Lo cierto es que cuando hace unos días comentaba la situación de aquella mujer atrapada en el infierno judicial no pensé que a mí me iba a ocurrir algo parecido aunque más justificado jurídicamente y de consecuencias no tan catastróficas. Resulta que a finales del año pasado compré un piso de VPO en un juzgado de la provincia de Madrid de cuyo nombre no quiero acordarme. Solo deciros que no es tan penoso como el juzgado nº31 de Madrid pero que no le anda muy lejos.
Tras siete meses para hacer la Tasación de Costas, la misma le fue notificada al deudor a principios del mes de mayo y, antes de que fuera firme y yo me las prometiera tan felices pensando que solo faltaba el copia pega del Decreto de Adjudicación y los Mandamientos de Cancelación de Cargas, resulta que va el gobierno de la nación y nos publica en el BOE la Ley 1/2013 de Protección a los deudores hipotecarios, incluyendo una dichosa disposición transitoria primera con una retroactividad total en los procedimientos en los que todavía no se hubiera entregado la Posesión al adjudicatario, como es mi caso.
De manera que la secretaria tomó inmediatamente la decisión de requerirle a la parte actora para que volviera a hacer los cálculos, esta vez teniendo en cuenta que las costas judiciales no pueden sobrepasar el 5% de la cantidad reclamada. Lo cual nos lleva de nuevo al principio, cuando, tras rematar el adjudicatario la subasta, el banco debe presentar las cuentas de lo que se le debe para poder cobrar. Tremendo retraso por tanto y todo tiene que volver a empezar desde el principio. Está claro que nunca llueve a gusto de todos.
Esto, que ya es dramático de por sí, aún lo es más teniendo en cuenta que Bankia y su letrado tardaron más de dos meses en presentar ese documento tras la subasta y que ahora van por el mismo camino pues el secretario les requirió el 5 de junio y la procuradora aún no tiene noticias de ellos.
Y otra cosa que tampoco entiendo es que la empleada judicial me haya entretenido todo el mes de junio y lo que va de julio con la milonga de que la Tasación de Costas ya era firme y que me llamaría de un momento a otro para entregarme el decreto.
¿Es cosa mía o estamos rodeados de imbéciles?
O quizá solo sea que estamos a mediados de julio y necesito las vacaciones ya.