dirán cuantas multas evita) y la gente vota mayoritariamente, (por ejemplo en una encuesta de la voz de Galicia o en un estudio de 2005 de la dgt que en su página 24 nos dice que un 60% de la población está a favor de la obligatoriedad de tal artilugio) a la opción de instaurarlo como obligatorio. Por supuesto decir que este invento es un absurdo, (a menos que vaya acompañado del GPS), significa que inmediatamente estás oponiéndote a la seguridad vial. Y por esto nos queda ver la tercera razón por la que a un conductor puede interesarle un limitador de velocidad, que será otro post.