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El Annual (número especial) de 1987 de La Liga de la Justicia fue el primero con los nuevos miembros tras la notable la renovación del grupo posterior al 261 (de abril de aquel año). En España, se publicó por Ed. Zinco como Especial de Verano de 1988, Extraordinariamente llevado por los guionistas Figgen y DeMatteis, el número narra cómo un virus inteligente se contagia de persona a persona, tomando conciencia propia y dominando a la humanidad. Cuando todo parecía perdido, el Detective Marciano (que curiosamente en inglés es "Martian Manhunter" o "El Cazador de Hombres marciano") consigue que el virus se concrete en un sólo individuo y se sacrifica, absorviendo el virus dentro de su sistema celular que no puede verse afectado, puesto que es alienígena. 

Tras la heroicidad, Guy Gardner, el controvertido Green Lantern, le pide al Detective Marciano que no se le acerque porque podría ser contagioso. El Marciano le responde que no hay peligro y Guy señala que "no podemos saberlo seguro". Entonces, el detective marciano sentencia: Nada en esta vida es "seguro" Guy... Hacemos lo que creemos que es correcto y pagamos el precio.

 

 

 

 

Esta afirmación muestra la conciencia del Detective Marciano respecto a la aleatoriedad, y al imposible control de la misma. Conciencia que en general no tienen los seres humanos, como demuestra el sesgo de la ilusión de control. 

Cuando vamos de copilotos en un coche y pisamos con fuerza el "freno imaginario", cuando hay turbulencias en el avión y nos sujetamos con fuerza a los reposabrazos del asiento o cuando jugando a cualquier juego que necesite dados los lanzamos con más fuerza para conseguir un número más alto, estamos sufriendo este sesgo.

Así, la ilusión de control consiste en la creencia de que podemos infuir en fenómenos aleatorios cuando, de hecho, no podemos. 

 

 

Allan, Jenkins y Ward, entre otros, realizaron diferentes estudios entre los 60 y los 80 demostrando esta ilusión, El experimento más conocido consistía en uno en el que al sujeto se le presentaba un botón y una luz que se encendía y apagaba. Se pedía al sujeto que realizara acciones con el botón y después evaluase qué grado de influencia tenía sobre la luz. Se le advertía de que podría no existir relación entre las acciones que hiciera y las luces (y de hecho, no la había). Sin embargo, los sujetos aseguraban tener cierto grado de control.

Aunque un caso más divertido es, sin duda, el de los semáforos de Manhattan. En un artículo del New York Times (confrimado por un estudio de la BBC), se señalaba que el botón de "espere verde" para los peatones no funciona. Sólo se enciende la luz como si el semáforo hubiese recibido la petición. Pero el tiempo de espera es similar se pulse o no. Sin embargo, la sensación de control hace menos larga la espera. 

En mercados financiero, esta ilusión se traduce en distintos errores. El principal es el de asumir un nivel de riesgo superior al adecuado, de acuerdo a nuestro perfil. Al sentirnos al mando de los timones sobre las tormentas del mercado, confiandos en nuestro análisis y nuestra información superior (que, salvo algo ilegal, es similar a la de todos los demás, ni más ni menos), pensamos que controlamos por encima de la media, lo que nos permite asumir un poquito más de riesgo.

Esto suele llevar a sobre operar y a mantener carteras poco o mal diversificadas. Empezando por lo segundo, se suelen infravalorar los efectos de la diversificación, puesto que tan sólo funciona en el muy largo plazo. Además, en momentos de pánico, al aumentar las correlaciones entre activos, tampoco hace muy buen trabajo. Pero esto no significa que debamos ignorar todas las matemáticas que juegan a nuestro favor en las inversiones.

La razón para no diversificar puede estar en nuestro "estilo" de inversión (por ejemplo, muchos "value" o algunos "Global Macro"). Pero para el inversor medio, la razón para no diversificar y mantener posiciones concentradas es debido a que las compañías en las que invierten, por ser conocidas, se sienten más controlables. Y por eso se invierte sólo en un país (que suele coincidir con el de nuestra residencia). O sólo en un activo.

Warren Buffet señala que hay que mantener carteras concentradas, puesto que un ser humano tiene pocas "grandes ideas" en su vida, y debe apostar todo por ellas: diversificar para él aumenta el riesgo de tomar malas decisiones y reduce los beneficios de las buenas ideas. Ya sabéis de sobre mi opinión sobre la diversificación. Yo soy más negativo que Warren Buffet, y creo que la mayoría no tenemos una sóla "gran idea" en toda nuestra vida. Diversificar es, por lo tanto, lo único que puede salvarnos de la ruina.

 

En cuanto a sobre operar , está demostado que los inversores (especialmente los que operan online) creen poseer un mayor control del resultado de sus operaciones del que en realidad se tiene. Un exceso de operaciones suele terminar siempre en una menor rentabilidad. Yo no sé si en mercados financieros es cierto aquello de menos es más. Pero lo que sí tengo claro es que más es menos.

 

Y, finalmente, la ilusión de control es una causa del terrible sesgo de "exceso de confianza", que ya hemos explicado aquí, aquí o aquí. Todo lo que pueda causar un exceso de confianza, en los mercados financieros (y , oye, generalmente también en la vida) es un riesgo que antes o después acabará con nuestra cuenta.

 

Tomás García-Purriños, CAIA

@tomasgarcia_p

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Las opiniones, consejos, ideas, etc que leas en este blog, son sólo opiniones. En concreto las opiniones personales de Javier y de Tomás, no las de ninguna entidad.

Ningún post de este blog tiene en cuenta tus circunstancias personales y nada en este blog puede ni debe considerarse como asesoramiento de ningún tipo.Tampoco deberías considerarlo como una oferta o invitación de compra o de venta de ningún instrumento financiero. Invertir en los mercados no es un juego. Cada día se gana y se pierde mucho dinero y son tantos los factores que pueden influir las valoraciones que es imposible predecir sus movimientos con seguridad.

Podríamos tener exposición ya sea personal o a través de alguno de los productos que gestionamos en las entidades para las que trabajamos, en alguno de los activos que comentamos en el blog.

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  1. en respuesta a Javi01
    -
    #2
    28/03/16 20:54

    Exacto Javi01, de acuerdo en ambas cosas. Por desgracia lo habitual es afrontar los fenómenos aleatorios como si se pudieran controlar o como si fueran nuestro enemigo. ¡Tenemos cierta fobia a las mates!
    Saludos.

  2. Top 100
    #1
    28/03/16 19:55

    Habida cuenta de que la ALEATORIEDAD es uno de los elementos esenciales del Mercado (que lo definen y lo influencian), siempre se agradece cualquier intervención que haga referencia sobre ella.

    Dos cuestiones a comentar:
    - Aparte de lo que tú dices sobre la aleatoriedad, también se suele pensar (cuando se es consciente de ella) que ante la aleatoriedad estamos completamente indefensos, que no podemos hacer nada contra ella (por eso suele ignorarse por la mayoría de la gente, por considerarsela como "compañera incómoda"). Sin embargo es totalmente al contrario !!!, es precisamente gracias a la ALEATORIEDAD que podemos utilizar muchos y potentes recursos científico - matemáticos (como la Teoría de la Probabilidad) para actuar eficientemente en el Mercado.
    - Desde mi punto de vista siempre hay que DIVERSIFICAR todo lo posible. Concentrar nuestra cartera en escasos activos, y mucho menos aún en UN SÓLO activo, me parece un disparate,... lo diga Buffet, o quien sea. Saludos


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