El 5 de junio se celebra cada año el Día Mundial del Medio Ambiente. Aprovechando la circunstancia, publico un artículo de contenido un tanto particular, para mostrar los beneficios que puede tener el conocimiendo y disfrute de un medio ambiente sano para quien desarrolla una actividad como la mía, y para todos en general. La inmersión en la naturaleza pide que se vaya conociendo mejor; el conocimiento lleva al amor por ella; y esto a querer protegerla y conservarla. Es un proceso natural, que va por sí sólo.
En contra de lo que muchos puedan pensar, el ejercicio de la profesión de abogado es muy estresante: se asumen responsabilidades muy pesadas en la defensa y asesoramiento de los clientes, en cuanto que afectan a sus derechos fundamentales, a su salud y bienestar, a su vida familiar, relaciones personales, trabajo, patrimonio, etc. Hay que tomar decisiones complicadas, muchas veces sin poder contar con antecedentes de referencia. Son necesarias muchas horas de estudio tedioso para mantenerse al día en la legislación y jurisprudencia, en las tendencias de los sectores en que cada uno se haya especializado o en que quiera trabajar. Asume importantes riesgos en materias como protección de datos personales, gestión de documentos, fiscalidad, etc. La competencia es feroz. Las negociaciones y/o pleitos con las partes contrarias pueden ser muy duros. Los plazos son inexorables, imponen horarios y jornadas de trabajo que pueden ser interminables. Es un campo especialmente abonado a la auto-explotación.
Quizás la mejor terapia que existe para descargar el estrés acumulado (o la angustia, la depresión, simplemente el aburrimiento) es el conocimiento y disfrute de la naturaleza.
En cuanto a mi experiencia personal, empezó al final de los estudios de Derecho, cuando empecé a hacer excursiones con el grupo de montaña que había creado la Universidad de Oviedo. El ejercicio en la naturaleza resultó una forma excelente de despejar la mente tras los estudios, además de facilitar hacer nuevas amistades en un ambiente saludable.
Ese primer contacto con la naturaleza llevó a nuevas inquietudes: conocer la geografía del entorno más próximo, que luego se fue ensanchando. Desde las montañas y bosques de Asturias, a los de España, para luego empezar a hacer viajes a cordilleras de todo el mundo; a bosques y selvas, a desiertos, parques naturales con paisajes espectaculares.
Una cosa llevó a otra. El descubrimiento de diferentes paisajes llevó a la curiosidad de conocer los seres vivos que lo habitan, fauna y flora. Al principio llama la atención lo más grande: los mamíferos (como esta osa parda, que me sorprendió en una caminata en la isla de Hokkaido, Japón, vigilando para que no nos acercásemos y molestásemos a sus crías). Pero no hace falta irse lejos: a la puerta de casa también se pueden ver animales, como este corzo, visto desde una ventada de casa. Poco a poco se va descubriendo que otros animales más pequeños son más abundantes y más variados en formas y colores; por ejemplo, este insecto palo, encontrado en el jardín de casa al asear un árbol.
El mundo de los pájaros, la ornitología, es un campo especialmente apasionante. Tanto es así que proliferan los organismos y asociaciones que se dedican a su estudio, a caballo entre la investigación científica y el conservacionismo: el conocimiento científico lleva necesariamente a querer proteger el objeto de estudio, sobre todo cuando es tan importante para el equilibrio del ecosistema planetario en que vivimos; el turismo ornitológico ha experimentado un auge muy importante, ayudando a dar trabajo a muchas personas por todo el mundo, tras especializarse para hacer labores de guía, así como en el alojamiento y logística. Tras empezar a hacer salidas al campo con organizaciones locales (Mavea, Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies, sección asturiana de SEO-Birdlife), también he hecho viajes centrados en la observación de pájaros a varios países de diferentes latitudes (de ahí las fotografías que adornan los artículos que publico en este blog). Estos meses de confinamiento han demostrado la cantidad de aves que se pueden ver desde casa: SEO-Birdlife, Ecologistas en Acción y otras organizaciones y naturalistas han promovido iniciativas en Twitter para que se subiesen fotos tomadas desde casa en este tiempo, con hashtags como #AvesDesdeCasa o #QuedateEnElNido, entre otros. Yo he subido algunas, como @Consumerista1; ya puestos, si tienes cuenta, sígueme), como la de este arrendajo -glayu, en Asturias-) espiando por la ventana de la cocina.
No menos atractivo es el mundo de las mariposas (como esta Vanessa atalanta, fotografiada a la puerta de casa) y los odonatos (libélulas y caballitos del diablo).
En cuanto a los insectos, con su enorme variedad, permite encontrar sorpresas como esta mantis religiosa que apareció mientras limpiaba la huerta.
Y, por supuesto, el mundo de la flora es maravilloso e inabarcable, con millones de especies, desde los líquenes a los más grandes árboles, con el regalo de las flores.
Así que no hay mejor terapia para recuperar las tensiones de una vida profesional estresante (no sólo para la del abogado: para cualquier profesión o trabajo; para cualquier problema vital; para liberarse de obsesiones y superar depresiones) que una caminata por el bosque, por la montaña, por la campiña e ir observando pájaros, mariposas, insectos, flores, setas...
