Supongo que en la carrera de Sociología, las guerras se explican por razones sociológicas, pero en la carrera de económicas, siempre se tratan de explicar las guerras por razones económicas. Por tanto, si me preguntan a mí, diré que tras toda y cada una de las guerras o conflictos que han existido encontraremos intereses económicos detrás de ellas.
Un poco más controvertido, pero no demasiado, es la afirmación de que las guerras son buenas para la economía. Esta frase se suele usar, pero de mis tiempos de facultad me ha quedado grabado a fuego la ruina que supuso para Inglaterra la guerra de los boer, (guerra que por cierto se ha ganado).
¿Por qué se dice que las guerras son buenas?. Pues en mi opinión por tres motivos fundamentales; el primero es porque normalmente hay que justificarlas, y para esto vamos a buscar las cosas buenas, el segundo es porque se genera mucha actividad, primero destruyendo y luego construyendo y el tercero es porque la existencia de muertos, (que además normalmente se concentran en rentas bajas), supone que la riqueza existente se reparte entre menos personas, (el denominador del PIB per cápita se reduce por razones obvias).
A lo largo de la historia, han existido muchas guerras, y hay evoluciones económicas posteriores, para defender todas las posiciones y gustos; pero en todo caso, un denominador común es que en todas ellas existe destrucción y la destrucción de recursos y personas siempre significa un empeoramiento de la economía. Pero a pesar de que siempre exista un empeoramiento global, la realidad es que siempre existen beneficiados. En función de las circunstancias de la guerra, el reparto de los beneficios, el reparto de los costes y la valoración que a cada uno de estos aspectos le demos, nos encontraremos con conclusiones muy variopintas.
Por hacer un pequeño y muy sintético resumen, me gustaría comentar muy brevemente tres casos del siglo pasado; En primer lugar tenemos la primera guerra mundial, en la que hubo un bando ganador, (liderado por Inglaterra y Estados Unidos), y un bando perdedor que fue liderado por Alemania. La casilla del juego, (y por tanto la destrucción), la puso Europa, de forma que desde la óptica de Estados Unidos, el proceso es que la actividad se incrementó en el proceso de militarización, por supuesto en la guerra ya que en Estados unidos se fabricaba gran parte del material bélico que se destruía en Europa y aún por encima ganaron la guerra, de tal forma que todas las facturas pasaron a los Alemanes.
Por supuesto, Alemania quedó destruida y con una deuda por las indemnizaciones impuestas que era simplemente impagable. Para Estados Unidos y en general para los países que estaban en el banco ganador, la guerra supuso pues el paso a los felices años 20; (aunque las medidas tomadas para conseguir esto acabaron degenerando en la gran depresión). Por el otro lado, Alemania, tuvo que imprimir billetes a todo ritmo, porque era la única forma de pagar las indemnizaciones de la primera guerra mundial, de tal forma que llegaron al proceso de hiperinflación, que acabaría degenerando en la elección de Hitler, que dejó de pagar la deuda y de cumplir las condiciones que los aliados le exigían.
¿Tuvo efectos positivos?. Pues según lo que valoremos cada uno, pero la realidad es que se generaron muy buenos negocios en los años 20, negocios que ocultaban una distribución de la renta cada vez más desigual en Estados Unidos y Gran Bretaña, que llevaron a la Gran Depresión, mientras que en el lado de los perdedores el resultado fue obvia.
La realidad es que si agregamos, podemos pensar que a pesar de los negocios que se han generado, el período que transcurre entre 1918 y 1939 ha pasado a la historia con el clarificador y muy oportuno nombre de período “entreguerras”. Mucho de lo que ocurrió en el mundo en este período tuvo sus raíces en el fin de la primera guerra mundial, de tal forma que el camino a la segunda guerra mundial fue inevitable.
En la segunda guerra mundial, el campo de juego se abrió mucho más, y la gran diferencia fue que la destrucción tanto de recursos como de vidas humanas fue muy superior; la salida fue también sustancialmente distinta, (quizás por la consolidación del comunismo), en el sentido de que se buscó una salida “social” a la crisis. En lugar de facturas a los vencidos, hubo ayuda a la reconstrucción; y en lugar de negocios para los ganadores, hubo toda una serie de medidas para los ciudadanos de tal forma que en lugar de “los felices años 20”, tuvimos el surgimiento del estado del bienestar.
Tras la segunda guerra mundial se inició pues un período de prosperidad y crecimiento en el mundo, lo que podría (y puede) llevar a pensar que la guerra tuvo un impacto positivo en la economía; sin embargo, en mi opinión, la economía mejoró por las medidas que se tomaron que provocaron el desarrollo de la clase media y eso arrastró la economía. La segunda guerra mundial, quizás llevó al mundo a un punto de desastre tal que no se podían tomar otras medidas, pero la realidad es que son las medidas tomadas y no la guerra la que hizo que la economía avanzase. Y desde luego, si las medidas se hubiesen tomado antes de la guerra, la prosperidad hubiese sido mucho mayor.
En la tercera guerra que me gustaría resumir, aunque solo sea brevemente es la muy reciente invasión de Irak en 2003; en este caso, mucho se ha hablado de esta guerra, en el sentido de que lo que buscaban los americanos era obtener petróleo barato. Puede parecer que tal cosa no se consiguió, (recordemos que estaba en torno a los 20 dólares), pero en realidad lo que ha ocurrido es una cosa curiosa que se repite en todas y cada una de las guerras, pero de una forma exagerada.
Me explico; cuando hablamos de que un país va a una guerra por intereses económicos, olvidamos que un país está compuesto por muchos agentes económicos que no siempre llevan sus intereses alineados. De esta forma, las capas bajas de la sociedad ponen las víctimas; la clase media pondrá el dinero, (el déficit en las guerras es algo que desde la ruina de la guerra de Flandes y las cuentas de los guantes perfumados siempre ha estado presente), y por otro lado están los negocios generados, (que son los intereses que llevan a la guerra), que no se tienen que repartir de forma justa.
En el caso de la guerra de Irak, se ve muy claramente este proceso al ser la guerra más mercantilizada de la historia. Los ciudadanos de Estados Unidos están pagando (o pagarán algún día la factura de la intervención, convenientemente ayudados por nosotros), las clases más bajas han puesto la carne de cañón, y las empresas occidentales, (en función de las participaciones de los distintos países), se han repartido posteriormente los contratos de explotación del petróleo, los contratos de reconstrucción del país, los contratos de seguridad y tantos y tantos negocios que generan unas plusvalías tremendas.
Puede parecer que la guerra de Irak ha sido un fracaso, pero económicamente se ha conseguido exactamente lo que se buscaba, (aunque supongo que se esperaban menos muertos y menos problemas), y económicamente lo que tenemos es beneficios para unas cuantas empresas occidentales, (desde las vendedoras de armas, las asesoras, la banca de inversión, las petroleras, constructoras, seguridad…), que están pagando los ciudadanos del mundo entero por muy variadas formas.
El problema es que a pesar de que el saldo pueda ser positivo y en el SP sale positivo, el problema es el de siempre: ¡nos olvidamos de computar los gastos en el cuadro!, y si no contamos los gastos y contamos los ingresos, es normal que siempre nos saldrá que la actividad es muy rentable económicamente, aunque tengamos que olvidar lo básico: ¡En la medida que destruimos, la ecuación no es un juego suma cero, sino que lo que unos ganan es inferior a lo que otros pierden.