El otro día, paseando por la sección de economía de la librería de unos importantes almacenes me llevé la desagradable sorpresa de no encontrar en las estanterías ni un sólo libro de mercados financieros que valiera la pena. Es más, todos los que había eran más nocivos que explicativos. Desinforman más de lo que informan. Desenseñan. Hacen daño.
Cumplían al pie de la letra las 5 reglas no científicas que señalaba en este post sobre cómo elegir un mal libro de mercados financieros.
Llenos de teorías fáciles y mal explicadas, que está demostrado que no funcionan, escritas por gente que, entre toda, no suma un año de experiencia en los mercados financieros.
Una vergüenza.
Con gente en la portada de pie, frente a cientos de pantallas con más gráficos de los que la mente puede entender, con más toros que en San Isidro, dando sensación de dinamismo, de gente con las manos levantadas, con sensación de rapidez, de vértigo... Como si tomasen decisiones precipitadas: no sé a quién le puede dar confianza gente que trabaja así.
Cuántas veces habrá que repetir que la inversión en mercados financieros (incluido el trading), cuando se hace bien, es lenta y "aburrida".
En fin, y con más capítulos de psicología que de teoría sobre mercados financieros. Es más, después de hojear por pura curiosidad varios de ellos decidí pasearme por la sección de psicología a ver si encontraba algo decente sobre bolsa allí.
La cantidad de blogs, cuentas de twitter y libros llenos de estupideces sobre la importancia de la psicología en el trading es desesperante. "Paulos Coelhos" de los mercados, que aseguran que si lo sueñas de verdad, las estrellas conjuran para que se forme un hombro cabeza hombro y tú compres justo en la ruptura del neckline. Anda ya.
Todos hablan de lo fácil que es hacer un sueldo haciendo trading, que ellos lo consiguen fácilmente desde que tenían 8 años, y que si tú no lo consigues es porque te estás autoboicoteando y que necesitas un psicólogo...
Por supuesto que la psicología es importante, pero no la de telepredicador de tres al cuarto que ellos venden, sino la bien documentada, basada en los principios de la Behavioral Finance.
Al final, esta es una de las principales razones por las que me da cada vez más reparo escribir cosas sobre psicología o de behavioral finance en el blog: estoy realmente desanimado con el tema. He llegado al punto de que hasta releyendo algunos posts míos antiguos me doy hasta un poco de vergüenza ... He pensado hasta en borrarlos.
Pero no lo voy a hacer no porque mis artículos no sean como los de ellos (que no lo son) sino por algo aún más importante: porque los de ellos no son como los míos.
Por suerte hay muchos otros que escriben sobre psicología bien y con cabeza, con teorías documentadas y útiles. Todos ellos coinciden en subrayar que la psicología es consecuencia, no causa. No se hace primero la psicología y luego el gestor, sino al revés. Primero se hace el gestor, con teoría, con ideas, con conocimientos. Y después aplica o no la psicología.
¿Crees que a Soros o a Buffet les preocupa demasiado el psicotrading? La mente marca el éxito, pero no lo crea.
No, no lo crea.
El éxito no tenga ni idea de cómo viene. Para empezar no tengo ni idea ni de cómo definirlo. Supongo que depende de la sociedad, o de uno mismo, o yo qué sé.
Si te vale mi definición de éxito, que tiene poco que ver con yates y mucho que ver con hacer lo que quieres, te diré desde mi experiencia que se consigue con sacrificio. Con horas de trabajo, con esfuerzo. Dejándote los ojos, escuchando a los demás, no dando nada por hecho, esforzándote y disfrutando del camino, rogando porque sea largo.
Un poco de talento y un mucho de esfuerzo, como me recordaba un amigo empresario.
¿Qué estrellas conjuraban para que se cumplieran mis sueños? Supongo que las de las madrugadas que he pasado estudiando, perdiendo horas de esos sueños.
¿Psicología? Anda ya. Trabajo, amigo, trabajo y esfuerzo.
La psicología, después. Cuando tengas clara la teoría, cuando sepas cómo funciona. Cuando entiendas por qué cometes los errores. Cuando tengas un proceso de inversión.
Todo lo demás, unicornios.
Por eso en este sector hay que ir con tanto cuidado de no pagar cursos milagro y de no comprar libros milagro, más que en otros sectores. Cursos y libros que te venden la independencia financiera a unos pipos de distancia...
Así que, en fin, finalmente me llevé un libro de Cuarto Milenio. Ya que voy a leer cosas de esoterismo, que por lo menos sea de profesionales.