En el fondo, lo que ha pasado hasta ahora ya lo sabemos: la vivienda no ha dejado de subir en los últimos 10 años, como consecuencia de la falta de oferta, del aumento de la demanda, y de unos tipos de interés bajos, en un contexto de bonanza económica y de creación de empleo.
La pregunta es qué va a pasar a partir de ahora, especialmente tras la victoria de Trump que ha vuelto a avivar los fantasmas de la recesión en Europa: posible establecimiento de aranceles por la guerra comercial con China, abandono a Ucrania que queda en manos de la ayuda exclusiva de Europa, etc. ¿Se va a destruir empleo en España? Esa es la gran incógnita, porque la destrucción de empleo es condición indispensable para que haya un cambio de ciclo en el precio de la vivienda.