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Timing repetitivo: El bosque no te deja ver los árboles

En la vida ocurre en muchas ocasiones que lo que tenemos delante de nuestras narices nos impide apreciar que forma parte de algo más inmenso, de ahí que se diga que “los árboles no te dejan ver el bosque”. En cambio, en las cotizaciones, el propio gráfico nos impide ver cosas muy sencillas de su estructura, de ahí que haya puesto que “el bosque no te deja ver los árboles”.

Lo que explico hoy es tan sencillo que cualquiera lo puede verificar y ensayar para averiguar dónde se crearán muy probablemente máximos y mínimos, aunque no sean relevantes. Por sencillo que parezca (como lo son todos los aspectos de los fractales llamados cotizaciones) no se ve a simple vista y puede parecer un poco insólito.

El timing repetitivo es totalmente desconocido, si bien, los grandes ordenadores programados buscan constantemente correlaciones y autocorrelaciones, a la vez que emplean diversas técnica matemáticas, estando dotados con sistemas que autoaprenden; con ello, consiguen encuentrar estas repeticiones y siendo capaces de anticiparse a los lugares donde se formarán máximos y mínimos. Las repeticiones ocurren tanto desde las altas frecuencias a las bajas frecuencias. 

¿Por qué las cotizaciones suben y bajan como si un ruido las obligara? ¿Por qué antes de que tú sepas que te van a limpiar tus pocas ganancias te las barre el mercado? ¿Cómo se anticipan a saber dónde se forman mínimos y máximos? ¿Y esto es fractal?

Los motivos por los que una cotización sube y baja son muchos, pero una vez produce máximos y mínimos ya aparecen estructuras que hacen que se tenga una evolución aproximadamente fractal que determina dónde se van a producir nuevos máximos y mínimos. Ocurre que conforme nuevos máximos y mínimos aparecen se forman nuevas estructuras y de ellas nacen nuevos máximos y mínimos, y así sucesivamente. Pero que ocurran constantemente diversas auto-repeticiones no significa que no podamos anticiparnos a los lugares donde van a ocurrir mínimos o máximos con cierta antelación. Muchos algoritmos de creadores de mercado, de bancos de inversión y de gestores de grandes cuentas juegan a este juego que explico aquí. Lo hacen por procedimientos matemáticos, buscando encontrar qué frecuencias predominan en las cercanías al presente de una cotización, sin molestarse en intentar averiguar cómo se generan. Y sí, esa formación de máximos y mínimos es fractal. 

Voy a explicar esas frecuencias, esas repeticiones de timing y dónde y cómo hallarlas. Fue mi amigo David Navarro Martínez quien en 2008 o 2009, tras explicarle cómo encontrar objetivos de timing, averiguó que la distancia en tiempo entre un máximo importante y un mínimo importante, o la distancia en tiempo de dos máximos importantes o de dos mínimos importantes servían todas ellas para calcular timing con sus repeticiones. Observó que solía producirse un máximo o un mínimo de relativa importancia en la cuarta repetición y en la sexta de esas distancias. La repetición constante de diversas frecuencias de tiempo es un poco más compleja, pero sencilla de encontrar y también depende de distancias en tiempo entre máximos y mínimos.

El timing repetitivo, como parte de la fractalidad en las cotizaciones, no tiene precisión absoluta, sino que contiene un poco de borrosidad, aunque muy poca. Ante un mínimo relevante o un máximo relevante existen varias distancias que proporcionan timing repetitivo, y conforme hay nuevos máximos y mínimos relativos, estos producen otras distancias con su timing repetitivo efectivo por un lapso de tiempo menor a las repeticiones de timing nacidas de máximos o mínimos más relevantes. Así que tenemos distancias que se repiten creadas en cada escalamiento en el que observemos y con diversas persistencias según la importancia del lugar donde nacieron.

Lo idóneo es observar el timing repetitivo con vídeos. 


Timing repetitivo tras un máximo relevante


La distancia en tiempo (o sea el número de barras o velas) desde un máximo a un mínimo posterior se repite muchas veces trasladándola a cada mínimo y máximo posterior al máximo que nos sirvió para tomar la distancia. El final de cada repetición es otro máximo u otro mínimo con muy pequeño margen de variación en tiempo en su producción. Evidentemente, no todos los traslados a cada mínimo o máximo tienen como resultado un máximo o un mínimo, pero no solo existe esa primera distancia, y entre unas y otras sí que se van construyendo los futuros máximos y mínimos. 

Veamos un primer vídeo en el que aparece una franja vertical rosa desde el principal máximo a un mínimo posterior. El ancho de esta franja al trasladarla a diversos máximos y mínimos vemos que termina en un máximo o un mínimo. En esto consiste el timing repetitivo.




El timing repetitivo es parte de la fractalidad de las cotizaciones. Por ello, cuando en la cotización se llega a otro mínimo relativo más profundo que el que habíamos tomado para la primera medición, medimos desde el mismo máximo inicial al nuevo mínimo la distancia en tiempo. Esta nueva distancia tiene repeticiones como la anterior y se obtienen del mismo modo. Es lo que vemos en el siguiente vídeo con una franja vertical azul. El ancho de tal franja es el timing que se va a repetir.




Si nuevamente aparece otro mínimo, se sigue el mismo proceso, y así sucesivamente.


Timing repetitivo tras un mínimo relevante


La distancia en tiempo (o sea el número de barras o velas) desde un mínimo a un mínimo anterior se repite muchas veces trasladándola a cada mínimo y máximo posterior al mínimo que nos sirvió para tomar el inicio de la distancia. El final de cada repetición es otro máximo u otro mínimo con muy pequeño margen de variación en tiempo en su producción, o sea, con una borrosidad muy pequeña. Como en el anterior tipo de timing repetitivo no todos los traslados a cada mínimo o máximo tienen como resultado un máximo o un mínimo, pero no solo existe esa primera distancia, y entre unas y otras sí que se van construyendo los futuros máximos y mínimos.

Veamos un vídeo en el que aparece una franja vertical rosa desde el principal mínimo a un mínimo anterior. El ancho de esta franja al trasladarla a diversos máximos y mínimos vemos que termina en un máximo o un mínimo. En esto consiste el timing repetitivo.




Cuando en la cotización ha habido otro mínimo relativo relevante y anterior al que habíamos tomado como inicio de la primera medición, medimos desde este mínimo al mínimo que fue el final de la primera medición. Esta nueva distancia tiene repeticiones como la anterior y se obtienen del mismo modo. En el siguiente vídeo vemos lo comentado con una franja vertical azul. El ancho de tal franja es el timing que se va a repetir.




Si existiera otro máximo anterior y más alto, se sigue el mismo proceso, y así sucesivamente.
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