Una de las dudas que no he logrado explicarme es la esquizofrenia en determinados aspectos del ¿análisis? de expertos que por ahí pululan. Supongo que será por cierta deriva política, pero en ocasiones alcanza unos niveles que no son del todo normales.
En particular estoy pensando en un detalle que siempre me ha llamado mucho la atención y que está de rabiosa actualidad. Me refiero a una frase que se llama “Unidad de Mercado”. Como sabemos en España tenemos 17 comunidades autónomas, que tienen una serie de competencias cedidas. Es decir estas comunidades deciden sobre determinados aspectos de determinados ámbitos, (ni sobre todos los ámbitos, ni sobre todos los aspectos). Esto supone que al final nos encontramos con que el sistema de sanidad no es exactamente igual en todas las autonomías, o que incluso existan ligeras diferencias en el importe de los impuestos a pagar, (con especial hincapié en el de sucesiones y donaciones). En fin, el caso es que existen ciertas diferencias entre distintas comunidades, que han llevado a todo el mundo a pedir la unidad de mercado como algo beneficioso para todos.
Pues lo que no acabo de entender es la gran paradoja de que se critique bastante un modelo por que existan ciertas diferencias en determinados ámbitos, (y usando la justificación de la “unidad de mercado”), pero no se diga absolutamente nada de lo que ocurre en el “mercado único”, (o ahora “Unión Europea”).
Incluso en muchos ámbitos se habla de ruptura de España, ante las negociaciones de determinados estatutos de la economía, aportando como argumentos tanto la “unidad de mercado” como (y sobre todo) la lengua. Recordemos que en España existen 4 lenguas que tienen el carácter de oficial en algunos territorios, (Catalán, Euskera, Gallego en cada una de las comunidades autónomas y el Castellano en la totalidad de España).
Pues resulta que siendo capaces de ver estos riesgos y esta situación como un problema, nos encontramos con el nulo interés en traspasar tan siquiera mínimamente el análisis al ámbito de la unión europea.
Recordemos que en la unión europea no estamos hablando ante un país con comunidades autónomas, sino que estamos ante distintos países unidos, de personas que hablan cuatrocientos idiomas y cada uno con sus normativas y esquemas de funcionamiento en general distintos en la mayoría de los ámbitos. Debemos tener en cuenta que cuando tratamos de defender que la “unidad de mercado” en España se rompe, nos encontraremos con la enumeración de diferencias entre distintas comunidades, (que si un madrileño tiene que esperar x días para una cita médica mientras que un catalán tiene que esperar y días); pero cuando estamos hablando de Europa, lo que cuesta es encontrar similitudes entre los países.
Existen varios modelos de sistemas de sanidad, seguridad social, normas laborales, normas sobre competencia, normas políticas, esquemas judiciales distintos, normativas bancarias distintas, normas sobre publicidad que no son idénticas y además territorios con notorio poder sobre otros.
Todo ello al final deviene en que un ciudadano europeo tiene distintos derechos según el país en el que resida, los sueldos son distintos, (con unas diferencias abismales), los precios que pueden poner las empresas, (y por tanto los que pagan los ciudadanos), son distintos, los procedimientos hipotecarios son distintos, las normas de protección al consumidor son distintos, los sistemas de desempleo son distintos.
En general estamos hablando de todo un conjunto de entornos económicos, legales y sociales completamente distintos, unidos por una moneda, y sin un órgano fuerte que sea capaz de decidir pensando en un bien común, sino que priman sobre todo los intereses de determinados países que todos conocemos.
Por tanto, todo aquel que se preocupe por la “unidad de mercado” en España, tendría que estar completamente escandalizado de la situación en la Unión Europea, donde en realidad tenemos una “unidad de mercados” que al final degenera en que un servidor, (español), no juega en el mismo campo, ni con reglas parecidas que las que tiene Hans Alemanen. Y esto que va para mi, va para absolutamente todo el mundo, empezando por los trabajadores, autónomos, pequeñas empresas, pensionistas, grandes empresas, bancos… Unos operamos en un entorno más hostil que nuestros colegas, y otros operan en un entorno más protegido; pero absolutamente nadie opera con las mismas reglas que los agentes comparables de otros determinados países.
En esta discusión de la “unidad de mercado”, como en casi todo, tendremos que tener en cuenta que todo tiene ventajas y todo tiene desventajas, y como en todas estas situaciones tendremos que llegar a un tipo de equilibrio. Desde luego, lo ideal en un país, o en una zona económica es la homogeneidad total, pero sin embargo y dado que siempre existirán características diferenciales, (por razones de cultura, de situación geográfica, de historia, de clima y de tantas y tantas razones), es razonable cierta flexibilidad. (la que se podría encontrar en un sistema federal o bien en un sistema de comunidades autónomas), que si bien puede suponer una desventaja en homogeneización “entre territorios”, supone una homogeneización “al territorio”.
Estas diferenciaciones, por supuesto, tendrán que ser muy discutidas y valoradas, (para que los ciudadanos de las distintas zonas vivan mejor), y en este sentido es muy difícil que nadie crea que estemos en el óptimo, (en España unos prefieren más descentralización y otros más centralización); pero lo que tenemos que tener claro es que si estamos en una unión, las diferencias tienen que ser las menos posibles y desde luego para que sean asumibles, han de ser pequeñas, no significativas, casi anecdóticas y en todo caso que quepan en un discurso político de reivindicaciones.
Pero en medio de la discusión de “diferenciación Sí”, “diferenciación No”, no debemos olvidar que si estamos hablando de una unión la mayoría de los puntos han de ser comunes. Lo que no tiene sentido ninguno es que hablemos de la situación de los trabajadores de Estados Unidos, (aún asumiendo que un trabajador de Texas no está en la misma situación que un trabajador de California), pero que si hablamos de los trabajadores de la Unión Europea, tengamos que preguntarnos ¿de qué país?.