A todos los que hemos vivido en pisos compartidos no nos va a costar mucho entender por qué la corrupción política, empresarial o de cualquier otro tipo termina cargándose toda organización. Porque una organización la forman personas que se unen para ser más fuertes que por separado, pero la mente humana cambia el chip tan pronto como ve que alguno de sus miembros no cumple con el pacto.
El principal problema de un piso compartido suele ser la limpieza. Normalmente cuando se entra a un nuevo piso todo son buenas intenciones, se definen las tareas, se hace un cuadro con los días que toca limpiar a cada uno….pero todo eso se viene abajo tan pronto como alguno de los compañeros se relaja y deja de cumplir con sus responsabilidades. Tan pronto como los demás advierten que el pacto está roto, y que están limpiando sistemáticamente la basura de todos sin que alguno de ellos limpie la suya cuando toca, llegan los problemas. Empieza el dilema de querer tener una casa limpia pero no querer limpiársela a alguien que no pone de su parte, y al final termina ganando la segunda opción, porque a nadie le apetece que se aprovechen y rían de ti. Hay que sentirse muy responsable para soportar eso, y sólo se me ocurren casos como el de los padres con los hijos, o también viceversa, el de los hijos con los padres.
Lo más curioso de este problema es que, salvo raras excepciones, tan sólo vale con que una persona de todo el grupo deje de cumplir con sus obligaciones para que todos los demás se desentiendan. Es tan fuerte la fuerza del mal que una sola persona que lo practique es capaz de arrastrar a todas las demás que lo quieren hacer bien. Primero llegan las advertencias, y si no se corrige de alguna forma (difícil que recapacite, normalmente la única solución es contratar limpieza externa) ni tampoco es posible echar a esa persona de la casa para cortar el problema de raíz, la vivienda se convierte en una ciudad sin ley. O en una ciudad con ley pero sin ninguna consecuencia para las personas que no la respetan. Y eso es muy preocupante, porque llega la dejadez y desinterés por el bien común, se acepta la situación y cada uno empieza a hacer su vida por separado sin preocuparse nunca más por solucionarlo.
La corrupción es igual. Tan sólo basta con que uno haga las cosas mal para que todos los demás en la organización crean que son los únicos tontos que trabajan mientras los demás se aprovechan. Y empiezan todos a hacer lo mismo. Si no se señala, acusa o denuncia a esa persona antes de que los demás adopten esa misma actitud, la corrupción dentro de la organización corre el riesgo de enquistarse y ser aceptada como algo habitual. Todos son conscientes de que no se están haciendo las cosas bien, pero la dejadez consigue doblegar a la conciencia y se termina aceptando la situación. Y sólo una profunda enemistad o malentendido interno consigue muchas veces dinamitarlo y echar todo por los aires para poder empezar de nuevo.
Algo así es lo que parece que ha pasado en el partido que ha estado en el gobierno de España durante muchos años, pero también sucede en las empresas donde el máximo responsable antepone de forma flagrante sus intereses particulares a los de la empresa. Como si fuera una cascada, el resto de empleados en contacto con él van adoptando las mismas actitudes no por convencimiento, si no por no ser el tonto que piense en el grupo y en la empresa cuando otro de los miembros sólo piensa en él, sobre todo si éste gana más o tiene más responsabilidad que tú. Antes de que se puedan dar cuenta, esa actitud ha calado hasta las últimas capas de la empresa, convirtiendo a buenos empleados en los habituales de “yo no trabajo ni un minuto más para la empresa, si no que me paguen por ello” o “a mi que me digan lo que tengo que hacer, o si no que me paguen el sueldo de mi jefe”. Muchas veces acusamos a los empleados rasos de esa actitud, pero en muchas ocasiones los culpables están más arriba.
Para quien quiera seguir buscando motivos de por qué España está tan mal en relación a otros países de nuestro entorno, y tan bien en relación a otros, no tiene más que mirar el mapa de la corrupción mundial que he adjuntado en la cabecera de este artículo y observará la alta correlación existente con el ranking de los países que mejor y peor funcionan. Explica por qué, en líneas generales, Centroamérica, Sudamérica, África y Asia están tan mal si se compara con Europa, Norteamérica y Oceanía, y por qué en Europa los países del sur están mucho peor que los países del norte. Después volvemos a señalar a los bajos salarios, altos impuestos,…etc como causantes de todos nuestros males (que también), pero de esta relación tan evidente se pasa de puntillas. ¿Por qué a la vista de una relación tan evidente no se toman medidas serias y urgentes para castigar más severamente la corrupción? Aunque la mejor medida sería que la ética calara en las personas y rápidamente señalaran y denostaran a los corruptos, hasta conseguir que la corrupción sea una actitud reprochable socialmente, porque en la actualidad al corrupto que se aprovecha de los demás sin que le pillen se le admira.
No soy ningún investigador en la materia ni tengo acceso a información privilegiada, sólo una persona normal que lee las noticias a las que todo el mundo puede tener acceso a través de internet, y he sido capaz de trazar esta evidente relación. ¿Por qué aquellas personas a las que se les paga por ello no lo hacen? Y si en algún momento se han dado cuenta de esta relación, ¿por qué sus medidas para mejorar la situación del país nunca apuntan a atajar la corrupción y si a diversos experimentos de los que no hay ninguna relación o indicio de que lleven a mejorar nada? Por ejemplo, se me ocurre la semana laboral de 4 días, experimento del que ya hay pruebas de que no sirve para nada y en el que se va a invertir (dilapidar) dinero público. ¿No será mejor actuar sobre una evidencia tan clara que hasta alguien como yo he sabido señalar? Pero esto no es exclusivo de ese bando, porque si se mira por cualquier otro lado del panorama político aparecen muchos salvadores de la patria con sus alternativas y recetas liberales a las medidas inútiles de la izquierda. Yo creo en esas recetas liberales para la economía, pero vuelvo a lo mismo, no deja de ser gracioso que aquellos que se han encargado de corromper la administración y el país una y otra vez con sus corruptelas presenten las medidas liberales como la solución mágica que va a llevar a España a la élite económica mundial. ¿No será mucho más sencillo que empiecen por mirar el mapa del ranking de corrupción mundial de esta noticia y después que se miren a ellos mismos para sacudir toda la basura que tienen dentro? Las medidas liberales pienso que funcionan a largo plazo, pero de lo que no tengo ninguna duda es de que atajar la corrupción enquistada en España es la mejor medida y la que mejores resultados va a dar a largo plazo.
La duda que siempre me queda es si todos estos integrantes de partidos políticos, de un bando y de otro, actúan así porque son imbéciles y no les da para más, o actúan así porque son malos y les conviene que esto jamás mejore. Quizá el gran Lemmy Kilmister sea quien tenga la mejor explicación para todo esto.
PD: Believe in Rock´n Roll, that is the only religion that never let you down!
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