3.- Las falsas expectativasA veces, a la hora de invertir en un determinado fondo, nos dejamos arrastrar por sus rentabilidades recientes, embaucados por track records que, en la mayor parte de los casos, no son sostenibles en el tiempo. Como consecuencia de esas expectativas no realistas, se genera una situación de frustración ante resultados que, incluso no siendo malos, pueden situarse lejos de lo esperado. La mayor parte de las veces en que un inversor se encuentra en esa circunstancia, las decisiones que acaba tomando no son las más convenientes para su cartera. Contamos con un ejemplo que se utiliza muy a menudo para ilustrar este comportamiento. Seguramente es conocido por casi todos los asiduos de este foro pero, aún siendo conocido y sabiendo que debemos intentar evitarlo, este patrón de comportamiento sigue repitiéndose año tras año, resultando fácil comprobar como los fondos "de moda" en los foros o revistas especializadas suelen ser los más rentables del último año o, lo que es lo mismo, casi nadie habla de los que no destacan en rentabilidad. A lo que íbamos, el ejemplo...¿Es posible perder dinero habiendo acertado con el mejor fondo?Peter Lynch se convirtió en gestor del Magellan Fund en el año 1977. En ese momento el fondo gestionaba 20 millones de dólares en activos. A lo largo de los 13 años siguientes, mientras la bolsa obtenía un gran rendimiento, un 15,5% anual, el equipo gestor del Magellan era capaz de aportar un elevado alfa, con rentabilidades de casi el doble (un espectacular 29,1%). Está dinámica ganadora provocó que el patrimonio gestionado por el fondo pasase de 20 millones en 1977, a 13.000 millones en el año 1990.Si Peter Lynch hubiera contado con un inversor fiel que apostase por su trabajo desde el momento inicial y que hubiese mantenido la posición hasta su retirada, ese inversor hubiese multiplicado su capital por más de 27 veces en tan sólo 13 años, mientras que otro que hubiese elegido el (aún desconocido) Vanguard 500 Index Fund, creado dos años antes por John G. Bogle, hubiera multiplicado su capital por menos de 7. Este dato, además de anticiparnos el tremendo impacto que la capitalización compuesta puede provocar en el ahorro a largo plazo y mostrarnos el elevado alfa que fue capaz de aportar el equipo gestor del fondo, hace que resulte más sorprendente el hecho de que la media de los partícipes del fondo obtuvieran pérdidas durante ese período. Estos partícipes acostumbraban a suscribir sus participaciones del fondo en el momento en que las rentabilidades pasadas habían sido especialmente elevadas pero, debido a que el producto de inversión era muy volátil, cuando las caídas eran pronunciadas, el inversor medio decidía salirse por el temor a mayores caídas. De nada servía en ese momento de pánico el track récord del gestor, todo eran dudas con respecto a su capacidad (algo que, en la actualidad, están viviendo en sus carnes reconocidos gestores patrios). En definitiva, uno de los mejores productos de inversión de la historia, sino el mejor, con una gestión excelente, acabó ocasionando pérdidas a una parte importante de sus partícipes.¿Cómo evitar esas situaciones?Convendrá no correr detrás de rentabilidades pasadas llamativas, ni de los fondos ganadores del año o el sector de moda, convendrá tener en cuenta la presumible llegada del momento en que la rentabilidad de un determinado producto revierta a la media, aunque a veces pueda no ocurrir con esos fondos ganadores que, tal como se dice en mi tierra, haberlos hailos. Para ello, debemos ser conscientes del potencial de rentabilidad a largo plazo que podemos esperar de los productos en que invirtamos, para así no aspirar a rentabilidades inalcanzables.