¿Recordáis aquél artículo que publiqué en junio sobre la incompetencia de los bancos vendiendo sus pisos?
Pues a raíz de dicho artículo contactó conmigo quien dijo ser el responsable de Madrid de Haya, la inmobiliaria que comercializa la cartera inmobiliaria de Bankia. Y como yo había afirmado que éstos de Bankia eran los más incompetentes entre los incompetentes, el tipo se comprometió a hacerme cambiar de opinión.
Fue una dura experiencia que, lejos de modificar mi opinión previa, lo que hizo fue que además de caerme profundamente antipáticos y de considerarles incompetentes al cubo, ahora además, piense que son unos hijoputas.
El mismo me seleccionó un pequeño lote de pisos, todos okupados, mencionando que nadie se había interesado por ellos y que si les ofrecía lo que él me dijera me lo aceptarían con toda seguridad.
El caso es que éstos de Haya tienen un sistema endiablado de comercializar pisos, de forma que no te dan un precio de venta sobre el que tienes que meditar si te interesa o no, sino que lo que hacen es darte un precio orientativo, afirmando que creen que a ese precio un supuesto "comité de sabios" aceptará la propuesta de compra.
Por lo visto le han dado la vuelta a la situación y ya no son ellos quienes quieren vender, sino tú quien te ofreces a comprar.
Ellos te dan el precio y si te parece bien, les haces la oferta de compra.
Y entonces el mencionado "comité fantasma" te la rechaza.
Entonces el poli bueno te vuelve a sugerir otro precio. Si te parece bien, les vuelves a hacer otra oferta con ese precio nuevo.
Y el poli malo te la vuelve a rechazar.
Obviamente, a la tercera que te rechazan les mandas a tomar por culo.
Que es lo que nosotros hicimos con ese supuesto gestor de Madrid.
¿Y qué conclusiones saqué de la experiencia?
Pues la primera es que me encantaría conocer al gerente que ha parido semejante engendro de estrategia comercial. Tengo mucha curiosidad por verle el careto porque hace tiempo que desarrollé la teoría de que estos tipejos que negocian como gitanos en un mercado fenicio suelen compartir varios rasgos físicos comunes. Los que yo llamo "rasgos viles" que no voy a enumerar para que nadie se sienta ofendido, pero que en estas personas se dan con mucha frecuencia.
Estamos hablando de alguien de mucho nivel porque no creo que el desarrollo de la estrategia de comercializar cientos de miles de propiedades inmobiliarias haya recaído en un simple conserje.
Ignoro si esta estrategia de mercado persa les estará dando resultados con los ciudadanos de a pie que solo compran un piso, pero lo cierto es que entre el sector inmobiliario nadie tiene en este momento peor imagen que Bankia. Nadie.
O sea, que el gestor estrella se ha cargado el branding de marca por muchos años.
Hace algunas semanas un amigo que compra muchas viviendas a los bancos me dijo que lo que les pasa a los de Bankia es que cuando quien les compra es un inversor, enseguida piensan que como les compra para luego vender, ahí se están dejando una parte de su margen de beneficios y que por eso te suben el precio, pera reducir tu margen ensanchando el suyo.
Su conclusión era que es mejor comprarles los pisos de uno en uno para que no te tomen por inversor.
Manda huevos la cosa.
Cuando en Bankia se den cuenta de que se han cargado su imagen de marca no van a tener donde esconderse.
Porque lo cierto es que todas inmobiliarias echan pestes del trato con Bankia o Haya.
Por eso, cuando hace dos semanas nos llamó uno de los agentes inmobiliarios favoritos de Madrid ofreciendo dos pisos de Bankia, lo primero fue decirle que cómo es que trabajaba con esa gentuza...
- Que va, no trabajo con ellos.
- ¿Entonces?.
- Me han jurado que el precio es intocable y que si les encuentro un cliente que se lleve ambos pisos, no van a jugar con él como suelen hacer.
- ¿Y tú les has creído? Ya sabes como son.
- Ni loco pongo la mano en el fuego por éstos, pero por probar no se pierde nada.
- Vale, me quedo los dos pisos, pero que sepas y que sepan que no voy a subir la oferta ni un euro. O mantienen el precio o que les den.
- Se han comprometido a no regatearnos hacia arriba y conmigo se la juegan porque saben de sobra que corté con ellos hace años por estas mierdas y que si me dejan mal con un cliente conmigo lo tendrán todo perdido para siempre.
Hay que ser pragmático. Los de Bankia o Haya me caen como el culo, pero si me hacen una buena oferta no pierdo nada por estudiarla y aceptarla si merece la pena.
Así que aceptamos su oferta,
Y como era de prever, la cabrá tiró al monte una vez más.
- Que no la aceptan. Por el piso que pedían cuarenta y tres mil euros ahora quieren cuarenta y ocho mil y por el otro, por el que pedían cincuenta y dos mil euros ahora quieren sesenta y tres mil.
- Pues ya sabes lo que hay. Lo alucinante es que hayamos sido tan primos de creer que esta vez iba a ser diferente. Pero dime una cosa, si yo te diera a la venta un piso a cien mil euros y cuando tú me consiguieras un cliente firme yo te dijera que me lo he pensado y que ahora pido diez mil euros más, ¿qué me dirías en tal caso?
- Sí, tienes razón.
- Te lo digo para que sepas que si haces negocio con esta gentuza no vas a poder evitar que su mala praxis te ensucie a ti también.
Y es que, queridos lectores, no hay nada como el sonido del dinero para hacer que Tristán vuelva a tropezar por segunda o tercera vez en la misma piedra.
Será gilipollas.
Y poco más. Solo recordaros que estoy aquí, con las orejas bien abiertas para escuchar todas vuestras propuestas de negocio, siempre que recordéis que soy un especulador, un oportunista que ni compra al por menor ni al mismo precio que doña María, pero que si la oferta incluye buenos precios, tenéis la venta asegurada.
Y lo mejor, que no tardo ni 24 horas en dar una respuesta.
Y ahora, vuestra opinión sobre Bankia.