En primer lugar, y antes de correr al Banco, análisis, análisis, y análisis. Me llama la atención como gente que se dedica a temas empresariales no aplica su knowhow en su vida diaria. Lo primero es hacer un análisis de los ingresos y de los pagos, de nuestro flujo de caja. Lo que en el argot financiero se llama cashflow. Tan fácil como poner un folio en horizontal y trazar una recta. A la izquierda ingresos (si hay pagas extras, haría un prorrateo previo), a la derecha pagos. Y sin imaginación, ponemos los que nos constan, con sentido común. Con eso tendremos una visión de nuestro balance de caja mensual.
La segunda parte sería analizar uno por uno dichos ingresos/pagos. Por ejemplo, respecto a la cuota de un préstamo, yo pondría entre paréntesis, el saldo de deuda que queda pendiente y el plazo en que finaliza dicho préstamo.
Y una vez hecho esto con nuestro flujo de caja mensual, haría otro tanto con mi patrimonio, en definitiva mi Balance. A la izquierda mis activos (inmuebles,valores,fondos,liquidez,etc...) a la derecha pasivos, o sea las deudas y su plazo de vencimiento.
Este autoanálisis nos vendrá bien para ir seguros a negociar. Es lo primero que nos van a preguntar, especialmente las entidades que no nos conocen. Y por otro lado, esta reflexión cuantitativa nos ayudará al siguiente paso que es hacernos un DAFO. Supongo que a muchos les suena. Debilidades-Amenazas-Fortalezas-Oportunidades. Debilidades y Fortalezas son aquellas características mías, o de mi unidad familiar, que pueden suponer puntos positivos o negativos en la refinanciación. Por citar algunos, sin ánimo exhaustivo:
Debilidades:
* Figurar en Listados de Morosidad.
* Empleo inestable.
* Sueldo congelado.
* Etc.....
Fortalezas:
* Experiencia crediticia positiva
* Funcionario
* Diversidad de fuentes de ingresos
etc...
Las Amenazas y Oportunidades son circunstancias externas que nos influirán de igual modo. Pongo unos escasos ejemplos.
Amenazas:
Ralentización inmobiliaria
Costes fiscales
etc....
Oportunidades:
Competencia bancaria
Próxima reducción de los costes por subrogación
etc...
Lo mejor es ir apuntando todo tipo de circunstancias que nos afecten y luego clasificarlas en cada uno de los cuadrantes. ¿Para qué todo esto?
1. Si nos paramos a escribir nos paramos a reflexionar. Habrá muchas con las que habíamos contado, pero con otras tantas no. Demosle una vuelta.
2. Tendremos una visión bastante aproximada de nuestra realidad (casi mejor si pedimos ayuda a alguien de confianza que nos eche un cable para corregir excesos de subjetividad). Conoceremos nuestros puntos fuertes. Y nuestros puntos débiles.
3. Si conocemos esos puntos, hablar de ellos en el Banco no nos pondrá tan nerviosos. Es importante causar siempre una sensación de seguridad. Las dudas, los no-lo-había-pensado, no son buenos compañeros de viaje. Mentira. Lo que no es un buen compañero de viaje, mejor dicho, es demostrar esas dudas.
4. Deberemos esforzarnos en potenciar los positivos ante nuestro interlocutor y ocultar/justificar/arreglar los débiles.
5. De acuerdo con este ejercicio de reflexión, nos ayudará a fijarnos objetivos que puedan estar a nuestro alcance. Es decir que tipo de operación financiera necesito, mi cuota, que tipo de entidad....
Pues eso. Pero para sacarle todo el jugo a este análisis hay que hacerlo fundamentalmente desde la visión que va a tener de nosotros y de la operación la entidad financiera. Eso para el siguiente post.