Ni siquiera mis habituales críticos, que odian que opine sobre temas de actualidad y que preferirían que me limitase a asuntos técnicos propios de las subastas judiciales, ni siquiera ellos, digo, me podrán negar que el golpe de mano legislativo que pretenden en Andalucía impacta de lleno en mi negocio y que, no solo puedo, sino que debo tener una opinión acerca del mismo.
Cuando cayó el muro de Berlín y los intelectuales tontainas que apoyaban moralmente a la URSS se quedaron colgando de la brocha, nadie podía imaginar que los partidos comunistas europeos iban a conseguir subsistir mimetizándose entre los grupúsculos ecologistas y de izquierdas. Sin ir más lejos, en España el PCE se alió con otros muchos grupos de izquierda formando una coalición en la que los comunistas forman nada menos que el 90% de la misma. Cuando mencionamos a Izquierda Unida nadie piensa en comunistas, paseos de madrugada ni en trenes abarrotados camino del Gulag, imágenes que sí nos vienen a la cabeza cuando hablamos de su reverso, la Falange Española, tan totalitaria como los comunistas pero con mucho peor imagen a pesar de que el Comunismo ha hecho sufrir a la humanidad bastante más que los fascismos, que también se llevan lo suyo, por cierto. Al contrario, los comunistas de Izquierda Unida han conseguido identificarse con magníficas y altisonantes palabras como solidaridad, progreso, respeto por la naturaleza, compasión, etc. Me quito el sombrero.
Sin embargo, a la hora de gobernar enseguida asoman la patita y regresan las imágenes de esos penosos estadistas que hundieron las economías de la República Democrática Alemana, Checoslovaquia, Hungría, Rusia y que todavía mantienen a Cuba y a Corea del Norte al borde de la inanición. A este respecto solo me queda decir que Cuba era, antes de la Revolución Castrista, la primera economía de Sudamérica y que la renta per cápita de Corea del Norte es de mil dólares al año mientras que la de sus vecinos del sur es de treinta mil. Misma zona geográfica, mismos pobladores y distintos sistemas económicos.
El problema, por tanto, de los actuales comunistas no viene de las atrocidades del pasado sino de su incapacidad ideológica para entender la naturaleza de la ciencia económica. Por eso arruinan todo lo que tocan. Pero en España aún hay personas que parecen no darse cuenta de la facilidad con la que esta izquierda radical es capaz de cargarse una economía. Solamente su presencia en el tripartito ha condenado a Cataluña a la triste situación económica que todos podemos apreciar y, consecuentemente, al recorte del estado de bienestar que tanto lamentan.
1- Expropiación de viviendas cuyos expropietarios vayan a ser desahuciados
2- Sanciones de hasta nueve mil euros a empresas que tengan viviendas vacías
Y como siempre, este asalto a la propiedad privada, va aderezado con el cuento del interés general y demás jerigonza humanitarista. Y el caso es que han conseguido, una vez más, darle la vuelta al concepto de "interés general", aplicándolo al interés de las pocas pobres familias afectadas por la medida en vez de a las cientos de miles de familias que se podrían ver afectadas por el empeoramiento de la economía que nos puede traer este ataque a la propiedad privada.
Un ejemplo: Una legislación que facilitase un verdadero desahucio express de los inquilinos morosos podría atraer al mercado de alquiler a millones de viviendas vacías, lo que presionaría los precios a la baja beneficiando a millones de familias. Por el contrario, una legislación aún más restrictiva hacia este tipo de desahucios traería como consecuencia un encarecimiento de los alquileres. ¿Dónde estaría en tal caso el interés general, en los pocos inquilinos morosos o en los millones de familias que pagarían menos por sus alquileres?
La primera consecuencia de esta estupidez andaluza puede ser un desmoronamiento de los precios de adjudicación. A partir de su aplicación ser adjudicatario de los pisos subastados en Andalucía deja de ser un buen negocio y, por tanto, los precios van a bajar. Buena oportunidad de compra a largo plazo para quienes le vean poco recorrido a la medida.
La segunda consecuencia viene de la mano de la bajada de los precios de adjudicación, pues los tristes demandados van obtener menos dinero por sus pisos subastados y van a recibir menos sobrante o van a ver cómo aumenta la deuda que les queda tras la subasta.
La tercera consecuencia es que los fondos buitre que están en estos momentos negociando con los bancos españoles la compra de grandísimos paquetes de miles de viviendas, van a pedir de inmediato que dichos paquetes no incluyan propiedades andaluzas. Zancadilla, por tanto, a las cajas andaluzas y a los bancos españoles, en general.
La cuarta consecuencia es que ahora van a valer menos los paquetes de hipotecas que los bancos han depositado en el BCE como garantía de sus préstamos. Nueva zancadilla a la banca española.
Y finalmente, ¿qué cara se les habrá quedado a los de la SAREB (o banco malo) cuyos socios fueron obligados a serlo por este gobierno intervencionista y cuya estrategia comercial iba a consistir en ir vendiendo las propiedades poco a poco durante quince o veinte años para sacarles el máximo beneficio o, mejor dicho, la menor pérdida? Ahora la Junta de Andalucía les va a sancionar por los pisos vacíos.
Y todo por haber aceptado como consejera de la vivienda en Andalucía a una militante de Izquierda Unida.