El papel de las personas que se definen como economistas en esta crisis está siendo lamentable. En este sentido reiteradamente ya he explicado que en la mayor parte de las ocasiones tal circunstancia se debe a que en realidad no se opera como personas que tratan de explicar las situaciones y las consecuencias de determinadas decisiones o medidas; sino que se trata de construir un discurso ad hoc a los intereses de los grupos de poder.
Aquí todo el mundo tiene claro que puedes decir lo que te apetezca; pero que si lo que pretendes es obtener difusión y por supuesto vivir de lo que escribes, tienes que tener cuidado con lo que dices y lo ideal es buscar las mejores formas para ofrecer a los que pagan lo que quieren.
Este proceso se ha acelerado últimamente, pero no es desde luego actual; y es el que explica el famoso uso y abuso de la frase “Economía de oferta”. El fundamento teórico de este fenómeno, suele estar de alguna forma vinculado a los postulados de la ley de Say, que nos contaba que toda oferta generaba su demanda. En todo caso, se suele torturar un poco dicha ley, para adecuarlo a las necesidades de los grupos de presión.
En definitiva es sencillo entender que los análisis que ofrezcan unas conclusiones en las que se recomiende apoyar a las empresas, tendrán mucho más predicamento entre las empresas. De esta forma, tenemos la frase “economía de oferta”, que es una forma mucho más bonita de decir esto que lo de apoyar a las empresas.
El problema es que hemos llegado hasta el punto que todo el mundo ha tenido que cerrar los ojos a la demanda, aspecto del que se pasa hasta el punto de que la única referencia al respecto está en que se creará con la oferta. Este efecto se ve desde luego en todas las recomendaciones que nos podemos encontrar.
En este sentido dos son los panfletos, (no se me ocurre otra forma de llamarlos), que he visto estos días que son ejemplos perfectos de toda esta problemática. El primero es el que propone un colectivo de economistas llamado Jorge Juan; la frase que aparece en el artículo de “el economista” no tiene desperdicio:
Según esto curiosamente cuando hay problemas de demanda, hay que desarrollar la oferta; y por supuesto, cuando hay problemas de oferta, hay que desarrollar también la oferta. Evidentemente esto simplifica mucho las recomendaciones, porque son las mismas en todo momento y lugar, cosa curiosa de lo que han convertido unos cuantos la profesión.
Pero es que lo más curioso es que en una situación actual, en la que existe un claro exceso de oferta sobre la demanda, la realidad es que parece que vamos a tener un incremento del desequilibrio. Sobre todo si luego al final resulta que todo el mundo tiende a olvidarse del otro aspecto de la ley de Say. Toda oferta genera su demanda, siempre que se permita bajar los precios. Pero claro. ¡Esto resulta que luego supone perdidas lo cual es una herejía!.
Pero si vamos a por nota, tenemos otro artículo en el mismo medio, en donde un catedrático de Economía Aplicada llamado Amadeo Petitbó, escribe un artículo “Necesitamos Reformas Urgentes”. En principio está claro que necesitamos reformas, pero claro lo que no se habla para nada es el sentido. Por supuesto este insigne catedrático nos cuenta el pack completo de “las reformas necesarias para el crecimiento”; para acabar con un párrafo que es ciertamente curioso:
“El reto ya fue apuntado por Keynes en sus Ensayos de persuasión: "Nuestro problema es construir una organización social que sea lo más eficiente posible sin contrariar nuestra idea de un modo de vida satisfactorio". Es el momento de las políticas de oferta. Se equivocan quienes insisten en fomentar políticas de demanda. Tales políticas ahora no sirven y los arreglistas que las predican olvidan un principio elemental: no nos sacarán de la crisis las políticas que nos han hundido en la miseria.”
Es realmente curioso porque se saca una frase de keynes sacada de cierto contexto, con el agravante de que precisamente keynes fue el gran detractor de la famosa ley de Say sobre la que versan todas las teorías de este señor, para llegar a la conclusión de que se necesitan políticas de oferta. En este sentido me hace especial gracia el hecho de que afirme contundentemente que “no nos sacarán de la crisis las políticas que nos han hundido en la miseria”.
Más que nada porque teniendo claro este punto, debería decir este señor cual es la famosa política de demanda que se ha seguido a lo largo de estos años en España. Más que nada porque en la última década se han reducido los impuestos a las empresas, a las entidades financieras, se ha permitido toda clase de monopolios y por supuesto cuando ha habido que recortar hemos tenido recortes en la parte de la demanda, y desde luego no en el lado de la oferta. En este sentido se reducen pensiones y cotizaciones a la seguridad social, se reduce impuesto de sociedades y se incrementa IVA, se congelan o reducen sueldos y pensiones. ¿Dónde están las famosas políticas de demanda?.
Evidentemente no nos sacarán de la crisis las políticas que nos han hundido; esta es una verdad como un templo, pero en este punto me gustaría recordar el breve post de copiar y pegar que he colgado en el 2009, donde el propio presidente del círculo de economistas nos explicaba en 2002 lo que se estaba haciendo.