Y se disfrutará más la naturaleza y sus habitantes conociéndolos mejor. Obviamente, la carrera y el ejercicio de la abogacía no son de gran ayuda para ello. Por eso conviene empezar con amigos que nos orienten o con asociaciones del ramo, como los grupos ornitológicos locales. Hay además publicadas guías excelentes de todos los campos, desde las más generalistas a las más especializadas y muchísimos recursos en internet -entre otros muchos, e-Bird; aquí hay un webinar organizado por SEO-Birdlife que explica para qué sirve, qué es la ciencia ciudadana y cómo utilizarlo-. Y hoy, además, existen apps de muy fácil manejo que permiten conocer e identificar especies variadas.
Antes de presentar algunas de estas apps, es preciso advertir que no se puede salir al monte y, en particular, a observar pájaros, de cualquier forma. Es preciso respetar la naturaleza y las especies vivas. Una aproximación inadecuada a la especie a observar puede perjudicarla, dificultar o impedir su reproducción o incluso producir la muerte del individuo a observar o la pérdida de una camada. Por eso, hay que empezar por el principio, que puede ser la lectura y asimilación de éste Código ético para la observación de aves, publicado por Seo-Birdlife. Otros consejos: no intentéis acercaros demasiado a los pájaros: en lugar de verlos mejor, los espantaréis; mejor mirarlos desde lejos con prismáticos o telescopio; y si uno se queda quieto, en una posición discreta, es posible que el propio pájaro se vaya acercando. Puedes ocultarte entre matorrales, usar un hide o los miradores existentes en muchos espacios naturales. Un truco aprendido de Mario Suárez Porras, un gran fotógrafo de naturaleza asturiano con varios premios internacionales, es que si te echas en el suelo el pájaro no te reconoce, por lo que puede llegar a pasar por delante de ti sin asustarse y podrás tomar fotos incluso sin un zoom potente.
Ahora bien, tampoco es necesario ir a parajes muy apartados de la ciudad para encontrar especies sorprendentes.
Por ejemplo, este alción cabeciblanco lo fotografié en el pequeño parque que hay justamente en el centro de la capital de Cabo Verde.
Y este pico picapinos, desde la terraza de casa.
Algunas apps muy útiles son las siguientes:
Para localizar y conocer pájaros, con frecuencia es más importante el oído que la vista; Birdnet es una aplicación que ayuda a identificar aves por el canto con un funcionamiento sencillísimo.
Otra muy buena es Aves Vox, que aprovecha la base de datos de cantos de pájaros de xeno-canto para conocer las diferentes voces de cada especie (canto, llamada, alarma, marcando territorio...), importante cuando se buscan especies concretas o cuando se viaja a otros lugares, para ir conociendo las especies locales.
Para conocer las aves españolas, qué mejor que la guía de Seo-Birdlife Aves de España.
En la identificación de flores y árboles, ayuda entre otras Plantnet, que por ejemplo permite averiguar que esta flor, que vi en mi última excursión, la primera tras el confinamiento, es Linaria triornithophora, nombre común "pajarinos".
Para ver pájaros son necesarios también prismáticos; y si la afición va a más, telescopio, lo que ya implica un gasto algo mayor. Si además se quiere fotografiar, no es necesario gastarse un dineral; yo utilizo últimamente una cámara que me costó poco más de 300 euros con un zoom óptico muy potente y que además graba vídeos muy dignos. Obviamente, si se quiere fotografía o vídeo de nivel profesional, entonces sí habrá que hacer un desembolso importante.
Como ya apunté más arriba, el conocimiento de la naturaleza lleva a amarla, y el amor a querer protegerla. En este sentido, es importante aclarar que esto excluye interferir en cualquier forma en la vida y hábitos de cualquier especie animal silvestre: obviamente, la caza es totalmente inaceptable; pero también lo es la cetrería, la captura y/o cría de pájaros canores, de especies silvestres para tener como animal de compañía, la explotación de animales en circos, ferias y zoologicos. Los animales han de estar en su medio natural.
Espero animar con estas palabras y la vista de estas imágenes a que os aproximéis al mundo natural que nos rodea, que tan poco conocemos la mayoría. Y, con ese conocimiento, que colaboremos en protegerlo: de la explotación, de la contaminación, de las quemas, de la basura, de intervenciones absurdas como las podas de árboles urbanos en la primavera, cuando están criando pájaros, reptiles, insectos, etc.; las “limpiezas” de ríos que consisten en arrasar la vegetación de ribera, un hábitat riquísimo; o la eliminación de los cierres verdes, tradicionales, de las fincas, en que habitan pájaros y otros animales que ayudan a controlar plagas agrícolas.
El disfrute de la naturaleza es una fuente de bienestar y paz mental, no necesita nada más. Algo con lo no puede competir el paradigma de la sociedad capitalista moderna: la codicia y la ambición nunca encuentran satisfacción porque nunca se tiene suficiente, siempre exigen más y destruyen la persona, sus relaciones, la sociedad y el planeta.